Mis niños las novelas, esas que le encantan a tu mamá y esas que te hace tu novia cada vez que le cambias de nombre. Esta vez el Gobierno del Estado se aventó una novela que dejó como desenlace dos personas sin trabajo.

Todo comenzó cuando Don Bonilla, Gobernador de Baja California, fue electo como tal en junio de este año. Como es lógico, una vez declarado ganador, su equipo comenzó con los trabajos de transición pero también con la preparación de programas sociales que habrían de ser “Punta de lanza” como los desayunos escolares.

Para echar andar estos trabajos, el equipo de Bonilla solicitó el apoyo a empresarios para que aportaran en especie o bien, dinero y así llevar a cabo jornadas de servicio en las diferentes colonias. Quienes están señalados en haber encabezado estas solicitudes son Cynthia Gissel García Soberanes, Jesús Núñez y Amador Rodríguez Lozano: Secretaría del Bienestar, Oficialía Mayor y Secretaría de Gobierno, respectivamente.

Hasta aquí la historia está normal, porque es común que las empresas apoyen a los próximos gobernantes, siempre y cuando el recurso, así como su gasto, sean debidamente transparentados y es justo ahí mis niños donde la puerca torció el rabo, pues hasta el momento parte de esas “Dádivas” de la iniciativa privada no han podido transparentarse.

A cambio de estos apoyos (Moches), a los empresarios les prometieron contratos directos cuando iniciase el nuevo gobierno, y como no, si sería precisamente la Oficialía Mayor del Estado la encargada de contratar servicios y productos de empresas. De esta manera el empresario al hacer su aportación se aseguraba un contrato nada desdeñable a largo plazo.

Sin embargo alguien, algún travieso, hace unos días filtró audios y conversaciones de whatsapp de García Soberanes, en donde reclamaba que no le había dado completa la mochada y le faltaban algunos billetillos al apoyo. Con esa conversación filtrada a los medios, la cloaca se destapó y en menos de una semana se generó la primera sacudida dentro del gabinete de Bonilla.

Embarrado salió también Rosendo Colorado, ex diputado local, que fungió como intermediario entre el nuevo gobierno y los empresarios, pero el ex legislador salió rapidito a declarar, a decir que él y los empresarios fueron vilmente engañados.

Colorado asegura que él consiguió entre sus conocidos 25 millones de pesos, entregados de buena fe, Rosendo asegura que el dinero se lo transfirió a García Soberanes para los programas sociales pero cuando salió todo este despapaye, los empresarios levantaron la voz y pidieron de regreso su dinero, pero como cuando te mandaban a la tienda y te quedabas con el cambio, de esos 25 millones de pesos Soberanes nada más regresó 16, pues el resto ya se lo habían gastado en quién sabe qué.

Hace un par de días el Secretario de Gobierno Amador Rodríguez declaró que, a consecuencia de estos falsos señalamientos, García Soberanes había caído en coma puesto que eran acusaciones sin sustento y con el ánimo de desvirtuar.

Sin embargo, con todo y coma, el Gobernador Bonilla retiró del cargo como Secretaria del Bienestar a García Soberanes y también al Oficial Mayor Jesús Núñez, me imagino que dijo “Que sirva como ejemplo de que no se tolerarán actos de corrupción”.

Habrá que estar al pendiente de cómo se desarrolla esta novela durante los próximos días, pues el tema promete más episodios donde pudieran aparecer más personajes, no cabe duda pues que “En todos lados se cuecen habas”.

DE PASADITA: Anda otra novela, pero esa es de la pasada administración estatal, se trata de un presunto fraude hacia los empleados del Estado a quienes sin consentimiento les quitaban el 2% del sueldo para entregárselo al Partido Acción Nacional. Esa historia la próxima semana.

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