Salir de nuestras rutinas o hacer cambios para bien en nuestras vidas, es algo que seguramente muchos deseamos o nos proponemos al comienzo de cada año que esta por iniciar. La idea parece buena, una tradición podríamos considerarla incluso, suena hasta sencillo el proponernos unos cuantos cambios, pero a la hora de tomar acción suele suceder algo interesante: Aquellos propósitos de año nuevo parecieran tomar una dificultad inesperada.

Se dice que casi la mitad de quienes celebran el año nuevo se enlista una serie de propósitos cada inicio de año, pero solamente una pequeña fracción de ellos cumple alguno de estos.

  • ¡Ya cambia de hábitos!, – ¡Sal de la rutina!, – ¡Proponte 10 propósitos para este año!
  • “Deja de fumar”, – “Practica un deporte”

El ser humano tiene la tendencia de dejar de hacer, o no hacer aquello que amerite esfuerzo. Para eso solemos ser expertos, y casi sin dificultad encontramos cualquier escusa para renunciar a nuestro propósito. Si el plan es ir al gimnasio, todos serán caros… Si el propósito es salir de viaje, resulta difícil ahorrar… Si el propósito es dejar de fumar, cambio de marca de cigarrillo como un comienzo, sin llegar a la meta que se tenía desde un inicio.

Exponernos a cambios repentinos ocasiona que afrontemos retos para los cales no nos hemos preparado, debido a que no permitimos acercarnos de manera progresiva a nuestra meta.

Si pensamos en bajar de peso: Queremos bajar 30 kilos, sin mencionar metas intermedias. Si nuestro propósito es viajar, no pensamos en ahorrar. Para cualquier reto tenemos que prepararnos, y para ayudarnos en esa tarea los siguientes consejos podrían funcionar de apoyo:

Debemos enseñarle a nuestro cerebro que somos capaces de aplicar cambios pequeños en nuestro día a día, y que esto no implica grandes riesgos, unos ejemplos sencillos: Estacionarnos un poco más lejos para caminar unos cuantos metros más. Si eres de los que siempre revisa sus redes sociales antes de comenzar el día, puedes esperar al primer lunch de tu trabajo para actualizarte.

El siguiente consejo es cambiar de mentalidad, o ideas, se cree que para adoptar una nueva idea, tenemos que tenerla presente y reforzarla entre 21 y 60 días. Si podemos traspasar esta línea de tiempo, aumentamos nuestras probabilidades de cambiar nuestra forma de pensar y actuar en pro de nuestro propósito. Si tu objetivo es dejar de tomar alcohol, es probable que necesites buscar algunos nuevos pasatiempos, pues sería auto sabotear tu propósito si todos los fines de semana sales de fiesta.

Así nuestro cerebro aprenderá que los cambios de rutina son seguros y no tan imposibles como llegamos a pensar.

Y el tip más importante podría ser tomar acción, muchos decimos alguna vez: “Voy a empezar el lunes”, y parece ser que se nos olvida pues estábamos en jueves, si hablamos de cambios, dejemos aun lado esas viejas costumbres de posponer todo, o esperar las “Mejores condiciones”. Si haces cambios que sean por ti, por que tu así lo quieres o deseas. Hazlo por ser mejor, por sentirte mejor y ser mas saludable, o exitoso.

Practica estos consejos con tus nuevos, o no tan nuevos propósitos, y permítete dentro de un par de meses sentir esa satisfacción y orgullo por lo que has logrado.

“Si te emociona pensarlo, imagínate lográndolo”

¡Feliz año a todos nuestros lectores!

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