Corrían los últimos años de los 60’s, y se desató una guerra de competencia entre los grupos cerveceros de aquel entonces existentes en el país, que eran las Cervecerías Modelo (Corona), Moctezuma (XX, Superior), Cuauhtémoc (Carta Blanca, Tecate, Bohemia, Indio) y algún que otro independiente como la empresa de Hermosillo en Sonora, la de Chihuahua, Chih; y la de Yucatán, entre otras, que después fueron siendo absorbidas para quedar todas en manos de tres grandes grupos internacionales como son Heineken, Constellation y AB-Inveb.
La guerra de competencia a la que nos referíamos era quien acaparaba la producción de cebada “Maltera” (Porque existe la llamada cebada forrajera que es de menor calidad) en cada periodo de siembra y cada año.
Recuerdo que la Tecate tenía su propia Fábrica de Malta que junto con la Cervecería dependían de un Gerente General que en aquel entonces era Don Leandro Leal Marroquín y viendo que la producción de la cebada en el Valle de Mexicali y el Norte de Sonora, sobre todo en la región de Caborca podría ser adquirida por los competidores; utilizó una empresa que se llamaba Productores de Lúpulo, S. A. y a través de la misma refaccionó a los agricultores para la siembra y así asegurar la producción necesaria, recuerdo que el encargado de realizar estos contratos de “Avío” era el señor José Manuel Bello del Ángel.
Con esta pequeña historia, quiero resaltar la gran aportación que conlleva la fabricación de cerveza, beneficia a la agricultura y toda una cadena de dependientes a gran escala, no únicamente son los empleos bien pagados que otorga a sus empleados y la serie de prestaciones que se les da, sino también están los que transportan los insumos y el producto terminado, los que fabrican el cartón, la lata, la botella y por supuesto los proveedores de esos insumos.
Hay quien dicen que la votación realizada en Mexicali fue amañada ya que el Secretario del Medio Ambiente y Recursos Naturales, Víctor Manuel Toledo Manzur, se convirtió en juez y parte y más duda queda de la legalidad de la misma, cuando el presidente López Obrador contestó la pregunta de reporteros que sí existía enfrentamiento entre él y Carlos Salazar, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial por las declaraciones que hizo este último al afirmar “Que habría consecuencias lamentables ya que el TMEC tiene reglas clarísimas para proteger la inversión extranjera”; López Obrador sin inmutarse contestó: “Que Salazar seguía siendo su amigo aunque los defendiera a “Ellos”, pero él tenía que aceptar la voluntad de los que votaron por cancelar los permisos otorgados para su construcción y operación.
Tengo amigos en los tres bandos, los que dicen preferible sembrar 40 hectáreas de terreno a producir cerveza que se irá al extranjero, los que defienden la inversión privada y los que dicen que este es problema político y no ambiental; yo estoy por los del medio aunque confieso no soy técnico.
Me gustaría que el presidente supiese que Mexicali y su Valle pasa del millón de habitantes, que la historia (A él que le gusta tanto hablar de ella y sus anécdotas) nos dice que gracias a la transformación de una región agrícola a la industrial con capital extranjero, Mexicali está dando de comer a miles de connacionales que emigraron de otros Estados en donde el agua y la energía eléctrica se tiene en abundancia pero que están totalmente alejados de los centros de consumo y que la mayoría vive en aquellas regiones en la extrema pobreza.
Hay que hacer votos porque se imponga la razón y no la terquedad.
