Por: Lylia Ciriam Verdugo Ruiz.

A medida que avanzamos en nuestra vida cotidiana, nos vamos adecuando al medio social y político de nuestro alrededor en el intento de cumplir con los requerimientos establecidos para vivir en armonía, incluso las palabras que usamos han sufrido cambios, implementamos palabras como “todes” (que rompe con los esquemas de un idioma empleado correctamente, independientemente de que la Real Academia Española diga que debemos cambiar nuestro lenguaje como nos indica).

Como si el cambio en una palabra implicara los cambios sociales que se deben hacer día con día. Se nos olvida que lo primordial en cada quien, es el respeto a los demás.

Traigo todo esto a colación porque mientras en el cine nacional e internacional vemos películas como “El baile de los 41” o “Ema” que abordan temas obre la preferencia sexual de las personas, no entraré en detalle de eso pero lo menciono en relación a que hoy por hoy iniciamos a vivir un proceso electoral en nuestro estado que parece extraño.

Por una parte el Instituto Federal Electoral, nos dice que ahora debe haber 50 % mujeres y 50% hombres en las diferentes candidaturas, situación que me parece de los más incoherente, porque estamos dejando de lado a las personas con preferencias distintas, o aquellas que se identifican con el sexo que no corresponde a su cuerpo.

Quizá con aquello de ser más modernos y adaptarnos a las necesidades actuales estamos cayendo incluso en una discriminación mayor, en virtud de que las leyes han sido muy claras, el artículo 1 de nuestra carta magna es muy claro: “En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas, gozarán de los derechos humanos reconocidos en esta constitución… así como las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones que esta Constitución establece”.

Entonces mi pregunta es muy simple, ¿Por qué una Ley secundaria debe restringir los derechos políticos de “todes”?

Al final de cuentas “las personas” es un concepto claro que engloba o contiene a todos, está establecido en nuestra propia ley principal, de manera práctica y contundente, por otra parte los atributos de la persona son: Nombre, domicilio, estado civil, patrimonio, nacionalidad y sexo (este último se refiere a cómo nace el ser), quizá con el tiempo se elimine de las actas de nacimiento, hasta que al llegar a la mayoría de edad se autodefina como es.

Mi comentario es con relación a ¿Es vigente es nuestra Constitución? ¿Cumple con los intereses y expectativas de una sociedad que avanza y ejerce sus derechos en espera de que sus leyes arropen todos y cada uno de sus intereses?

Empezando por la Ley principal, estamos frente a ella, a la que se le hacen adecuaciones una y otra vez, en el ánimo de estar a la vanguardia de lo que sucede en un México que pide a gritos ser escuchado por todos y cada uno de sus gobernantes incluyendo a los encargados de legislar, en armonía con los intereses de la colectividad.   

Con leyes justas, equitativas y sobre todo aplicables a las necesidades de cada quién, porque a medida que avanzamos, en un juego de creación de más leyes, nos perdemos. Las leyes deben ser de fácil comprensión y aplicación para todos. Si todo debemos descifrarlo y además una ley secundaria nos sujeta más que la ley principal, entonces cada vez nos sentiremos más inconformes y eso a la larga tendrá consecuencias muy desagradables para muchos.    

Así que en espera de que ese 50% destinado para hombres y el otro 50% destinado para mujeres sea de una manera justa y realmente equitativa, que las voces de todos aquellos grupos considerados vulnerables, también claman por un lugar que está en el mismo lugar que indica el artículo uno de nuestra carta magna.

Nosotros testigos y actuantes, seguiremos observando una vida política que se desenvuelve entre los reclamos de todos aquellos que quieren integrarse a una boleta electoral y a la espera de que sea una buena oferta política para todos los que acudiremos a votar el próximo mes de junio.

“El pueblo sólo es soberano el día de las elecciones”.                                   Castelao.

“Para ser un hombre de estado, primero debes ser elegido”.              

 James William Fulbright.

-LAS OPINIONES DEL AUTOR, NO REFLEJAN LAS DE LA EMPRESA-

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