La otra historia

Por: Emilio Sánchez Pérez
Cronista Municipal

Su nombre nace en el periodo colonial, cuando el territorio mexicano aún pertenecía a la Corona Española o vivía bajo el dominio del yugo español.

En 1750, nació en España, José Joaquín de Arrillaga, brillante militar que destacó en el apoyo a La Corona Española, en el año de 1776 ya estaba colocado al servicio del presidio de San Miguel de Horcasitas en Sonora, por la notoria dedicación en su profesión castrense, se hizo acreedor a Tres ascensos en los años de 1778, 1780 y 1783 años más tarde fue trasladado a Loreto donde permaneció por algún tiempo, luego marchó a Monterey Alta California, donde hizo la propuesta de que el dinero que le correspondía a las tropas debía dárseles por adelantado, lo que según su juicio era garantía de prestar un buen servicio.

En 1793, regresó a Loreto, con el grado de Teniente Coronel y con el cargo de Gobernador de las Californias, por un periodo vigente de 1794 a 1800, fue precisamente entre estos años justo en 1796, que dio inicio en su primer viaje de exploración, con la encomienda de visitar Santa Catarina hasta el Rio Colorado, y no dejar de reconocer desde este punto  cada pueblo que existiera hasta el puerto de San Diego. Visitó también el puerto de San Felipe y las misiones de San Pedro Mártir y la de Santo Domingo. El nombre de José Joaquín de Arrillaga lo sitúan históricamente a nivel de los grandes exploradores de la península: tales como Juan de Ugarte, considerado el padre de la agricultura en la península de Baja California, Consag, Link y Taraval. Es en este tiempo de exploraciones realizadas por Arrillaga, que surgen nombres de parajes como Sangre de Cristo, La Grulla, San Marcos, valle de San Rafael, estos son solo algunos sitios de otros más que aparecieron  en la época.

Y no dude en nada usted amable lector, que el Valle de Las Palmas, fue otro de los parajes al que le puso nombre este explorador, ya que en el rastreo o búsqueda no se ha encontrado evidencia de algún otro personaje que haya explorado esta región, si este breve trabajo no convence, o no queda muy claro, es permitido que lo antes escrito quede como una mera hipótesis pendiente a resolver, lo que se intentará a continuación.

Como respaldo al texto debemos tener presente y muy fijo en la memoria que Tecate, como ranchería pertenecía eclesiásticamente a la orden franciscana desde el 16 de julio de 1769, fecha en que se fundó la Misión de San Diego de Alcalá, por el franciscano Fray Junípero Serra Ferrer, en tanto el paraje Rancho Tecate, se sumó al inventario de bienes  de la propia Misión, este es uno de los primeros datos localizados que nos dan luz para afirmar con respecto al paraje conocido como Valle de Las Palmas.

Una segunda información, no solo nos acerca a una verdad histórica, sino que el nombre Valle de Las Palmas ya aparece plasmado en un documento oficial, cuando Doña María Carrillo de Fich y Doña María Guadalupe Estudillo, solicitan con mucha seguridad los predios identificados con el nombre Valle de Las Palmas y El Mezquitito, ubicados en esa época en la jurisdicción de San Diego, de la  Baja California que suman entre los dos once sitios de ganado mayor, equivalente a 19,305 hectáreas, con fecha 26 de septiembre de 1845, aprobada la concesión el 3 de junio de 1846. Este documento, además de su importancia, nos refleja la seguridad de cuando y por quien fue llamado Valle de Las Palmas y muestra a la vez con la fecha de la solicitud del predio, el Génesis de la colonización del pueblo y no 10 años más tarde como se ha venido publicando desde mucho tiempo atrás.

