Se conocen desde hace años. Han hecho proyectos juntos desde que el ahora presidente de México era Jefe de Gobierno del DF. Pero no los habíamos visto juntos después del 1 de diciembre de 2018. Ahora los vimos sonrientes, acordando, como dos viejos amigos que han logrado algo importante. Y vaya que lo han hecho.

Me llamaron la atención muchos detalles del encuentro pero me referiré solo a dos. El primero de ellos es que el presidente ha dado un paso en una dirección un tanto inesperado, en lo que a inversión se refiere. Durante muchas semanas hemos estado leyendo sobre los gasoductos en una discusión encabezada por el director de CFE, Manuel Bartlet: Corrupción, ineficiencia, contratos leoninos…etc., ese discurso en contra de la inversión que hemos escuchado muchas veces en voz de la 4T. Todo parecía indicar que esas inversiones correrían la suerte del aeropuerto de Texcoco. No fue así. El presidente, atinadamente, corrigió y llegó a un acuerdo con los empresarios nacionales y extranjeros para seguir con esos proyectos y, no sin ajustes, continuar con los contratos como se tenía planeado. Este cambio de dirección es importante en una ruta de recuperación de la confianza de los inversionistas después de las dudas que generó la cancelación del aeropuerto.

El segundo detalle que me llamó la atención, que no es menor, es que pareciera que en el fondo el presidente sabe que estamos en una situación económica de estancamiento con altas probabilidades de caer en recesión en los siguientes meses. No lo ha reconocido de esa manera en público. Incluso ha llegado a decir que él está más preocupado por el desarrollo que por el crecimiento. Pero este acercamiento con Slim, puede tener como una de las motivaciones, la convicción del presidente de que necesita una relación distinta con los empresarios para evitar que el país se le descomponga entre las manos en el terreno económico. Slim llegó al extremo de respaldar la política del presidente diciendo que el sector empresarial está a favor de la lucha contra la corrupción, la impunidad, crecer al 4% y bajar el gasto corriente, “Hay unanimidad, hay un gran acuerdo”, fueron las palabras del empresario.

Esta es sin duda una buena noticia para el país. Los ajustes a los contratos de los gasoductos también son una buena noticia por que parecieran indicar que el gobierno logró al menos algunos de sus objetivos para corregir abusos que se fraguaron en el sexenio anterior.

Creo que es el camino correcto para tener una mejor proyección en materia económica para México.

paco@pacogarciaburgos.mx

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