Por Lylia Ciriam Verdugo Ruiz.

Atardecer de un jueves cualquiera, el sol se oculta entre los cerros, entre colores que van desde el amarillo hasta el rojo, nos hace recordar que muy pronto tendremos las “Fiestas patrias”, para muchos es un evento esperado para salir a divertirse con la familia, para otros es la oportunidad de ganar un dinero extra vendiendo diferentes productos en los lugares destinados para la fiesta, cuando menos eso hubiéramos pensado hace algunos meses. Hoy nuestro panorama es distinto, aún no sabemos si se llevaran a cabo los festejos en los recintos oficiales y si es así, suponemos que se extremarán las precauciones sanitarias, o quizá ya estén vendiendo cubrebocas con estampados alusivos al momento.  

Mi reserva de ser pesimista es mucha, pero a medida que avanzan los días veo con dolor los problemas a que se enfrentan los estudiantes desde jardín de niños hasta la universidad al no poder continuar sus estudios por falta de recursos económicos, por lo mismo antes de criticar sólo  mi entorno, me di a la tarea de leer sobre algunos problemas que se enfrentan a lo largo de nuestro continente y el panorama no es distinto, es todo un reto para cada uno de los países hacer lo mejor para su gente. Como saben, prefiero ver nuestro pequeño mundo que es nuestro Estado, como muestra de lo que acontece en otros lugares de nuestro querido México.   

La sociedad actual acostumbrada a un ir y venir en el movimiento cotidiano está ante el reto de que sus niños y jóvenes sigan estudiando. La crisis sanitaria sufrida desde finales del mes de marzo del año que transcurre, sigue haciéndonos sentir los estragos de nuestra precaria digitalización escolar. Me centraré el hecho de que los niños y jóvenes deberán estar pendientes de los canales de televisión que transmiten las clases en canales de televisión abierta, pero que a su vez deberán enviar tareas y trabajos vía internet, así que nuevamente caemos en el absurdo poco visto y planteado de una Secretaría de Educación que no atiende ni entiende los problemas del día a día de los padres de familia, alumnos y docentes. Debo añadir, que los docentes, también de un día para otro deben tener sus dispositivos digitales en casa y el pago cubierto de internet.

Las clases dirigidas a cada grado, permiten reconocer áreas de oportunidad para quienes están implementando este nuevo sistema de la “Nueva normalidad” de clases en línea, que después de ver las clases en televisión abierta, deberían de quitar la repetición de “Cómo hacer un cubrebocas” y quizá cambiar un poco los tonos de voz, la cual llega a ser aburrida y desagradable después de que tienes dos días estudiando de ésta manera.

Por otro lado, los padres ahora deben constatar que los niños y jóvenes envíen sus trabajos escolares al docente, en las que ahora están sujetos por las plataformas. Que a su vez una vez pasado el plazo de recepción de trabajos cierra el tiempo de aceptación. Es dónde me pregunto ¿Cómo evaluarán la maduración física de los menores? Que dicho sea de paso, parte de hacer el trabajo en la escuela frente a grupo y con cada alumno implica una evaluación inicial, para saber y conocer cómo está su conocimiento y además en el caso de los más pequeños percibir cómo está maduración, si tiene buena movilidad, si ve bien, si escucha y sobre todo si el menor es atendido o no, en caso de una atención especializada. Espero que con esto de que las clases se siguen en línea no nos salga la Secretaría de Educación con que ya no son necesarios los docentes de apoyo a niños y jóvenes con necesidades especiales, por el momento no escucho a nadie comentando sobre ello. Mucho menos se dice que pasa con las personas que fungen como “Sombra” que son aquellos que prestan el apoyo a un menor que requiere a una persona que lo acompañe durante su estadía en clases en el tiempo que permanece en la escuela o esa persona ¿Asistirá el menor en casa? Por qué el derecho del menor de estudiar y aprender permanece, con Pandemia o sin ella, pero ¿Alguien se acuerda de ello?

Por otra parte, se han abierto cursos en línea o apoyo especializado al padre de familia porque además de trabajar durante el día ya sea en casa o fuera de ella debe verificar las tareas escolares, y quizá muchos ya lo hacían, pero imagínense el panorama, después de hacer su “Trabajo en casa en línea” además debe verificar que sus hijos hayan enviado la tarea vía electrónica.

Y por si fuera poco ¿Abrieron algún programa de revisión visual? ¿Detección de problemas mentales? Claro está, para alumnos, docentes y padres de familia, ya que desde el último curso para padres implementado por la Secretaría de Educación al que asistí, nos hicieron hincapié en que la triada de la educación es esa: Alumnos, docentes y padres de familia. Por lo que quiero pensar que nuestras autoridades escolares con todo el gasto público que no están realizando en las escuelas, tienen recursos para abordar con prontitud y certeza los problemas que enfrentamos día con día y si no es así ¿Dónde y qué hacen sus expertos? O ¿Están esperando que exista realmente una “Pandemia Educativa”?

Por último, quiero manifestar mi gran preocupación ante un problema más que vemos y sentiremos muy pronto en las escuelas públicas. “La deserción escolar de alumnos de escuelas privadas para migrar escuelas públicas”, fenómeno social que ahora nos impacta de doble manera, por una parte ¿Estamos preparados para que existan más alumnos en las escuelas del Estado? Y ¿Están preparadas las escuelas privadas para dejar de recibir alumnado? O la crisis económica hará que algunas escuelas privadas cierren y se deje de percibir ese ingreso tributario.

El panorama es preocupante para todos, mientras dejo esto para reflexión, recordaré ese atardecer que me ofreció el día de ayer, dónde quizá el astro Rey nos manifiesta cómo se ve un guerrero en retirada, con el ánimo de ir a casa para recuperar las fuerzas para emprender un nuevo día.

“Sigue desafiándote a pensar mejor, hacerlo mejor y a ser mejor”

Robin Sharma.

“El educador es el hombre que hace que las cosas difíciles parezcan fáciles”

Ralph Waldo Emerson.

“La ignorancia es el peor enemigo de un pueblo que quiere ser libre” 

Jonathan Hennessey.

 *LAS OPINIONES DEL AUTOR NO REFLEJAN LAS DE LA EMPRESA*

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