PRIMERA PARTE.

La historia de los panteones se origina con la llegada de los misioneros. Esta cultura religiosa, tiene presencia en Tecate, a partir de las primeras oleadas migratorias que arribaron con el anhelo de encontrar un espacio donde vivir pacíficamente y desarrollar el sustento para sus familias con las que hicieron el viaje.

Cañada, Valle o Rancho Tecate, nombres con los que se ha conocido a estas tierras de promesa, noble y generosa, horizonte hospitalario, abrigo de inmigrantes, donde florecieron los ranchos de Este a Oeste, génesis de la fundación del pueblo. El arraigo a la tierra genera identidad al habitarla, a tal grado de elegirla para vivir los últimos días de existencia, y por lo cual recibirá también de ella el triste adiós de su partida.

Los panteones tenían su muy particular identidad, los hubo desde aquellos que se conocían como el de Los Mineros, Los Familiares, el de Los Indígenas y  el de Los Pioneros.

El antecedente más temprano en torno al tema de panteones, fue  localizado un registro fechado el 10 de abril de 1883, que corresponde al fallecimiento de la señora Concepción García de Demara, originaria de Hermosillo, Sonora. Todo parece indicar que es el primer acontecimiento que se registra en la historia de esta población, del cual se deduce que sus restos fueron sepultados en el cementerio extinto, que se localizaba en el  predio que ocupa actualmente la Colonia Benito Juárez, al que me he tomado la libertad de bautizarlo con el nombre “Panteón de los Pioneros”  tras una previa búsqueda de saber si el panteón tuvo alguna vez una denominación, los resultados fueron negativos, por lo que a mi juicio opte por darle un valor histórico a este espacio para que la historia no se pierda, y por ser el primer panteón con el que contó oficialmente el pueblo, donde moran los restos de aquellos primeros hombres que nos heredaron  estas tierras, que hoy pacíficamente estamos habitando.

De los 54 colonos que recibieron parcela, fueron los que dieron el inicio de la formación de la Colonia Agrícola de Tecate, y de los  que en su mayoría están sepultados en el panteón en mención, de los cuales cito algunos para que usted conozca quienes fueron y que beneficio le dieron al pueblo.

El Sonorense Don Ramón Salazar López, personaje a quien se le debe la donación del predio donde se construyó el parque Miguel Hidalgo, la  venta del terreno que le hizo al gobierno para el fundo legal del pueblo, siendo también la primera persona que estableciera el primer comercio en Tecate, allá en los albores del nacimiento de la población, situado en el paraje llamado San Valentín, donde se concentraba la mayor parte de los habitantes y donde además se nombró por primera vez una autoridad, con el rango de Juez de Paz, en el año de 1862. De algunos de los Jueces de Paz que han ejercido esta profesión en favor del pueblo y de los que se sabe también están sepultados en el Panteón de los Pioneros, son los siguientes, don Antonio Downey, don Paulino Uribe, don Estanislao Flores, don Francisco Valenzuela Valenzuela, este personaje no solo logró obtener el cargo de Comisario sino también fue Presidente Municipal, en el primer periodo de los ayuntamientos que tuvo vigencia del año de 1917 al año de 1923, año en que Tecate, pierde la autonomía municipal y se integra en la categoría de delegación al municipio de Mexicali.

Estas tierras también le dieron el último adiós a don Maximiliano Beristaín, célebre personaje de origen Alemán, presidente de la Cía. Colonizadora de Terrenos, en la Península de la Baja California, quien de paso en visita a su hijo, el Militar Carlos Bernstein Riveroll, que había sido comisionado por el gobierno en el año de 1911, para cuidar la Colonia Agrícola de Tecate, que había sido visitada por una banda de invasores, la que causó graves daños a sus habitantes, así pues en este viaje don Max, como también así era conocido, dejó de existir el 16 de mayo de 1914. Qué bueno sería traer a la memoria del pueblo plasmado brevemente en una placa vida y obra de personalidades que estaban sepultadas en ese panteón.

Epitafio de Don Maximiliano Berntein, una de las tantas tumbas que se encontraban en el Panteón de Los Pioneros que se localizaba en el predio que hoy ocupa el parque de la colonia Juárez.

Con el objetivo de ilustrar el inicio de los panteones familiares en una época donde imperaban los ranchos, considero oportuno escribir brevemente sobre el rancho El Descanso, propiedad de don José de Gracia Félix, nacido en 1820 en Santa Bárbara California, hijo de don Tomás Félix y de doña María de Jesús López, originarios de Álamos Sonora. Viajó a Tecate al lado de su familia allá por la década de 1880. A su llegada fue beneficiado por el gobierno con la parcela número 17, con una superficie de dos caballerías equivalente aproximadamente a 85 hectáreas, tierras que cuidó y cultivó hasta sus últimos días. Murió el 14 de julio de 1896.

Con su muerte se fundó el panteón familiar que lleva el nombre en honor a esta familia de migrantes “Panteón de Los Félix”, respecto a este panteón pocos le dieron crédito a su existencia, a pesar de la intervención del Instituto Nacional de Antropología e Historia, a quienes se les notificó por la importancia histórica que representa este cementerio para la comunidad, con una antigüedad de más de 100 años, lo que se pretendía era la preservación, sin embargo, esto no fue más allá de una inspección al sitio, por profesionistas de esta dependencia federal, todo siguió igual y no fue sino hasta el año del 2017, que al rebajar el cerro las tumbas quedaron al descubierto, lo que quedo confirmado que lo del panteón si era verdad, de esto la gran mayoría del pueblo se enteró de su existencia,  lamentablemente no pudo ser librado de su destrucción, y así paulatinamente o poco apoco el patrimonio tan escaso por el que mucho se ha luchado en el actual Pueblo Mágico, se irá perdiendo si no hay conciencia en la preservación de la historia, como muestra en puerta están las casas denominadas Las Gemelas, hermosas construcciones que probablemente no permanezcan el año en pie.

Tumbas localizadas en el panteón familiar de Los Félix, una orientada al sur y otra al norte.

Las tumbas son monumentos históricos que guardan la memoria de las historias de vida.

Osamenta encontrada en una de las tumbas.

Por: Emilio Sánchez Pérez.

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