Cuando hablamos de resiliencia hablamos de esa capacidad que tenemos, o deberíamos tener, para recuperarnos de situaciones complicadas que son un desajuste o cambio emocional muy grande, este caso pues es evidente el cambio general que hemos sufrido en nuestro modo de vivir, de trabajar y de relacionarnos con los demás.

Cuando sabemos lo que pensamos, cuando identificamos lo que sentimos, la tarea no esta terminada, debemos reconocer todo aquello que es inadecuado en nuestro modo de pensar, sentir, expresarnos, etc.

Dejando de lado tus preocupaciones ¿Te has puesto a pensar en cuales son los miedos, con respecto al tema de la nueva enfermedad, de los más pequeños de casa? ¿Le has preguntado a tu hijo como se siente? Si aun no te has dado la oportunidad de aclarar tus propias ideas para ti mismo, ni le preguntes, no conviertas a un menor en la víctima del desconocimiento o le contagies el miedo en ocasiones irracional ante la pandemia.

El coronavirus es una enfermedad que llegó para quedarse, pero en sus comienzos las tasas de contagio son muy altas debido a que no existía la inmunidad en el organismo del ser humano, nuestras defensas, si queremos pensarlo así, no habían aprendido a protegernos del Covid-19.

Demás está decir que debemos tratar de seguir las recomendaciones de las autoridades sanitarias.

Pero también debemos cuidar el modo en cómo vemos las cosas, cuando nos enteramos que hay gente contagiándose, algunos graves, lamentables fallecimientos por esta situación, algunas personas perdiendo su trabajo, el negativismo puede tocar la puerta de nuestra mente.

Nuestro equilibrio emocional depende en gran parte de lo que pasa por nuestra mente, si nosotros tratamos de confiar en que esta situación en algún momento va a mejorar, quedará como un recuerdo, y ese será el momento de mostrar todo lo que hemos aprendido en cuanto como debemos convivir con los demás y recuperar todo aquello que pudimos haber puesto en pausa. 

Teniendo la mente más despejada podremos enfocarnos en todo lo que podemos hacer el día de hoy, aprovechar mejor nuestro tiempo, y en lugar de crear problemas en nuestro limitado entorno, ser más productivos emocionalmente, acercarnos más a nuestras familias (No de forma física claro está), conocernos a nosotros mismos.

No perdamos el tiempo quejándonos, lamentándonos, pues solo logramos desgastarnos, busca el no ser parte de esos círculos sociales que contagian la forma de pensar negativa.

Quienes sean creyentes de alguna religión apóyense en eso, busquemos la motivación que necesitamos para salir adelante.

“Usted no puede evitar que los problemas golpeen su puerta, pero no hay necesidad de ofrecerle una silla”

¡Nos vemos en la próxima publicación!

0 Comments

Leave a Comment

Síguenos

GOOGLE PLUS

PINTEREST

FLICKR

INSTAGRAM

Síguenos

Etiquetas