Mis niños, el control. Ese que nunca encuentras cuando quieres ver la televisión y ese que pierdes cuando te casas. El control es algo fundamental en cualquier proceso de administración, incluso en la administración pública, sin embargo el problema comienza cuando el control se acapara y no se comparte o delega. Porque, podremos ser muy talentosos pero, jamás lo dominaremos todo, por lo tanto hay que delegar, cederle el control a quienes sí saben.

Y traigo todo esto a colación porque a la actual administración le está pasando eso, la alcaldesa Zulema Adams tal parece que no quiere perder, ni ceder el control de nada, aunque no lo sepa todo. A raíz de esto, se están cometiendo grandes errores.

Por ejemplo las vacaciones de todo el personal, absolutamente todo el personal del ayuntamiento, deben de pasar primero por su escritorio para que sean autorizadas, es decir ella las debe firmar. Las despensas y apoyos para damnificados por los pasados incendios deben ser entregados por ella o autorizados por ella, incluso ella autoriza quién puede ir a recogerlos.

Platicaba hace unos días con un comerciante que quería revalidar un permiso, pero en la oficina de Reglamentos se topó con la sorpresa de que tenía que esperar, pues le dijeron que la alcaldesa andaba bien dura y todos los permisos ahora tienen que ser aprobados por ella y no por Reglamentos.

Y bueno, la alcaldesa tendrá sus razones, debido a que en administraciones pasadas se han cometido grandes abusos e irregularidades, hechos que la mandataria no quiere replicar y por ello quiere que le pasen por su escritorio todas y cada una de las decisiones a tomar, por mínimas que estas sean.

Se entiende que a toda costa quieran evitar actos de corrupción, se entiende que quieran ser diferentes a las pasadas administraciones, se entiende que quieran marcar un precedente pero, de eso a querer controlar todo, absolutamente todo, me parece una irracionalidad ¿Por qué? Porque son dos años nada más, porque el tiempo no alcanza para chiflar y comer pinole.

Ahora bien, ¿qué no se supone que el personal que entró con la 4T está a pegado a los principios de no robar y no mentir? ¿Qué no se supone que los nuevos empleados fueron elegidos con cuidado para tener los mejores perfiles? Entonces porqué la desconfianza.

¿De qué me sirve a mí, ciudadano común y corriente, saber que hay un estricto control en las vacaciones de los trabajadores cuando hay un verdadero desastre en la recolección de basura? ¿De qué me sirve a mí saber que hay un estricto control en el despacho de gasolina a vehículos oficiales cuando no han podido ni siquiera reparar las vialidades principales? Es cierto, todo es dinero del pueblo pero, por lo menos atiendan mis servicios básicos ¿no?

Y es que esta 4T en Tecate parece que viene en bicicleta porque a más de un mes de la llegada del 23 Ayuntamiento, nomás no vemos acciones contundentes. No hay bacheo, no hay trabajo de limpia en andadores, no hay una recolección de basura eficiente, no conocemos una estrategia de seguridad, es más ni siquiera sabemos quiénes son los nuevos funcionarios. Así de ese tamaño.

El tema de la basura es el que más le ha mermado a esta administración y mucho tiene que ver la poca o nula experiencia del actual director de Obras Públicas que honestamente no tiene el perfil para ello. Por eso, por no saber, mandó a los camiones recolectores a tirar la basura a Cerro Azul y para acabarla de amolar, corren a Rafa Díaz Ruelas, quien era el jefe del servicio recolector de basura. Como dice el dicho “Éramos muchos y parió la abuela”. Nomás eso faltaba.

Preferible pues, que la alcaldesa deje de lado el supervisar las vacaciones de los empleados y le dé solución a los problemas graves de la ciudad, que ceda el control un poco a quienes sí saben, a ese gabinete que en teoría eligió con sumo cuidado, antes de que nos asfixiemos entre tanta basura.

DE PASADITA: El amor al partido político dura hasta que hay un cambio de administración.

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