Profr. José Luis Bobadilla Acosta

Taller de Historia de Tecate, A. C.

PREPARATIVOS

Era cerca de la medianoche del día 16 de enero cuando un pequeño grupo de revolucionarios cruzó la línea divisoria, a poco más de doce kilómetros distantes de Mexicali.

MARIANO A. BARRERA

El 23 de enero, Mariano A. Barrera fue arrestado por el subprefecto Gustavo Terrazas bajo el cargo de incitar a la revolución a los residentes del poblado.

Prueba de ello es que uno de los documentos que Mariano A. Barrera llevaba consigo cuando fue capturado Mexicali, revela que si bien Ricardo Flores Magón, hizo alusión a medidas que se pueden considerar de corte anarquista, apeló al Programa del Partido Liberal Mexicano.

Ricardo Flores Magón

El 24 de enero de 1911, pocos días antes de la ocupación de Mexicali, Ricardo Flores Magón le escribió a Camilo Jiménez:

“Recibí su carta de 23 del corriente en la que veo lo que ha hecho a favor de la causa, sintiendo sólo que estén tan desconfiados aquellos camaradas; pero viendo bueno el asunto, espero que serán una buena ayuda”.

            JOSÉ MARÍA LEYVA  SIMÓN BERTHOLD CHACÓN

Después de que pasaron armas de contrabando por la frontera, José María Leyva y Simón Berthold Chacón y otros seis cruzaron el 27 de enero la línea divisoria, a pocos kilómetros al este de Calexico y Mexicali.

La campaña del PLM en el entonces llamado Territorio Norte de Baja California comienza el 29 de enero de 1911, cuando cerca de 30 rebeldes guiados por José María Leyva y Simón Berthold, junto con un grupo de residentes entre los que se encontraban Margarita Ortega y Natividad Cortes, tomaron el pueblo de Mexicali sin encontrar resistencia; abrieron la cárcel, ocuparon el cuartel, confiscaron los fondos de la aduana y de otras oficinas de gobierno.

JACK MOSBY

A partir de este hecho, el número de guerrilleros del Ejército Liberal aumentó considerablemente. Dada la escasa población en el Distrito Norte de Baja California, una parte importante de los nuevos reclutas eran estadounidenses, algunos en busca de fortuna y otros convencidos de compartir las ideas revolucionarias del PLM, entre estos últimos se enrolaron wobblies como Jack Mosby.

Después de distribuir las armas, marcharon sobre Mexicali y fácilmente tomaron el pueblo en la madrugada del domingo 29 de enero.

La única víctima fue el carcelero José Villanueva, asesinado en una refriega cuando se ponía en libertad a unos magonistas.

Sin embargo, la mayoría de los habitantes del poblado de Mexicali pasó la línea divisoria.

El 1 de febrero de 1911, llegó un contingente de soldados estadounidenses bajo del mando del capitán Lecqoq.

Tal es el caso de Bill Taylor, un veterano de la guerra de los boers en Sudáfrica y residente de Calexico que tenía una peluquería en Mexicali, quien afirmó el 30 de enero que él sería el comandante de Mexicali cuando los revolucionarios se fueran.

Este individuo pronto se convirtió en uno de los ayudantes del general José María Leyva, además de captar la atención favorable de muchos residentes de Calexico.

Respecto a la toma de Mexicali, los dirigentes del Partido Liberal Mexicano señalaron el 4 de febrero de 1911 en “Regeneración”:

“LA REVOLUCIÓN EN LA BAJA CALIFORNIA”.

“El ataque sobre Mexicali ha sorprendido y desconcertado a la dictadura.

En la Baja California hay un reducido número de tropas federales y no existen vías de rápidas de comunicación.

El gobierno cuenta con un destacamento de soldados en La Paz, al sur de la península; con 210 soldados y cincuenta rurales en la Ensenada de Todos Santos y con otros pequeños piquetes de soldados, rurales y gendarmes fiscales diseminados en las poblaciones de más importancia”.

