SU PADRE
El 29 de junio de 1693, nace Juan Bautista de Anza, padre de Juan Bautista de Anza Nieto (1736-1788). Nace en julio de 1736, en el Presidio de Fronteras, (Cerca de Arizpe) en una familia de militares en la frontera norte de Nueva España, Juan Bautista de Anza Bezerra Nieto. Él era el fruto de la unión entre el capitán del ejército español Juan Bautista de Anza y Rafaela Becerra Nieto, ambos naturales también de la ciudad de Sonora.
Era nieto de los vascos Antonio de Anza y Lucía de Sasoeta, ambos de Hernani, Gipuzkoa.
En 1772, Juan Bautista de Anza Bezerra Nieto (36) recibió permiso del virrey para buscar y abrir una ruta a la Alta California, que cruzaría todo el territorio apache y que precisamente era a lo que iba su padre (Juan Bautista de Anza (47), capitán del presidio de Cuquiarachi, Sonora, México, cuando fue muerto cerca de Suamca, por los apaches el 9 de mayo de 1740.
TENIENTE
Juan Bautista de Anza (19) principió la carrera de las Armas el 01 de julio de 1755 como teniente de la Compañía de armas destacadas en la villa de Santa Rosa de Corodehuachi (Fronteras, Sonora).
CAPITÁN
Siendo ascendido a capitán, el 12 de septiembre de 1759, Juan Bautista de Anza (23) se le confiere el mando como comandante del Presidio de Tubac, Sonora, por ordenanza del virrey Agustín de Ahumada y Villalón, II marqués de las Amarillas (44).
SU BODA
En diciembre de 1759, Juan Bautista de Anza Bezerra Nieto (25) fue nombrado capitán en Tubac, Arizona, y el 24 de junio de 1761 se casó con Ana María Pérez Serrano (Hija del dueño de la mina, el español Francisco Pérez Serrano y Ana María Ortiz Cortez, en Arizpe, Sonora.
PROPUESTA
El 2 de mayo de 1772, el capitán, Juan Bautista de Anza (42) planteó al virrey Antonio María de Bucareli y Ursúa, Henestrosa y Lasso de la Vega (55) la conveniencia de trazar un camino terrestre de Sonora al Río Colorado, y de ahí a la Nueva California, propuesta inspirada, al parecer, en los viajes de Eusebio Kino en 1701-1702; pero no se sabe si de motu propio o haciendo eco de las ideas esbozadas en los apuntes legados por su padre al fallecer.
APROBACIÓN
Lo cierto es que el capitán Juan Bautista de Anza (37) perseveró ý logró, con el apoyo de los franciscanos, la anhelada respuesta a su propuesta; insistió ante el virrey don Antonio María de Bucareli y Urzúa, el 22 de enero y el 7 de marzo, obteniendo al fin la aprobación superior el 17 de septiembre de 1773.
PRIMERA EXPEDICIÓN
Veamos la versión de Juan Díaz de la primera expedición a Monterey: “Día 2 de enero de este año de 1774, atacaron los apaches la caballada de este real Presidio de Tubac y llevaron algunas caballerías de las que estaban dispuestas para esta expedición; y no habiendo en estas mediaciones otras con que poder reemplazarlas, determinó el señor comandante Juan Bautista de Anza (38), con acuerdo de los padres Francisco Hermenegildo Tomás Garcés, (44) y Juan Díaz tomar su derrota por los pueblos del poniente, dejando el camino más recto, para habilitarse de las cabalgaduras que faltaban.
El camino Sonora-Nueva California lo abrió por vez primera, desde el Presidio de Tubac, Juan Bautista de Anza (38), cuya primera expedición partió el 2 de enero de 1774, al frente de 34 soldados, 140 caballos, 35 mulas y 65 reses, además de varios arrieros, así como del indio Sebastián Tarabal.