En 1856, el predio en mención entró en un periodo de disputa, fue solicitado por don Gabino  Aguilar y don José Antonio y Altamirano, para 1858, de don Gabino ya no se sabía nada de él, sin embargo don José Antonio y Altamirano, acompañado de los hermanos Salvador y Anastasio Villarino, volvieron a la carga no cesaban en su interés de ser los propietarios de ese gran Valle, que las veces que solicitaron el paraje, fueron las mismas que les fue negada, por encontrarse ocupado.

Seguramente para las Señoras Carrillo y Estudillo fue un gran descanso que el gobierno les confirmara el 8 de agosto de 1859 la legalidad de sus títulos, lo que por consecuencia les dio seguridad a la tenencia de la tierra. Pero ese romance fue efímero y fugaz, el chamuco metió la cola en la sopa, el jefe político Don José Castro, del que no se hablaba con  palabras perfumadas cuando se dirigían a él. Este personaje desde su trono hizo tronar sus chicharrones, dejando sin valor ni efecto la ratificación acordada el 8 de agosto de 1859,  y mediante la publicación del decreto con fecha 14 de marzo de 1861. Que afecto los bienes de estas damas y abrió las puertas a los soñadores que por muchos años anhelaron el predio Valle de Las Palmas. Que finalmente, según parece Altamirano y los hermanos Villarino, fueron favorecidos gracias a las maniobras del jefe político.

El predio en referencia de los once sitios de ganado mayor, hacia el año de 1886 le fue otorgado el 2 de junio a la Compañía Mexicana Internacional Colonizadora, por el presidente Porfirio Díaz, lo que hace pensar que las  señoras Carrillo y Estudillo se alejaron de todo interés de estas tierras y según parece murieron en el extranjero, pues en el año de 1872, se contrató un abogado para representar a los herederos de estas dos señoras.

La presencia de Don Emús T. Gilbert, en la región se remonta al 12 de noviembre de 1875, fecha en que recibe del Gobierno de La Paz la escritura que ampara el terreno de Valle de Las Palmas, importante documento que protocoliza el 6 de julio de 1876, en Real del Castillo, pueblo donde se localizaba la capital.

Pasado 10 años, Don Emús T. Gilbert, compró a don José Antonio y Altamirano y a su esposa Isabel, el sitio llamado Los Jacales o Rancho Viejo, estos nombres propios de un paraje, por lo general cuando se escribe de Valle de Las Palmas, siempre aparecen como tal, que bien vale la pena hacer una breve descripción al respecto y como se originaron.

Cuando llegaron los primeros pobladores encontraron un asentamiento de pequeñas casitas construidas de jaras, habitadas temporalmente por los indígenas que acudían cada temporada a la cosecha del fruto del mezquite que era parte de su alimentación, así nació el nombre de Los Jacales, en cuanto al Rancho Viejo, fue un término mal aplicado ya que a los asentamientos de todas estas etnias se les conocía como rancherías.

Como conclusión del artículo consignamos a continuación algunas aportaciones que pueden ser de beneficio para la historia de Tecate, razón por la cual titule Valle de Las Palmas “La Otra Historia”.

1. El nombre valle de las palmas nace en 1796 por el explorador José  Joaquín de Arrillaga.

2. La colonización de valle de las palmas surge en el año de 1845 y no como se ha venido publicando desde el año de 1855.

3. Respecto a lo publicado de la Colonia Agrícola de Tecate que fue fundada por Benito Juárez, cuando esta colonia se erige que fue en el año de 1879 este personaje ya había fallecido siete años antes siendo la fecha de su deceso el 18 de Julio de 1872.

4. Al arribo de Don Emús T. Gilbert a estas tierras del Valle de las Palmas adopto este nombre para su rancho ya que este ya había sido acuñado por el militar y explorador José Joaquín de Arrillaga en el año de 1796.

A Don Ramón Cruz Fierro se le hace reconocimiento por el Pueblo de Valle de las Palmas en el centenario de su fundación.
Reconocimiento a la Señora Olga Argillez Adams acompañada de sus hijos y nietos en este Aniversario de su Fundación.

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