De acuerdo con lo asentado por el cónsul Enrique De la Sierra, “en Mexicali sólo quedaron las cantinas, loa prostíbulos, etc. y su habitual clientela de gente non sancta sin que haya un solo policía para evitar cualquier delito”.

Los agricultores del Valle Imperial se reunieron con el fin de tomar acuerdos acerca de la situación.

El cónsul Enrique De la Sierra destacó en un informe de fecha del 5 de febrero:

“Es inquietante y grave, a mi entender, porque precisamente en esa región de Mexicali está el canal principal de todo el sistema de irrigación de este valle.

La idea dominante en este valle es la necesidad, para sus habitantes, de adquirir un tratado o arreglo con México, la faja de terreno por donde pasa el canal”.

CAMILO JIMÉNEZ

El indígena Camilo Jiménez, con sesenta hombres, organizó una ceremonia cívico-militar, dirigida por el ex federal Adrián M. López, y en la que los oradores, decorados con cartucheras, juraron solemnemente no abandonar las armas, hasta restaurar el imperio de la Constitución de 1857.

Y a esta ceremonia estaban asistiendo (con placer o sin él), algunos ciudadanos estadounidenses.

CELSO VEGA

El coronel Celso Vega emprendió con su columna la marcha hacia Mexicali en la madrugada del 13 de febrero sin tomar ya en cuenta las lluvias, ni las nevadas que continuaban con bastante fuerza, circunstancia que, aunada al excesivo frío reinante, hacía más penosa la marcha.

Como en ese tiempo, el 90 por ciento de los negocios eran estadounidenses, se volvió obvia la posibilidad de que las relaciones con los extranjeros neutrales se volvieran más delicadas.

Como previamente habían contrabandeado comida y provisiones a través de la frontera en cantidades considerablemente grandes y habían podido hacer pequeñas compras en Mexicali, durante varias semanas el ejército no sintió las consecuencias del edicto.

CONRAD STANTON BABCOCK

Unas cuantas tropas bajo el mando del capitán Conrad Stanton Babcock fueron colocadas a lo largo de la línea divisoria en ambos lados de Calexico, mientras las leyes se interpretaban de tal manera que era difícil para los federales mexicanos comprar armas del lado norteamericano e imposible para los rebeldes hacer lo propio.

MIGUEL GUERRERO

En Japá quedó el subteniente Miguel Guerrero con 10 soldados de la Compañía Fija y 4 voluntarios montados, custodiando el parque que no pudo llevarse la columna expedicionaria; la cual llegó a Mexicali a las dos de la tarde del 15 del citado febrero, iniciando desde luego el ataque que duró más de cuatro horas y durante el cual el coronel Celso Vega recibió varias “súplicas” del general Tasker Howard Bliss, Comandante de la Fuerzas Americanas de California, para que al atacar Mexicali procurara que las balas no pasaran al lado americano.

El 15 de febrero, tuvo lugar un importante encuentro a poca distancia del pueblo, hacia el suroeste, a lo largo del cauce del canal, en un rancho propiedad de un estadounidense, Louis Little.

“Los Angeles Record”, 17 de febrero de 1911:

“Después de distribuir las armas, marcharon sobre Mexicali y fácilmente tomaron el pueblo en la madrugada del domingo 29 de enero.

La única víctima fue el carcelero, asesinado en una refriega cuando se ponía en libertad a unos magonistas”.

Generalmente estas garantías eran dadas por los dirigentes del ejército o por los reclutadores que se encontraban en las oficinas de la calle Cuarta Este 519½, de “Regeneración” en Los Angeles, o en las tabernas y otros lugares públicos de las grandes ciudades de la costa occidental, y por los propios dirigentes de la Junta.

Asimismo, en contra de todos los rumores, se les prometía que no sería dinamitado el sistema de canales que se desprendía del Río Colorado a lo largo de los valles Imperial y de Mexicali.

“The New York Times”, 18 de febrero de 1911:

“Un puñado de ingleses, australianos, boers, rusos, alemanes y franceses también estaba a la orden”.

