Bueno… no nosotros, vamos a aburrir a los niños…

Comencemos con una pregunta: ¿En la actualidad de qué forma se mantiene a los niños entretenidos todo el día? Hagamos un ejercicio, pregúntale a la persona que este a lado tuyo lo mismo, haz una breve encuesta a 2 personas más. Pongamos atención que no hemos preguntado ¿Cuál es la mejor manera? O ¿la forma correcta?, si no: Lo más usual que se hace en estos días.

Casi puedo asegurarte que, si le preguntaste a 3 personas, por lo menos 2 de ellas responderán que lo usual en estos días es tener a los niños con un celular en las manos, o una tableta.

El cerebro del ser humano busca estimularse en todo momento, es por eso que si conversamos con alguien mientras tenemos el celular en la mano, de manera constante estamos revisando nuestro teléfono, buscando aumentar la estimulación (Conducta molesta para quien esta intentando hablar con nosotros), lo mismo ocurre si tenemos el televisor encendido, no importa si la información en la pantalla es útil o no, nuestro cerebro solo busca recibir más información.

Si eso nos pasa a nosotros adultos, pensemos ahora en lo que ocurre con los niños.

El gran error que cometemos es utilizar estos dispositivos electrónicos como herramienta para satisfacer la necesidad de obtener mayor información en una cantidad menor de tiempo, viene la segunda pregunta: ¿Qué ocurre cuando le apagas la TV a tu hijo? O ¿Qué pasa si le quitas el celular? Su cerebro en pleno desarrollo que estaba obteniendo información de forma rápida, y sin mucho esfuerzo, sigue pidiendo más información, y dice el menor: “¡Es que me aburro!”. Pueden no haber pasado ni 5 minutos, y el niño pareciera incluso sufrir, pues su cerebro encuentra en que ocuparse.

¿Es tan malo aburrirse? ¿Qué hacías tú de niño sin un celular en la mano? Y/o ¿si no había televisión? Recuerdo en mi infancia las horas que pasaba con mi abuelo viendo a los “Trailer” o camiones pasar por la avenida principal de este Pueblo llamado Tecate. Una hora de TV para ver el chavo del 8 y lo demás, era jugar, usar la imaginación, buscar en que podía entretenerme. Otros veían por la ventana, salían a jugar a la calle, utilizaban sus juguetes de los cuales muchos ni siquiera necesitaban baterías, pero con la imaginación se hacía magia.

Entonces, ¿es nuestra comodidad lo que nos llevó a arrebatar esa oportunidad a los más pequeños de la familia? ¿Podemos hacer algo para corregir un poco la manera en la que educamos?

El paso 1 es permitir al niño que se aburra, y veamos la manera en la que busca realizar alguna actividad diferente. Si le es complicado, dale un juguete o algo que no utilice pilas, recuerda no hacerlo como castigo, sino presentarlo como algo divertido.

El paso 2 es guiarlo con el ejemplo, en este periodo de actividad tampoco debemos usar nosotros, el celular o ver la televisión.

El paso 3 es identificar qué es lo que le divierte más: Colorear, manualidades, rompecabezas, leer, etc. Y aprovechar para darle más oportunidades de divertirse con ese tipo de actividades, comprándole más libros, colores, juguetes, o lo que más haya entretenido a su hijo.  Puede jugar con él si es que le parece difícil divertirse.

Cada niño es diferente, para algunos será más difícil soportar la restricción de los dispositivos móviles, pero como padres, y/o tutores, no debemos rendirnos antes sus peticiones, después de todo es con el fin de regresarles esa capacidad de imaginar, de la que nosotros mismos los hemos privado.

“El aburrimiento es el lienzo en donde un niño puede crear grandes obras”

La próxima semana, cerramos con el tema de: “Los celos”.

¿Puedo ayudarte en algo? aguileraf.cf@gmail.com

¡Nos vemos la próxima semana!

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