EL CUIDADO DE LOS ANIMALES

Por: M.V.Z Fidel Lozano Gaspar

La historia de las peleas de gallos, se remonta a épocas antes de Cristo, y de acuerdo a historiadores que someramente tocan este tema, el gallo era visto como ave adorable y respetada por el hombre; era tema de adoración religiosa.

Los antiguos Sirios lo veneraban e idolatraban; mientras que los griegos y romanos, asociaron al gallo de pelea con los dioses Apolo, Mercurio y Marte. En la antigua Grecia, las peleas de gallos eran consideradas como deporte nacional. En Egipto, en tiempos de Moisés, las peleas de gallos eran frecuentes y se consideraban como pasatiempo preferido.

Narra la historia, que el general Temístocles, quien se preparaba junto a sus soldados para combatir a los Persas invasores, decidió llevar a cabo una pelea de Gallos, el día anterior a la batalla, para que de esta forma, sus soldados se impregnaran del coraje, la valentía y la naturalidad bélica de los gallos de combate.

La verdad, que no se tiene con certeza la oficialización de las peleas de gallos, como negocio, deporte, o pasatiempo, aunque en tiempo antes de Cristo, aproximadamente unos 3,000 años, entre los Fenicios, Hebreos y en Canaán, las peleas de gallos, eran favoritas y populares. Los gallos se peleaban en un ruedo y el negocio alrededor de las mismas era provechoso.

En lugares, como en Borneo, el gallo de pelea, se tenía como ave sagrada, al extremo, de que nadie podía comer su carne, quien lo hacía, podía ser descapitado.

Ya acercándose a nuestros tiempos; el Martes, 29 de Mayo de 1493, Cristóbal Colón, recibió instrucciones reales, para una nueva expedición a América en donde , el primer objetivo de la nueva expedición era, la conversión de los nativos, y el segundo; La explotación económica del descubrimiento.

En este segundo viaje, vinieron más de 17 embarcaciones, de todo tipo de gentes, hombres de negocios, médicos, marineros militares y simples hombres de la sociedad civil, y como para esas fechas, ya en España, hacía más de 500, años que se practicaba el deporte de las peleas de gallos, se trajeron gallos a América para entretenimiento.

Según algunos Historiadores, entre los que se encuentra el Padre Fray Ramón Páne, los colonizadores, traían entre sus pertenencias, animales domésticos y algunas aves de corral. Dentro de ese grupo de hombres, se encontraba Don Diego Velásquez, el mismo que después fuera el conquistador de Cuba, quien se estableció con sus gallos de pelea, que había traído desde España.

Después que Don Diego se establece en la isla, las aves de corral, que ya existían en dicha isla, comienzan a mezclarse con las que habían traído los conquistadores de España. De esta mezcla, comienzan a desarrollarse las primeras crías de gallos de pelea en América.

“Cuando Don Diego Velázquez conquistó Cuba, en España había esclavos negros, y de allí habían traído algunos a Santo Domingo. Dentro de estos esclavos, había quienes se dedicaban únicamente al cuidado de los gallos de Don Diego Velázquez, y como es de imaginarse, Don Diego trasladó todos Los Gallos que tenía en Santo Domingo a la Isla de Cuba.

De ahí, que el gallo de pelea cubano, se colocaría por encima de los gallos dominicanos, en un espacio de tiempo relativamente corto.

Esto permitió el desarrollo del deporte de Las peleas de gallos en todos los países que fueron colonizados por los españoles en el Nuevo Mundo. Por lo que podríamos considerar al gallo dominicano, como un descendiente directo del gallo combatiente español, propiamente dicho; el combatiente español tipo Jerezano, y el Combatiente español tipo Canario, siendo estas dos últimas variantes, producto de la desviación a la hora de forjar la primera raza en busca del tipo de pleito y acentuando la aportación del Old English Game, en el caso del tipo Jerezano y de alguna mezcla con la Asíl.

Desde la República Dominicana, pasando por Cuba, el gallo de pelea llega a Los Estados Unidos de Norteamérica, donde presidentes y ex Presidentes, como George Washigton, Thomas Jefferson, Andrew Jackson y Abraham Lincoln, entre otros, eran amantes-apasionados de los gallos.

Nos cuenta la crónica de esa época, que tal era la pasión por las peleas de gallos de los mandatarios norteamericanos, que hubo momentos, en que la Casa Blanca, se convirtió en centro para la celebración de combates entre gallos de peleas,

Tal es la aseveración que tenemos en la veracidad de esta crónica, que el Estado de Delaware, como parte de la cultura galleríl norteamericana de aquella época, tiene como ave del Estado, el “Blue Haven Chicken” (Un tipo de gallo de pelea), adoptado el 14 de Abril de 1939, siendo utilizada esta ave, como adorno en múltiples campañas políticas y electorales, así como en muchas publicaciones.