STANLEY WILLIAMS

Después de asumir un destacado papel en el combate del 15 de febrero, Stanley Williams consiguió a regadientes de José María Leyva el permiso para formar una fuerza auxiliar con un gran número de voluntarios no mexicanos.

Salieron como 40 filibusteros de Mexicali al mando de Stanley William, el día 21, en tren especial, llegando a “Los Algodones” a eso de las 7 de la noche, en los precisos momentos en que los defensores se encontraban cenando y sólo permanecían de guardia el teniente de la Gendarmería Fiscal, Cecilio Garza y los celadores Ahumada, Jesús Rivera y Jesús Márquez y un señor Gastélum.

El parsimonioso José María Leyva, sin embargo, sintió, no sin razón, que ya se había conseguido suficiente con la dispersión de los federales de las inmediaciones de Mexicali.

En esta parte del trabajo analizamos las razones por las que Enrique de la Sierra, cónsul mexicano en Calexico, el 22 de febrero y el 3 de marzo dio el nombre de filibusteros, en el sentido anexionista, a los hombres que ocuparon Mexicali.

Cuando llegó el 8 de marzo, el ejército de Mexicali parecía al borde de la disolución.

De todo el contingente, que sumaba unos 140 efectivos, sólo a cerca de 40 seguidores leales de Simón Berthold Chacón se le permitió cargar armas.

Tratando aparentemente de reforzar la última impresión, “Los Angeles Times”, ejemplar del 7 de marzo de 1911, publicó un artículo fantásticamente manipulado para hacer creer que los liberales recibían apoyo financiero de poderosas empresas de Chicago e intentaban fundar una república en los estados del norte de México, donde había grandes inversiones de capital norteamericano.

El 7 de marzo de 1911, un día después del anuncio de la movilización de los veinte mil hombres armados, apareció una nota -toda una página con fotografías de los dirigentes del PLM y del edificio en que tenían la sede del partido- que aseguró que desde Los Ángeles se enviaban armas y dinero a los revolucionarios en Mexicali.

El 8 de marzo se aseguró que el Departamento de Estado manifestó su desagrado por lo que sucedía en Mexicali y las dificultades que tenían en las obras de irrigación.

Porfirio Díaz

Ese mismo día, se especuló en el sentido de que podría tratarse de una invasión real a México, ya que el gobierno de Porfirio Díaz era incapaz de controlar el país.

En un informe del 9 de marzo, Enrique de la Sierra, cónsul mexicano en Calexico, aseguró que el agente especial Forrest D. Simmons le indicó:

“él cree que solamente cuando haya una prueba fidedigna, precisa, exacta sobre la culpabilidad de cualesquiera de los sediciosos, es cuando podrá uno de éstos ser convicto y castigado, y que el simple hecho de estar en Mexicali con las armas en la mano habiendo ido de aquí, y aún su declaración de haberlo así verificado, no son suficientes”.

Un residente del puerto de Ensenada: “Hoy, 11 de marzo de 1911, salieron 100 hombres para Tijuana, que está amenazado por los filibusteros de Mexicali”.

Las relaciones entre americanos y mexicanos se hicieron más tirantes por este motivo y aunque muchas ocasiones se insultaron entre sí, no hubo rompimiento por la intervención del sedicioso Simón Bethold Chacón, quien aprovechando el descuido de Stanley Williams y los suyos, se apoderó de sus armas y desbarató sus planes, volviendo al mando a José María Leyva y aprisionando al aventurero Stanley.

El 17 de marzo, Felipe Ríos, gerente de una cantina de Mexicali, y su ayudante fueron fusilados en las afueras de Mexicali.

El lunes 27 de marzo, es la primera ocasión que un documento firmado por el coronel Celso Vega otorga el nombre de filibusteros a los insurrectos.

El lunes 27 de marzo, varios agricultores estadounidenses que tenían sus propiedades en el Valle de Mexicali se quejaron de que eran obligados a alimentar a los insurrectos; debemos recordar que los hombres en armas tenían prohibido comprar alimentos en Estados Unidos por lo que no podían adquirir provisiones de boca.

