Como espectadores quedamos ante todo lo que sucede en nuestro mundo. Los incendios forestales y el calor extremo en Australia, en los días finales de 2019 nos hicieron reflexionar, sentirnos llenos de tristeza y dolor, a su vez nos recordaron la cantidad de incendios que se sufrieron en nuestro Estado hace poco más de un mes. Vemos estupefactos la cantidad de animales que han sido rescatados, pero muchos deberán ser sacrificados por no contar con los medios para seguirlos cuidando. Consternación, y dolor llena las caras de quienes han visto todo aquello nos sentimos impotentes ante una situación que comprendemos perfectamente en estos momentos de emergencia en ese lejano país. Todo ello sin contar la afectación a las personas que quedaron sin hogares, manejan cifras alarmantes, en un lugar en el que se dice “El humano no está detrás de los incendios que se han generado” se inician por los rayos del sol y la sequía, debido a que ha sido el segundo año más seco desde que se tienen registros. Con dolor, vemos que la tecnología ante este siniestro de fuego nada puede hacer, las condiciones climatológicas en el mundo son cada vez más extremas, nos unimos a su dolor por que guardadas las proporciones ya que en los lugares en los que sentimos el fuego de cerca, comprendemos lo que están viviendo.

Por otra parte, nuestro Estado está que arde, por los cambios en materia tributaria, los empresarios bajacalifornianos mostraron su repudio a los impuestos aprobados recientemente. Los gravámenes dirigidos a los combustibles, hoteles, moteles, casas de empeño, plataformas digitales de hospedaje, dicen que no afectará el pueblo. Solo quiero recordarles, a muchos, que el pueblo por el momento ve pulverizado su reciente aumento en el salario mínimo. Se dice que quienes pagarán el aumento en el combustible son los comerciantes. Eso ¿Es correcto? Y… ¿Por cuánto tiempo lo harán? Con respecto a los impuestos, ¿Estudiaron la carga tributaria quienes debieron hacerlo? Para que sean equitativos, proporcionales, a cargo de personas físicas y morales. Nos informaron.

¿En dónde o en qué se aplicará el aumento realizado a cada uno de los rubros? El truco no es sólo aumentar, también es necesario cuidar a quien hace las aportaciones, sino como decía mi maestro de Derecho Fiscal ¿Qué hace el Estado… si nada aporta, o produce? ¿Qué hace el Estado si nadie trabaja? O que pasará, ¿Si el empresario se cansa y cierra las fuentes de trabajo? Les contaré, y no es cuento, sucedió en Tijuana a fines del año pasado, una empresa de elaboración de juguetes cerró sus puertas, liquidó a sus trabajadores con sólo una parte de lo que les tocaba por ley, no le importó dejar la maquinaria, ¿Estamos preparados para este tipo de reacciones y cambios? En fin, veremos todo desde fuera. Ya que sigo sin comprender por qué hay tanta oferta de trabajo en la industria maquiladora, y a la vez hay muchas personas desempleadas, algo pasa que aún no sé.

Las casas de empeño tienen un incremento de asistencia de personas que pretenden dejar sus objetos a cambio de que les presten dinero para pasar la cuesta de enero, que en muchos casos se prolonga hasta marzo o abril, cada quién lo vive distinto. Según comentan algunos trabajadores los bombardean con anuncios que promueven el ahorro en sus hogares o realicen depósitos adicionales a sus cuentas de ahorro para el retiro, pero en más de algún caso expresan viven en sus gastos al día, eso sin contar además el incremento que se espera en el transporte público en nuestra entidad en los próximos días.  

Interesada en ver el mundo desde otra perspectiva e intentar dejar el pesimismo a un lado, leo el libro Sueños en el umbral de Fatema Mernissi, que como algunos otros me atrapó desde sus primeras líneas. Describe algunas fronteras, según la protagonista del texto, como aquellas propias de una familia organizada que vive en una ciudad marroquí. No pude evitar meditar sobre lo explicado en esas líneas, recordar que hay fronteras muy personales, como las de la mente, de idioma, sociales, económicas y hasta aquellas por condición de sexo, tan de moda en la actualidad.

En otros tiempos, para cualquiera, las fronteras eran fáciles de comprender, para muchos hoy los límites y las fronteras de lo correcto y/o lo incorrecto son de difícil comprensión. En unas cuantas líneas la autora describe que “Para crear una frontera sólo hacen falta soldados para que obliguen a creer en ellas” el ser humano hay momentos en los que se le omite hacer lo correcto, pareciera que basta que se le impongan reglas para que quiera quebrantarlas. Es un momento de preocupación general en la sociedad, por los problemas bélicos entre Estados Unidos de América e Irán, puede traer consecuencias nefastas al resto del mundo si continúan con su enfrentamiento armada. Ninguno escaparemos a los problemas que genera una guerra, es complicado mantenerse al margen, miramos, observamos y en posición contradictoria a la vez desviamos la vista, evitar ser salpicados por las consecuencias de la guerra, vemos con azoro el hecho de que si el vecino país insiste en una confrontación armada… muchos mexicanos participarán en ella y habrá consecuencias. Ya lo vimos con otros movimientos bélicos, los que más pierden son los que luchan cuerpo a cuerpo, así como cada una de sus familias, quienes una vez que regresan los apoyarán, es un tema soslayado el hecho de que muchos regresan dañados del cuerpo o del alma.

Por otra parte, mientras en nuestro México vemos los problemas cotidianos aparentemente lejos de nosotros me pregunto ¿Estamos preparados para un movimiento armado? Quizá nuestra oportunidad es hacer florecer al campo, realmente hacerlo producir, tenemos todo para hacerlo, gente que quiere trabajar, tierras para hacerlas producir y una oportunidad única, porque hasta donde se “los que hacen la guerra tienen que comer”. Hoy es un buen momento para replantearnos lo que somos, tenemos una posesión única frente al mundo, espero que quienes dirigen las grandes potencias puedan llegar a acuerdos pertinentes, pero lo veo muy complicado, ya que por si fuera poco uno de los países involucrados en el problema bélico es favorecido con yacimientos más grandes de petróleo. Y…nosotros permanecemos únicamente como espectadores.

 “Buscar la frontera se ha convertido en la ocupación de mi vida. La angustia me consume cuando no puedo situar la línea geométrica que organiza mi perplejidad” 

Fatema Mernissi

“Para la mayoría de los hombres la guerra es el fin de la soledad. Para mi es la soledad infinita”

Albert Camus

“Como el suelo, por rico que sea, no puede dar fruto si no se cultiva, la mente sin cultivo tampoco puede producir”

Séneca

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