La expedición que encabezó el Capitán Juan Bautista de Anza Bezerra Nieto (38), continuó al noroeste en el amistoso territorio indio Yuma, y el 7 de febrero de 1774, llegaron a la confluencia de los ríos Gila y Colorado (Hoy Yuma, Arizona) después de haber recorrido 375 millas.
El 17 de febrero, después de prestar unas tropas al capitán Fernando Rivera y Moncada, el coronel Juan Bautista de Anza (42), y su expedición reanudó su marcha hacia el norte, viajando por el familiar de El Camino Real de Monterey, donde con seguridad llegó el 10 de marzo.
El miércoles 2 de marzo de 1774, partieron de Santa Olaya a las dos de la tarde, siguiendo una nueva ruta un poco al sur de la anterior, tratando de pasar junto a Cerro Prieto
El jueves 3 de marzo de 1774, salió Juan Bautista de Anza (40) rumbo al oeste, y, dejando al sur el Cerro Prieto, se encaminó a la Sierra Cucapá.
El 3 del mismo marzo de 1774, en que Juan Díaz da testimonio de una despedida emotiva y hasta el punto de lágrimas por parte del caudillo Olleyquotequiebe, que a la postre, según se verá, devienen en perfidia y conveniencia.
Juan Díaz: “El 3 de marzo de 1774. Después de la misa, salimos acompañados de muchos naturales y caminadas tres leguas al sur suroeste llegamos a una laguna de agua buena en donde hicimos mansión, por habernos informado los naturales que no había otro aguaje cómodo en muchas leguas”.
“El viernes 4 de marzo de 1774 tomaron las faldas de la Sierra Cucapá hacia el noroeste: “… y caminadas seis o siete leguas propuso el guía que hiciera alto a pasar la noche, aunque sin ningún pasto para las caballerías”.
Juan Bautista de Anza: “El sábado 5 de marzo de 1774, “… poco antes de que amaneciese, nos pusimos en marcha como seis leguas, dejando a la izquierda la Sierra Cucapá hasta entrar en unos cerros medianos que hacen buen puerto, del que se toma el poniente para desechar unos médanos contiguos, que rematan en un pozo de agua razonable”.
Fray Juan Díaz: “A partir del sábado 5 de marzo de 1774, tras 17 días más, el viaje continuó sin otros contratiempos más que la ubicación de aguajes y un bordeo inexplícito que elude el paso por San Diego, se ignora si por evitar a Junípero Serra o por órdenes expresas del propio comandante De Anza”.
De San Eusebio, el domingo 6 de marzo de 1774, se encaminaron a las faldas de la Sierra de Juárez, acampando en el arroyo hoy llamado Cañón de Llanos: “Este aguaje -dice Juan Bautista de Anza (40) se nombró Santo Tomás y se halla en una sierra que inferimos sea la que forma la Cordillera de California”.
El domingo 6 de marzo de 1774, se enteraron de que los guías indígenas habían desertado la noche anterior y Juan Bautista de Anza (40) se vio obligado a enviar un grupo de soldados a buscar el siguiente aguaje por el rumbo señalado por aquéllos.
El martes 8 de marzo de 1774, Juan Bautista de Anza (40) emprendió rumbo al norte, hasta llegar a otro pozo al que llamaron Santa Rosa de las Lajas, “Donde manaron bellísimas y abundantes aguas”.
Sin mayores incidentes los caminantes de la primera expedición a Monterrey arriban a la confluencia de los ríos Gila y Colorado, el 8 de marzo de 1774, donde son recibidos por Olleyquotequiebe, bautizado como Salvador Palma, y apadrinado nada menos que por Juan Bautista de Anza en el otoño de 1776, donde fue presentado al virrey Antonio María de Bucareli y Ursúa, Henestrosa y Lasso de la Vega (57).