ANTONIO DE PÍO ARAUJO

El 29 de marzo, un nuevo enviado de la Junta, Antonio de Pío Araujo, le notificó al general José María Leyva su destitución, pero Leyva se quedó hasta el 4 de abril, en calidad todavía de jefe, pidiendo contribuciones en metálico a los comerciantes de Mexicali y prometiendo que se uniría a Simón Berthold Chacón.

FRANCISCO VÁZQUEZ SALINAS

En Mexicali, José María Leyva fue depuesto del mando el día 31, nombrándose para sustituirlo a Francisco Vázquez Salinas.

El 31 de marzo, en vista de esta circunstancia, enviaron a 3 individuos a Mexicali con objeto de solicitar que el cabecilla Stanley Williams viniera con un buen número de hombres a reforzarlos, a fin de activar la campaña para tomar Ensenada.

Con el coronel Miguel Mayol presumiblemente cerca de Mexicali, Francisco Vázquez Salinas, que había llegado a Mexicali después de perderse la masacre de Tecate, porque en ese momento se encontraba en los Estados Unidos, fue seleccionado por la Junta como el nuevo comandante.

Lowell L. Blaisdell cita como ejemplos “El Imparcial” del 21 de febrero y “El País” del 15 de febrero y señala que se volvió oficial cuando el presidente Porfirio Díaz, en su informe del 1 de abril, llamó filibusteros a los hombres que ocuparon Mexicali.

Indeseado en Baja California, donde quería estar, y presuntamente requerido en la California, donde no quería estar, el general José María Leyva finalmente se escabulló para unirse a Francisco Ignacio Madero González, a quien unas veces había despreciado y otras defendido, según su grado de seguridad como dirigente magonista.

El 7 de abril llegaba el 8vo. Batallón al rancho de Lou Little, a inmediaciones de Mexicali.

Enrique de la Sierra al secretario de Relaciones Exteriores, 7 de abril de 1911:

“Sin embargo, los agricultores norteamericanos Leroy Little, L. H. Sherman y Robert H. Burhams Jr., todos ellos con propiedades en el suroeste del Valle de Mexicali, “ofrecieron sus servicios para llevar todo en su nombre y así lo pidieron a la casa de Varney”.

Así, con la colaboración del capitán J. H. Griffith y de los rancheros mencionados, el 7 de abril, el coronel Miguel Mayol recibió las provisiones de boca que necesitaba, además de la promesa de que no le faltaría nada en los días subsecuentes”.

En su marcha de rodeo por el desierto, el coronel Miguel Mayol había agotado sus provisiones, y su telegrama sugiere que quería atacar más que nada para hacerse de los suministros de Mexicali y así reaprovisionar su ejército.

El 8 de abril tuvo lugar la segunda Batalla de Mexicali, o la Batalla del Rancho Little.

A veces, el coronel Miguel Mayol había declarado que combatiría y en otras ocasiones que no; posteriormente declaró que no había perseguido a los rebeldes porque sus órdenes eran proteger las obras del Río Colorado, y no combatir.

Entre los periódicos, el “San Diego Union” y “Los Angeles Times” se mostraban particularmente ansiosos de que las tropas norteamericanas entraran en la zona de las obras o de que se adquirieran derechos especiales sobre la red de canales.

“Regeneración”, 8 de abril de 1911. Ricardo Flores Magón (38):

FRANCISCO IGNACIO MADERO GONZÁLEZ

“Francisco Ignacio Madero González no era un revolucionario auténtico era el “ídolo de los idiotas””.

En la edición del “Imperial Valley Press” del 8 de abril, Allen Kelly, su editor resaltó que estaban a merced del gobierno mexicano en lo referente a los canales de irrigación y propuso que a muy corto plazo (rigth of way) se realizara un tratado entre los dos países para solucionar “completa y satisfactoriamente” el problema del “reajuste de la línea internacional”, al trazar una división desde la intersección de los estados de California y Arizona hacia el sur hasta la sierra de los cucapá, para luego trazarla hacia el noroeste, hasta el monumento 224; es decir, el Valle de Mexicali.