En Los Estados Unidos, comienzan a declinar y prohibirse las peleas de gallos, a principio de la guerra civil; y al presente, solo en los Estados de New México, Louisiana y Puerto Rico, se juega libremente a los gallos.

A Puerto Rico, los españoles introducen los gallos, el 5 de Abril del 1770, cuando oficialmente se promulga como deporte, mediante un decreto del gobernador español, Don Miguel de Muesas. En el año de 1776, el gobernador José Dufresne, prohibió las peleas de gallos, con el pretexto de que los obreros y trabajadores de la construcción, no se concentraban en sus oficios, sin embargo, en la isla se continuó jugand gallos, aunque de manera clandestina, y en 1825, bajo las directrices del gobernador español Miguel de La Torre, aparece el primer Reglamento Oficial de las Peleas de Gallos.

Cuando los norteamericanos llegan a la Isla del Encanto, Puerto Rico en el año de 1898, prohíben de nuevo la celebración de las peleas de gallos en toda la Isla, volviendo a celebrarse peleas en la clandestinidad. Luego, el 12 de Agosto del 1933, el gobernador Robert Gore, declara las peleas de gallos como deporte oficial en todo Puerto Rico, todo esto, gracias a las diligencias realizadas por el legislador Rafael Martínez Nadal, mediante La Ley #1, de aquel 12/8/33.

Las peleas de gallos en Puerto Rico, no son peleas comunes y corrientes, las mismas, forman parte del patrimonio y folklore de la isla Puertorriqueña, convirtiéndose éstas, en recreación familiar que van de generación en generación.

En la Isla del Encanto, los gallos forman parte directa del departamento de agricultura, en donde se llevan estadísticas, como por ejemplo: La cantidad de gallos existentes, las peleas que se disputan en cada una de las galleras, así como la suma de ellas; la cantidad de gallos de encastes, las gallinas madres, los pollitos, así como la cantidad de galleras y coliseos, y el dinero que producen cada uno de estos centros gallísticos, tanto individual como en la totalidad.

Las peleas de gallos como entretenimiento y recreación se remontan en México a  los años 1700. Aunque no hay registros  que señalen la fecha exacta  de la introducción del gallo de pelea a México se deduce que debió ser con la llegada y expansión de Hernán Cortes a Cuba,  en dónde se importó esta tradición desde España  y Santo Domingo a los países del caribe.

En 1794 se construye  la plaza  de gallos de San Agustín  de las Cuevas, hoy Tlalpan. Cuatro años después  en 1798  se construye  el palenque  en la calle  de Moras en el centro de la Ciudad de México.

Don José de Iturrigaray llego como virrey de la Nueva España en 1803. Este mandatario  era aficionado a los gallos de pelea  y asiduo asistente  al palenque de San Agustín de las Cuevas. La lucha por la independencia no fué obstáculo para continuar las peleas de gallos.

Durante el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX el juego  de gallos se mantuvo tanto  en el campo  como en las ciudades. En las fiestas de las haciendas, los municipios y fiestas particulares se organizaban peleas de gallos. De los más destacados héroes de la Revolución  de 1910 aficionados a las peleas de gallos destacan Doroteo Arango, mejor conocido como Pancho Villa y Emiliano Zapata.

Desde 1821 las contribuciones económicas producidas por el juego de gallos estuvieron incluidas en la Secretaría de Hacienda de México, sin embargo, todo estaba desorganizado;  fue hasta 1824, en que se estableció una federación organizacional, gracias a eso el gobierno mexicano percibió por algún tiempo  cuantiosos ingresos de la  Plaza de Gallos de la capital, en lo que se definía la situación política y administrativa de la metrópoli.

En el año de 1828 el Ayuntamiento de la Ciudad  de México concedió autorización para que se llevaran a cabo peleas de gallos, la cual tuvo validez por muchos años.

También en 1828,  el Sr. Don Luis Ruiz Larios, redactó un reglamento para las peleas de gallos el cual fue aceptado por todos los empresarios, soltadores y múltiples aficionados, éste fue conocido como el Reglamento de Guadalajara o Jalisco.

-LAS OPINIONES DEL AUTOR, NO REFLEJAN LAS DE LA EMPRESA-

0 Comments

Leave a Comment

Síguenos

GOOGLE PLUS

PINTEREST

FLICKR

INSTAGRAM

Síguenos

Etiquetas