Un término que sería muy interesante definir desde un inicio es el de “Salud mental”, pues para comprender el cómo podemos ayudar a nuestros hijos a ser más saludables mentalmente, necesitamos entender de qué hablamos exactamente.

Cuando hablamos de salud mental la Organización Mundial de la Salud la define como: “Un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad”.

Suena a algo que todos queremos en nuestra vida, y aquello que tienen la fortuna de ser padres, seguro querrán salud mental para sus hijos.

Y el primer paso para estar más cerca de una salud mental sana y equilibrada sería el procurar ayudar a nuestros hijos a crear lazos afectivos fuertes. Estos lazos no solamente se refieren a la familia, si no también a los lazos de amistad con sus pares, para esto el pasar tiempo juntos toma especial relevancia, y todo niño necesita a alguien con quien pueda contar en las situaciones problemáticas y constantes de su existencia, puede ser papá, mamá o algún otro familiar, alguien que usualmente “Este ahí” y le ayude a desenvolverse, afrontar retos y mediante el ejemplo a resolver problemas comunes. Recuerde que los niños aprenden mucho por imitación.

Fomenta la autoaceptación y autoestima sana, demuéstrales aceptación y transmíteles el amor que le tienes, premia sus cualidades, talentos, incluso el buen comportamiento, los pequeños logros no deben pasar imperceptibles, e interésate por tu hijo y por las actividades que el realiza.

Es importante la escucha activa y el respeto a los sentimientos de tu hijo, todos sentimos tristeza en algunas ocasiones, incluso enojo, y eso no esta mal, es por eso que cuando estas emociones surjan en nuestro hijo hay que preguntarle e invitarlo a hablar sobre esas emociones.

Claro que, respetando cierto grado de privacidad, pero aun así la comunicación puede ser muy fructífera en horas en las cuales se comparta tiempo, por ejemplo, al comer, si identificas que tienes dificultades para comunicarte con tu hijo seguro puedes aprender como hacerlo si identificas en quienes suele confiar él.

Crea ambientes seguros y positivos, alejados de las redes sociales y la televisión, si hay temas delicados a discutir en pareja, o con otros adultos, no lo hagas frente a los niños, ya que, al ser temas, por ejemplo: Financieros, solo los preocupas injustificadamente. Jugar, practicar deporte, actividades en familia es indispensable.

Se su guía en problemas complicados, enséñales a afrontar esos sentimientos de huida, derrota o angustia, enséñales a calmarse cuando están enojados, si es posible habla con él sobre los resultados de ir por la vida actuando o respondiendo de manera violenta.

“Lo que hoy les des a tus hijos, es lo que ellos darán a la sociedad mañana”

Y a ti estimado lector: ¿Qué otros consejos se te ocurren?”

¡Nos vemos la próxima semana!