MIGUEL MAYOL

El 8 de abril, llegó a las afueras de Mexicali, el octavo batallón de infantería comandado por el coronel Miguel Mayol.

La llegada del coronel Miguel Mayol a las afueras de Mexicali, provocó que Stanley Williams reiniciara las confiscaciones entre los rancheros del valle, por lo que su imagen se vio deteriorada en los días precedentes al combate del 8 de abril.

Por otro lado, las confiscaciones en los ranchos efectuadas en Mexicali por Stanley William, antes de su combate con el coronel Miguel Mayol el 8 de abril, provocaron comentarios intervencionistas de militares y observadores norteamericanos.

El primer combate. Inicio: 10:30 a.m.; Fin: 18:30 hrs.; Revoltosos: 200 hombres, Militares, 135.

Este hecho fue resaltado por un diario como el “Calexico Daily Chronicle” con la idea de buscar apoyo al grupo de Stanley Williams entre los residentes de la región, incluso se llegó a publicar, con la intención de crear una mala imagen de los federales que las tropas del coronel Miguel Mayol colocaron al frente de las líneas a las mujeres y los niños que los acompañaban en el viaje.

Entre las anécdotas sobre este batallón destaca su fortaleza, así como el hecho de que, durante la batalla del 8 de abril a las afueras de Mexicali en contra de la Legión Extranjera que comandaba Stanley Williams, uno de sus gritos de combate fuera, además de “¡Viva México!” el de “¡Viva Oaxaca!”.

Incluso algunos combatientes afirmaron que vieron a Simón Berthold Chacón durante el enfrentamiento del 8 de abril en contra del coronel Miguel Mayol en los alrededores de Mexicali, hecho por demás falso.

CARL AP RHYS PRYCE

El mismo día 11, Carl Ap Rhys Pryce declaró que no había envenenado los canales, ya que seguían las normas internacionales de la guerra.

Incluso los Esparza, una de las familias de mexicanos del Valle de Mexicali, fueron a Calexico, seguros de sufrir las consecuencias de su apoyo a los insurrectos en el caso de que el coronel Miguel Mayol atacara el poblado.

En informe del 17 de abril, Enrique De la Sierra volvió a alabar a J. H. Griffith al señalar:

“En general, este oficial ha demostrado muy buena voluntad hacia México, puesto que desde el momento que se hizo cargo del mando disminuyó considerablemente el paso de individuos hacia Mexicali o procedentes de ahí, los que inmediatamente eran encarcelados por presuntuosos revoltosos, de lo cual me daba inmediatamente cuenta viniendo personalmente a la oficina, conducta que contrasta notablemente con la del capitán Conrad S. Babcock”.

Dudamos que el editor del “Calexico Chronicle”, Otis B. Tout le haya mencionado a Ricardo Flores Magón sus intenciones (anexión del Valle de Mexicali) lo evidente es que de esta relación, de este apoyo falso de Tout, se desprendió la afirmación de Flores Magón del 23 de abril, “tenemos igualmente algunos proyectos con los rancheros de Imperial Valley”, palabras que, al llegar a manos el coronel Celso Vega se interpretaron como la existencia de un vínculo entre los rancheros estadounidenses y las fuerzas insurrectas.

Como vimos en la carta que Ricardo Flores Magón envió a Carl Ap Rhys Pryce, el 23 de abril, T. P. Daly, administrador del Rancho Cudahy, prefirió ir a negociar con la Junta del PLM para que no se afectara a sus propiedades, medida que, al conocer los residentes de Baja California, incrementó la idea de que se trataba de un plan apoyado por los empresarios estadounidenses.

HENRY LANE WILSON

Henry Lane Wilson (embajador de EU en México) exige envío de tropas para proteger posible ataque de magonistas al sistema de irrigación de tierras de la Colorado River Land Company y de bienes personales en Mexicali.