De Santa Rosa de las Lajas, la expedición de Juan Bautista de Anza (40) marchó rumbo a la sierra, que remontó hasta llegar, primero, a la Misión de San Gabriel, el martes 22 de marzo de 1774, y finalmente a la Bahía de Monterey, el 18 de abril.
En el diario de Juan Bautista de Anza Bezerra Nieto (40) el 25 de marzo de 1776, afirma que «Llegados al Arroyo de San José de Cupertino (ahora Arroyo Stevens), que sólo es útil para los viajeros.
“Aquí nos detuvimos para pasar la noche, después de haber recorrido ocho leguas en siete y horas y media. Desde este lugar que hemos visto a nuestra derecha el estuario que va desde el puerto de San Francisco»”.
Al pulsar sobre, el coronel Juan Bautista de Anza (42), el 28 de marzo de 1776, encuentra los sitios para el Presidio de San Francisco y la misión de San Francisco de Asís en la actual San Francisco, California el 28 de marzo de 1776.
El capitán Juan Bautista de Anza (38) regresó a San Gabriel el 1 de mayo de 1774 y prosiguió en el retorno con el padre Juan Díaz, que se había quedado a esperarlo, sumándose en Kuxily (Los Algodones) con el resto de los expedicionarios.
El Capitán Juan Bautista de Anza Bezerra Nieto (40) llegó al Presidio de Tubac, el 27 de mayo de 1774, en una odisea de 594 leguas (Aproximadamente 2,300 km), estableciendo una ruta terrestre práctica desde Sonora a Monterey, siendo ascendido por tal proeza al grado de teniente coronel y trasladado como comandante al Presidio de Terrenate, actual municipio de Santa Cruz, Sonora.
TENIENTE CORONEL
Esta expedición fue seguida de cerca por el virrey y el rey, y el 2 de octubre de 1774, Juan Bautista de Anza Bezerra Nieto (38) fue ascendido al rango de teniente coronel.
SEGUNDA EXPEDICIÓN
Después de los retrasos en Tubac, debido a las incursiones de Apaches que mermaba el palo, la expedición volvió a salir el 23 de octubre de 1775. Partió de Tubac, Son., una segunda expedición, que llevaba un grupo considerable de colonos y 40 soldados, al mando de Juan Bautista de Anza (41) -ya ascendido a coronel-, el alférez José Joaquín Moraga (30), Fray Francisco Hermenegildo Garcés (37), fray Pedro Font (37), el sargento Pablo Grijalva y cien familias.
En total, 243 personas (155 de ellos mujeres y niños), 340 caballos, 165 mulas, 302 vacas.
Fray Padre Pedro Font fue seleccionado para acompañar a esta expedición, debido a su experiencia con la navegación, junto con un número de soldados, 28 de los cuales permanecen en el presidio una vez que se construyó en la región de San Francisco Bay.
El diario escrito “La Fuente” sigue siendo uno de los grandes documentos históricos de la época.
El grupo sufrió su única muerte por el camino la primera noche, cuando María Manuela Piñuelas murió de complicaciones después de su parto. Su hijo vivió.
Dos niños más, que nacieron por el camino, subió el número total de emigrantes a 198. De estos, más de la mitad eran niños de doce años y menos. Ellos fueron los primeros habitantes de San Francisco.
La expedición de Juan Bautista de Anza Nieto (41) se dirigió al norte por el río Santa Cruz, llegando en Tucson el 26 de octubre de 1775.
Y es que, desde que Olleyquotequiebe (Salvador Carlos Antonio Palma, 35) saludò por primera vez a los españoles, el 27 de noviembre de 1775, a orillas del Rio Colorado, les sirve de guìa para vadear las aguas turbulentas y escoltarlos por las rancherías indígenas ubicadas en lo que hoy es Arizona y Baja California, por lo que tanto el capitán Juan Bautista de Anza Bezerra Nieto (39) como el padre Francisco Hermenegildo Tomás Garcés (37) ven en este jefe indio un aliado a quien halagan con ropas y abalorios que, luego, el propio Olleyquotequiebe se vanagloria exhibiéndolos ante sus guerreros.
