Por Jesús Ernesto Avilés Ramírez, Ex Coordinador Nacional de los Grupos Madrugadores.
Por más que le busco para encontrar algunas razones de lo que nos ha pasado en nuestro Tecate, no me explico cómo es que hemos llegado a este punto en el que nos encontramos actualmente.
Aunque los nativos de esta ciudad, que antes era un pueblo, por la cantidad de habitantes, tendrán mucho más que opinar o comentar, me ubicaré en los setentas para iniciar la comparación de aquellos tiempos con los de ahora.
Recuerdo con gusto, como podíamos dejar nuestros carros sin llave dentro de nuestra propiedad, incluso lo dejábamos en la calle y no pasaba nada, al día siguiente lo encontrábamos intacto, los portones no eran necesarios y si lo teníamos, se quedaba abierto, las puertas y ventanas de nuestras casas no “Usaban” rejas metálicas.
Caminábamos todos los días a diferentes horas, hasta por la noche, por las calles y los parques, nos sentíamos seguros, nuestros hijos tenían una diversión sana, existían los juegos como “los encantados”, la roña, las canicas, el avión, las escondidas, el cani-cani, el balero, hula-hula ,saltar la cuerda y muchos más que se escapan a mi memoria, en este momento y la pregunta sigue siendo, ¿Qué nos pasó?
Un día por semana cuando menos, para los que vivimos en las colonias, esperábamos al camión recolector de la basura, pero era seguro que pasaba el día que las autoridades nos decían, sacábamos el tambo o bote de nuestros residuos y se mantenía la limpieza dentro y fuera de nuestras casas, hoy desafortunadamente, no sabemos cuándo van a recoger la basura, además no se cobraba por llevarla al centro de transferencia de la Colonia Guajardo, le ahorrábamos trabajo al gobierno y lo hacíamos con gusto, hoy vemos basura en muchos puntos de la ciudad y el Río Tecate, que debería ser un lugar bonito, se encuentra invadido de suciedad por varias partes, tanto al este como al oeste del mismo y nadie hace nada por atender este asunto.
Nuestros hijos podían asistir a la escuela caminando, igual el regreso a casa y sentíamos la seguridad de ellos, hoy en día procuramos llevarlos a veces en carro y en otras ocasiones los acompañamos a pie, ahora tenemos miedo de algo que les pueda pasar.
No había droga en las calles ni en las casas, nadie agarraba cosas que no fueran nuestras, respetábamos la propiedad ajena, los agentes de policía sólo vigilaban, los veíamos como amigos y nos saludábamos con afecto y respeto, hoy no sentimos confianza en ellos, los vemos con temor y con desconfianza, aclaro que hay muy buenos elementos de la seguridad pública, pero no puedo decir lo mismo de todos.
Los padres de familia educaban de manera diferente a sus hijos, tenían otra visión y otro concepto de la formación moral y ética de sus retoños, la mayoría predicaban con el ejemplo, eran fuertes en el control de la familia, había energía en la conducción de la manera de forjar a un futuro ciudadano.
Cómo mencioné antes, con toda seguridad que existen muchos más conceptos que señalar, nuestros lectores tienen la palabra al respecto, pero la cuestión es que pudiéramos recuperar algunas de las cosas buenas que antes teníamos y que hoy, con tristeza, vemos que se han perdido y no le echemos toda la culpa al o a los gobiernos, nosotros tenemos de manera muy importante, la gran responsabilidad de hacer y formar una mejor familia y una sociedad amable y armónica que pueda propiciar una convivencia respetuosa de los demás y fortalecida en los valores morales y universales.
Aquí cabe una pregunta para todos y para siempre, ¿No podremos también tener y conformar una generación de servidores públicos que realmente se ocupen en mejorar nuestro entorno, sin pensar en ideologías políticas, solo estar para servir, sin querer acumular riqueza en el tiempo que dure su administración, que no se mareen cuando lleguen a ocupar esos cargos? YO CREO que sí es posible, es solamente que coincidan nuestros pensamientos al elegir a nuestras futuras autoridades. LES DEJO TAREA.
*LAS OPINIONES DEL AUTOR NO REFLEJAN LAS DE LA EMPRESA*