En sus señalamientos públicos, Carl Ap Rhys Pryce se constriñó a sus propios procedimientos de ocupación y consiguió inducir a la prensa norteamericana a subrayar, si bien tardíamente, que, bajo las circunstancias de entonces, los ranchos de Mexicali eran la única fuente de comida y suministros disponibles para los liberales.

La partida de filibusteros al mando de Jack B. Mosby se desprendió de Mexicali con destino a Tecate el día primero de mayo.

El 2 de mayo, el editor del “Calexico Daily Chronicle”, Otis B. Tout publicó una nota que solicitaba a los residentes del lugar que asentaran si apoyaban a los insurrectos que ocupaban Mexicali.

Inicia marcha de invasores magonistas Carl ap Rhys Pryce y C. W. “Melbourne” Hopkins, partiendo de Mexicali a Tijuana con el propósito de atacarla (1911).

De hecho, durante los primeros días posteriores a la toma de Tijuana, los magonistas mexicanos difícilmente llegaban a más del 10 por ciento de los doscientos y tantos hombres, pues la mayoría de los mexicanos estaban con Francisco Quijada en Mexicali.

“San Diego Union” (12 mayo 1911): “Salvador Orozco, de Mexicali, se mantuvo fiel a Ricardo Flores Magón hasta el final de la contienda, lo mismo que Margarita Ortega”.

En el “San Diego Union” (12 mayo 1911), se narra que Orozco encontró el cadáver de Bernardino Gortari, su tío, en una de las calles de Tijuana.

Orozco indicó que era mejor que estuviera su tío muerto y no él.

El 12 de mayo, el editor del “Calexico Daily Chronicle”, Otis B. Tout, afirmó que 300 integrantes del octavo batallón habían desertado, sólo que estos no podían llegar a Mexicali por la falta de uno de los puentes del ferrocarril.

El 18 de mayo salió el 8vo. Batallón de su campamento en Los Algodones con dirección a Ensenada y esta circunstancia hizo concebir a los mexicanos residentes en Calexico la esperanza fundada de que al acercarse estas fuerzas a Mexicali atacarían la plaza, cuya guarnición se encontraba reducida, en virtud de haberse dividido las fuerzas entre Tijuana y esa población.

El 18 de mayo, el coronel Miguel Mayol comenzó a movilizar sus tropas con dirección a Ensenada.

El inicio del avance fue interpretado inicialmente como un ataque al poblado de Mexicali, donde permanecían alrededor de cien hombres, la mayoría mexicanos, y entre ellos alrededor de treinta indígenas cucapás, quienes, por cierto, un día antes, dieron muerte a dos individuos de su propia tribu, por considerarlos espías de los federales.

“Calexico, mayo 20.- “Se guarda el ataque a Mexicali de un momento a otro: anoche el grueso de las fuerzas del coronel Miguel Mayol, se encontraba en Cucapá, (estación) y las avanzadas en Pascualitos, a ocho millas de esta: venían en el tren reconstruyendo los puentes quemados: aquí hay grandes preparativos: los soldados americanos hicieron trincheras para protegerse y las banderas americanas están puestas en los tanques; y en Mexicali igualmente hay gran excitación entre los rebeldes.”

Además, se dieron cuenta de que la guarnición de Mexicali era muy débil.

Dos mexicanos: José María Leyva y Simón Berthold Chacón, veterano magonista que había participado en las luchas de los trabajadores contra el general Harrison Gray Otis, en Los Angeles, permanecieron unos días en las oficinas de la IWW en Holtville conferenciando con Antonio Fuertes, que estaba en contacto con Camilo Jiménez y con Stanley Williams, estadounidense miembro de la IWW, que se había entusiasmado pero que no participó directamente en la toma de Mexicali.

Enrique Flores Magón, a través de un artículo en “Regeneración” del 20 de mayo, informa que los rebeldes habían creado una pequeña biblioteca en Mexicali, donde todo el que lo deseara podía ir a instruirse.

Por su parte, el “Imperial Valley Express”, el 20 de mayo publicó un editorial -ya citado- en el asentó que, de manera natural e inevitable, el Valle de Mexicali formaría parte de Estados Unidos.

