Acabaron de golpe y porrazo con todas las delegaciones federales en Baja California, aduciendo que sería la mejor forma de acabar con la corrupción y nombraron a un plenipotenciario que se le denominó también súper delegado federal; mismo que tenía que estar encargados de todos y cada uno de los asuntos de gobierno que compitiesen al poder ejecutivo, es decir al presidente Andrés Manuel López Obrador. Ese super delegado con  esos poderes absolutos de todos los asuntos de la federación fue el ING. JAIME BONILLA VALDEZ. Hay que  decirlo, desde el primer momento en que asumió el cargo destituyó a las cabezas de todas las delegaciones, se cuidó de no tocar al SAT con todas sus ramificaciones y lo relacionado con la investigación y procuración de la justicia.

Como delegado federal, cercó al gobierno saliente del Lic. Francisco Vega de Lamadrid, en primer lugar esquilmándole o retrasándole las participaciones federales especiales sobre todo en el ramo de la educación, creándole un caos con los maestros que no recibían su justo pago y con la UABC en donde venía creciendo el adeudo ya que la federación no enviaba su parte, esto como ejemplo.

Al tener que dejar este puesto para irse a la campaña política, cedió los bártulos a alguien que debería de ser su  incondicional y esto lo encontró en Jesús Ruiz Uribe; con la capacidad de intelecto que le caracteriza al Ing. Bonilla y con la habilidad política que le es característica, realizó una magnífica campaña y fue electo gobernador del Estado y el interinato de Ruiz Uribe se convirtió en verdadero delegado.

Bonilla tenía un primer objetivo, organizar su gobierno y descuidó dejando en manos de un político ramplón convertido desde ese momento de una personalidad todos los negocios de la federación en el Estado y vimos como los primeros meses de gobierno en el Estado de Bonilla, Ruiz Uribe se movía haciendo gala de las redes sociales y publicando su “Ardua” labor a lo largo y ancho del Estado, inclusive apareciendo todos los días al lado del gobernador para dar a conocer los “Avances” en la seguridad y combate a la inseguridad; pero de la noche a la mañana salió de la escena, su persona se opacó, ya las candilejas no lo afocaban e iniciaron a salir en las redes sociales momentos no afortunados de su  persona; algo había pasado o había olvidado que no era el delegado plenipotenciario como lo fue Bonilla o de plano perdió el piso, desapareció de escenario y no mueve nada federal sino es con el visto bueno del verdadero delegado con la  envestidura de Gobernador

Así pasó también a nivel federal, primero ALFONSO ROMO fue nombrado por el presidente como el encargado de “Negocios” con la iniciativa privada, luego lo nombró jefe de la Oficina de la Presidencia y  desde allí lo mandó a negociar con sus “Adversarios” económicos y tal fue el fracaso que ellos le dijeron al presidente que su negociador sería el ex director general del grupo FEMSA de Monterrey, el señor Carlos Salazar Lomelí; al dar resultados el señor Salazar con la iniciativa privada, el presidente largó a Alfonso Romo quien dicen se fue a refugiar a su club hípico en las cercanías de San Pedro Garza García el pueblo de millonarios desde donde él salió a la aventura política después de serios fracasos como empresario.

Dos historias distintas pero con los mismos resultados. ¿Resultado? Uno en Baja Ruiz Uribe y el otro a nivel nacional Poncho Romo.

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