Por el Psic. Felipe Aguilera Calleros

Existe un campo en la psicología que estudia la influencia de los colores sobre nuestras emociones. Se ha demostrado que los colores a nuestro alrededor llegan a tener relevancia en nuestro estado emocional.

Los colores de los muebles, de nuestras paredes, también la ropa que llevamos puestas e incluso el fondo de pantalla de nuestra computadora o celular. Esos colores nos hablan sobre nuestra personalidad: Lo que preferimos, nuestros gustos, etc.

Si aprendemos cómo funcionan los colores en nosotros, podemos utilizar esa información a nuestro favor y seleccionar conscientemente aquellos colores que puedan resultar benéficos para nosotros mismos. 

Y si aún tenemos dudas sobre la veracidad de esta información, basta con ir a nuestro armario, abrirlo y observar que existen de 1 a 2 colores predominantes, aunque seguramente al ir de comprar no planeábamos tener una octava prenda de color negro… o verde…

No sólo se trata de nuestras preferencias., sino también del estado de ánimo recurrente. Es decir, como solemos sentirnos emocionalmente en la mayor parte de nuestros días.

La psicología del color estudia desde las diferentes tonalidades, los brillos, y las intensidades. Cada color tiene un efecto en cada uno de nosotros, influenciado por la cultura, en algunos casos la religión.

Y ¡sorpresa!, ese recurso lo han explotado empresas de todo tipo para atraer a los consumidores a sus productos, manejando nuestro estado emocional sin que nosotros nos demos cuenta.

Colores hay miles, incluso millones, pero socialmente tendemos a categorizarlos, o etiquetarlos, en cantidades mucho menores.

¿Qué despiertan en nosotros los colores? Tenemos que aclarar que no es una norma o regla que se aplique al 100% de las personas, pero si probablemente en la mayoría.

Por ejemplo, un color muy relacionado a las emociones intensas, como el enojo, la pasión o el amor. ¿Cuál sería? Claro, el color rojo. Este color tiene un efecto de activación en nuestro cuerpo, es un color que representa la impulsividad, fuerza y energía.

Un color que podríamos decir tiene un efecto más tranquilizador es el color azul. En muchos lugares en donde se pretende llevar a las personas que asisten a una especie de relajación el azul se usa en cantidad. También tiene amplia relación con el desarrollo, la armonía y en algunos casos la tristeza.

El color verde tiene también un efecto calmante, y solemos asociarlo con la naturaleza, o el equilibrio. Estudios han demostrado que reduce el ritmo cardiaco y se asocia a la salud.

El color que representa la pureza y la limpieza es el blanco y es tranquilizante.

En contraste tenemos el color negro, que siempre asociamos a la muerte u oscuridad, pero puede ser un color elegante y sofisticado. Aunque en grandes cantidades se relaciona en temas como la depresión.

Un color mágico, o que solemos relacionar con la magia y la fantasía es el morado. Se ve conectado con la espiritualidad, la seguridad y la concentración.

El color rosa se suele relacionar a lo femenino, lo inocente, lo tierno y la niñez.  Es un color que percibimos con relación a la infancia independientemente del género.

Después viene un color asociado al calor, la luz y al sol, el amarillo. Pero en exceso podría elevar nuestros niveles de ansiedad.

¿Qué tal un poco de sencillez o neutralidad? Esa sensación la despierta en nosotros el color gris.

Algunos colores en ciertos objetos o lugares podemos elegirlos, otros están ahí y dependerá de nuestra cultura y experiencia lo que despertarán en nosotros. ¡Juguemos con los colores!

“Cada uno tiene en sus manos el color de su día.”

¡Nos vemos en la próxima publicación!

-LAS OPINIONES DEL AUTOR, NO REFLEJAN LAS DE LA EMPRESA-

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