“Calexico, mayo 21.- Hoy en la mañana (domingo) amaneció Mexicali muy tranquilo y no hay ningún inicio que demuestre que va a haber ataque; ayer en la tarde se rumoró que habìa pasado fuerza federal para el rancho de “Little” y hoy en la mañana la prensa anunció que van en dirección a Los Picachos asegurándose que se dirigen a esa cabecera”.

Sin embargo, el coronel Miguel Mayol con sólo diez hombres menos que los que llegaron a Mexicali, producto de los combates sostenidos y no de deserciones, se encaminó hacia Ensenada, situación que quedó clara para los residentes del área hasta el 22 de mayo.

La prueba que tenemos de ello es que el 3 de junio, cuando Otis B. Tout dejó de apoyar a los insurrectos, se publicó que Ricardo Flores Magón le había mandado una carta donde se disculpaba por algunas acciones de Francisco Quijada, quien comandaba al grupo que permanecía en Mexicali; le prometía que ya no se realizarían depredaciones y que se darían seguridades a los propietarios de los ranchos del Valle de Mexicali, varios de ellos con propiedades también en el lado estadounidense.

Asimismo, en varias ocasiones, Francisco Ignacio Madero González amenazó con mandar un ejército a Baja California para destruir a los liberales.

Otro grupo de indígenas cucapá, alrededor de 30, se sumó a los hombres que permanecieron en Mexicali.

Éstos, en su mayoría, se unieron a Rodolfo L. Gallego cuando se declaró maderista el 8 de junio.

El día 15 del citado junio y sin que la Jefatura de Armas tuviera conocimiento de ello, habían empezado en Mexicali, unas conferencias entre el primer cabecilla que tuvo el filibusterismo, José María Leyva (34) y Francisco R. Quijada, entonces jefe de ellos, y Rodolfo Gallegos, con objeto de arreglar que la plaza de Mexicali fuera entregada; siendo comisionados para este objeto por parte del Gobierno de México, los señores Aurelio Sandoval y el Cónsul de México, Sr. Antonio Lozano, y por las autoridades maderistas del Estado de Sonora, el Sr. Carlos E. Bernstein.

ESTEBAN CANTÚ JIMÉNEZ

Esteban Cantú Jiménez:

“El día 25 de junio de 1911, aproximadamente a las 8 horas cruzamos la línea internacional, ya que el Sr. Francisco Ignacio Madero, según se dijo, ordenó se gestionara y se obtuvo el permiso correspondiente de las autoridades norteamericanas”.

Esteban Cantú Jiménez:

“A las siete horas del día siguiente, 26 de junio de 1911, llegamos a Mexicali, no sin antes, para esto, cruzar la frontera en la ciudad americana de Calexico, llevando nuestras armas en un furgón, a guisa de equipaje”.

El 26 del mismo mes de junio, el mayor Esteban Cantú Jiménez ocupaba la plaza de Mexicali con 4 oficiales y 100 soldados de los 200 que traía el coronel Fidencio González, procedentes del 17o. Batallón; poniéndose desde luego a las órdenes Rodolfo Gallegos con 93 hombres, de los cuales 30 eran montados; todos armados con rifles, con una dotación de 200 cartuchos por plaza; individuos que habían sido los encargados de guardar el orden en Mexicali desde que se arregló la entrega de dicha plaza.

Desde los inicios de Mexicali, el coronel Esteban Cantú Jiménez es una de las figuras de mayor relevancia histórica, él llegó aquí el 26 de junio de 1911 con escasos 30 años y ya contaba con el grado de mayor en el ejército federal. 

El “Industrial Worker”, ejemplar del 6 de julio de 1911, haciendo ver el resentimiento de la IWW, tronó:

“Williams Stanley habría podido capturar las ametralladoras y a muchos hombres del coronel Miguel Mayol si hubiera tenido algunos refuerzos, pero durante todo este tiempo el traidor José María Leyva (sic: obvia confusión con Francisco Vázquez Salinas) estaba descansando en las trincheras de Mexicali, esperando que masacraran a Stanley y a sus hombres”.