Se reunieron con Olleyquotequiebe (Salvador Palma) y el jefe de los Yuma (Quechan), y su tribu los yumanos el 27 de noviembre de 1775 y Fray Francisco Hermenegildo Garcés (37) permaneció en el Río Colorado mientras el coronel Juan Bautista de Anza (41) y su gente continuaron a San Gabriel.
Juan Bautista De Anza Bezerra Nieto (41), salió con la primera sección de Santa Olaya el sábado 9 de diciembre de 1775, a las nueve y media de la mañana, con rumbo oeste, y caminadas de cinco a seis leguas llegaron al “Carrizal”.
El domingo 10 de diciembre de 1775, partieron a las once y media con rumbo oeste-noroeste, un poco al sur comparado con el año anterior, tratando de librar el gran médano que los había detenido en esa ocasión.
El lunes 11 de diciembre de 1775, salieron de la “Barranca Seca” a las siete de la mañana, con rumbo oeste-noroeste, y llegaron a Santa Rosa de la Lajas a las seis de la tarde, habiendo caminado como diez leguas según Juan Bautista de Anza Nieto, (41) y catorce según Pedro Font.
Después de experimentar una tormenta de nieve monstruo del desierto que resultó en la muerte de algunos de sus animales, se dirigieron hasta Coyote Canyon, pasando por San Carlos Pass el 26 de diciembre de 1775.
Se reorganizaron cerca de lo que hoy en día es el Parque Estatal del Desierto Anza Borrego, y llegaron el 4 de enero de 1776 a la Misión de San Miguel Arcángel, el coronel Juan Bautista de Anza (42), el alférez José Joaquín Moraga (31), fray Pedro Font (38) y el sargento Pablo Grijalva, 74 días después de salir de Tubac y 8 meses después de salir de Culiacán, el principal punto de encaje.
Él había logrado en la dirección de una expedición enorme seguridad a su destino a través de 1,800 millas de la soledad del desierto
Para su primer recorrido, Juan Bautista de Anza (40) partió el 8 de enero de 1774 y llegó a su primer destino luego de andar 125 leguas hasta el río, y arribó a la Bahía de Monterey el 18 de abril.
Y aún más, el domingo 12 de mayo de 1776, al regresar de San Francisco al poblado de La Purísima, Juan Bautista de Anza Bezerra Nieto (40), tal como le fue ordenado desde la Ciudad de México, se decidió llevar como visitantes invitados hasta la capital de la Nueva España a Salvador Palma, junto con tres acompañantes: un hermano suyo, al hijo del controvertido capitán Pablo y a un joven cajuenche como representantes de los indígenas del río Colorado, quienes habían pedido al Rey Carlos III (60), (en carta anterior del padre Francisco Hermenegildo Tomás Garcés, (38) ser bautizados y que los españoles vinieran a vivir entre ellos, a lo que el monarca endosò su consentimiento anotando con su puño y letra: “Con particular placer” y se giraron las pertinentes diligencias para llevarlos a la Ciudad de los Palacios; dicho en otras palabras; Palma y las tribus de esta región, en carta escrita por ellos, solicitaban una Misión y un Presidio entre los yumas e indígenas del bajo Colorado.
El día 20 de noviembre de 1776, el célebre virrey Antonio María de Bucareli y Ursúa, Henestrosa y Lasso de la Vega (59), recibió un detallado informe de Juan Bautista de Anza.
Juan Bautista de Anza Bezerra Nieto (54) fue nombrado comandante del Presidio de Tucson en 1788, pero antes de que pudiera salir y tomar posesión del cargo murió repentinamente en su casa de Arizpe (Sonora) el 19 de diciembre de 1788.
Por el Profr. José Luis Bobadilla Acosta, Taller de Historia de Tecate, A.C.
