Por Paco García Burgos, Consultor y analista político.

Recientemente se ha desatado una polémica sobre la visita del Presidente López Obrador al Presidente Trump con motivo de la entrada en vigor del tratado con Estados Unidos y Canadá. El motivo que se aduce es que nuestro vecino del norte está en plena etapa electoral y que se usará la visita para beneficiar electoralmente al anfitrión, en un momento en que su adversario, Joe Biden, trae mejores números que él. Esto supondría que el presidente mexicano tiene una influencia sobre los electores de origen mexicano en aquel país. Esta visión corresponde a la que se tiene en el centro del país respecto de las relaciones entre las dos naciones. Creo que están equivocados.

En mis años de vivir en el centro, que ya son 10, he advertido que en la Ciudad de México y sus alrededores, se tiene una visión de la relación binacional muy distinta de la que tenemos en la frontera. Allá se ve con desconfianza, con inferioridad (Perdón), como víctimas, etc. Nosotros en el norte la vemos como hermandad, oportunidad, colaboración, etc. Mientras la región fronteriza vive una relación comercial, cultural y social muy intensa, en el sur del país se prefiere la expresión aquella de vecinos distantes.

Me parece adecuado, conveniente y oportuno que el presidente mexicano visite a su homólogo vecino. Será su primer viaje internacional, algo muy inusual en 18 meses de gobierno, y me parece que el momento lo amerita. Está entrando en vigor un nuevo tratado comercial, uno de los más importantes del mundo. La fotografía de los presidentes juntos podría ayudar a que los inversionistas extranjeros recuperen un poco la confianza perdida en el régimen actual en nuestro país. El gobierno tendrá la oportunidad de usar la ocasión en beneficio del país y podrá enviar las señales adecuadas.

Pensar que la presencia del Presidente López Obrador va a tener una incidencia entre el electorado mexicano, es no entender lo que pasa allá. Recuerdo cuando se aprobó el voto de los mexicanos en el extranjero, se hacían cálculos de millones de votos en Estados Unidos, fueron solo unos cuantos miles. No se entiende la realidad de nuestros paisanos que salieron del país en condiciones de pobreza, de falta de oportunidades, de acechanzas del crimen, de la droga, con un sueño y una esperanza en su imaginación. No se entiende que este sueño se hizo realidad en Estados Unidos. No se entiende que para ellos México es un pasado que quieren olvidar, un pasado del que salieron huyendo. ¿Por qué influiría en ellos la presencia del mandatario del país que dejaron atrás? Si esa influencia fuera cierta, lo mismo daría que la visita fuera en época de campaña o después de la elección.

Creo que la visita puede dar un giro en nuestro favor si se planea bien y se ejecuta a la perfección un plan que le de un spin a la foto que influya en el elector, a una foto que influya en el inversionista.

paco@pacogarciaburgos.mx

 *LAS OPINIONES DEL AUTOR NO REFLEJAN LAS DE LA EMPRESA*

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