FRANCISCO LEÓN DE LA BARRA

Así, el 7 de julio, mientras en Calexico los refugiados escribían su protesta ante el presidente interino, Francisco León de la Barra, Esteban Cantú Jiménez dio a conocer un escrito. 

“Por la presente hago saber que, por disposición superior, y considerando que conviene más así a los intereses del pueblo, en virtud de las condiciones especiales por las que atraviesa la localidad, he asumido el mando político y militar de la plaza de Mexicali, mientras la superioridad resuelve quienes son las personas que deben regir los destinos de la población”.

Oficio de Ricardo R. Rangel a la Secretaría de Gobernación, 11 de julio de 1911:

“(…)autorizándolas, con su presencia, el mayor Esteban Cantú Jiménez, y fue designado como Subprefecto el señor Rodolfo L. Gallego, por su gente armada y la que militó a sus órdenes(…) asegurándose que del Valle de Mexicali solo votaron 15 personas, entre las que figuran indígenas cucapá (sic) que antes de ir a los comicios dejaron sus armas por el rancho Pascualitos, en poder de sus compañeros alzados, a las órdenes de Manuel Cabrera, Ramón Sáez y el capitán Vicente, a quienes los puso en estado de rebelión Francisco Piña, por sugestiones del citado Gallego”.

En un informe con fecha del 19 de julio, el señor Frederik Simpich, Cónsul de los Estados Unidos, señaló el malestar del coronel Celso Vega contra los comerciantes que deseaban su salida y su desinterés por proteger los intereses de los estadounidenses.

RODOLFO L. GALLEGO

El 27 de julio, Emilio Guerrero se presentó en Mexicali, donde Rodolfo L. Gallego, entonces subprefecto político, lo recibió con los brazos abiertos.

Al conocer que Emilio Guerrero llegó a Mexicali, el 27 de julio para abandonar el movimiento armado, el coronel Celso Vega informò a la Secretaría de Gobernación:

“(…) me permito manifestarle que el individuo Emilio Guerrero a que se hace referencia era el cabecilla de una de las partidas de socialistas mexicanos, que engañados por Ricardo Flores Magòn, merodeaban en este distrito, separadamente de los filibusteros americanos que lo invadieron”.

El 1 de agosto, Miguel Bravo, joven mexicano, miembro del PLM, publicó una carta en “El Diario del Hogar” de la Ciudad de México en la que asentó:

“en el campamento de las fuerzas libertarias de Mexicali, ví, en vez del amor y la fraternidad; el odio, el egoísmo, la envidia, las rencillas personales […] todo se convirtió en recelos y propósitos de venganza que tarde o temprano se cumplían”.

El jefe político Celso Vega fue removido de su cargo y el 22 de agosto de 1911, salió del Distrito con la intención de ir a defenderse ante Madero de las acusaciones que realizaron en su contra los comerciantes de Ensenada.

El propio Dr. Flores llegó a Mexicali, el 8 de septiembre de 1911 (en agosto habìa desembarcado en Ensenada) y estuvo aquí algún tiempo hasta que vino a sustituirlo en su puesto de médico militar del 25o. Batallón, el Dr. Quintero en 1915.

JOSÉ ANTONIO VILLARREAL GONZÁLEZ

En notable contraste, Ricardo Flores Magón castigó amargamente a José Antonio Villarreal González durante varias semanas en las páginas de “Regeneración”.

“Regeneración”, 30 de septiembre de 1911. Ricardo Flores Magón: “… la chispa revolucionaria de México es el principal fuego purificador que envolverá, de un momento a otro, a todos los países del mundo”.

MANUEL GORDILLO ESCUDERO

Manuel Gordillo Escudero, jefe político y militar que sustituyó a Celso Vega informò a Frederick Simpich, cónsul sucesor del desquiciado Geoge B. Schmucker en el puesto de Ensenada para enterarlo de la situación.

Tecate, B. C., enero 28 del 2021.

-LAS OPINIONES DEL AUTOR, NO REFLEJAN LAS DE LA EMPRESA-

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