Se acercaba la navidad de 1988 y Carlos Salinas de Gortari había recibido la investidura presidencial el 1 de diciembre en medio de reclamos por la famosa “Caída del sistema” y el electorado tenía la impresión se había consumado un fraude electoral en contra del candidato Cuauhtémoc Cárdenas Solorzano. Había ya una animadversión generalizada en contra del sistema político bajo el control del Partido Revolucionario Institucional y en el extranjero no veían con buenos ojos lo que en México estaba sucediendo en contra de la democracia.

En esos días de las posadas y fiestas navideñas, el presidente Salinas invitó al gobernador del Estado de Baja California, Xicoténcatl Leyva Mortera a colaborar en su gobierno como agregado en la embajada mexicana en Washington, D. C., avisándole que se debería de reportar a su nuevo empleo (No de elección) antes del día de los reyes magos; como en México la política se hace en extrema secrecía, para esas fechas ya había el presidente seleccionado al Ing. Oscar Baylón Chacón para que el Congreso del Estado lo nombrara gobernador sustituto precisamente el 6 de enero de 1989; transición que se dio sin sobre saltos. Nadie imaginó que este gobierno sustituto sería el último de la tradición priista en esa entidad.

Se dice, que ante los ojos del extranjero Carlos Salinas debía de limpiar su elección considerada fraudulenta y que al remover al gobernador Leyva, preparaba el camino para entregar al Partido Acción Nacional el Estado.

Fue en febrero del 89 cuando se dijeron “Las palabras mayores” (Parodiando al escritor Luis Spota) las que pronuncia el presidente para designar a su sucesor o los gobernadores de los Estados. Tocándole a Margarita Ortega Villa ser la Candidata del PRI a la gubernatura del Estado e iniciar una campaña llevando de contrincante a Ernesto Rufo Appel, candidato del Partido Acción Nacional; dicen a realizar una campaña alentada desde los Pinos y apadrinada por Diego Fernández de Ceballos a quien ya la apodaban “La ardillita” en razón a que se la pasaba en los pinos.

Había descontento en algunos sectores del PRI y la oposición había crecido, Margarita luchaba dentro un ambiente hostil y sin el respaldo acostumbrado al candidato priistas y el resultado fue el triunfo de Ernesto Rufo que le permitió a Salinas verse demócrata ante la comunidad internacional.

Rufo desató una persecución contra funcionarios del gobierno de Baylón y en particular junto con su hermano persiguió a quien a partir de este día será el gobernador del Estado.

El Gobernador Jaime Bonilla Valdez ha anunciado la creación del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado en Baja California y para que la cuña apriete pondrá al frente de ese instituto al diputado Javier Castañeda Pomposo, se espera ver que se repita la misma situación de hace 30 años, pero con una gran diferencia: Rufo no tenía de su lado la totalidad de ayuntamientos y se tuvo que hacer una componenda sacrificando a un diputado del PRI para que tuviese gobernabilidad en el congreso; (por cierto de ese primer congreso controlado por panistas, formó parte el actual diputado hoy Secretario de Educación Catalino Zavala pero como opositor de un partido de izquierda), en la actualidad el Ing Jaime Bonilla tiene el control total de ayuntamientos y del congreso.

Hoy se empieza a escribir una nueva historia en Baja California, de dos o de cinco años, lo único que debemos de desear es que al Gobernador Jaime Bonilla le vaya bien en su administración, porque le irá bien a Baja California.

No debemos olvidar que toma un Estado con un sin número de problemas; un sistema de producción y distribución del agua para uso humano totalmente deteriorado, un adeudo muy grande con el magisterio y con la universidad, un retraso muy grande de infraestructura y lo más penoso un tejido social muy comprometido con las drogas.

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