Por: Lylia Ciriam Verdugo Ruiz.

Estamos frente a una realidad que supera la ficción, un hombre se permitió hacer donación de su esperma con la finalidad de que muchas parejas pudieran procrear hijos. Quiero comentar que no veo mal el hecho de que una pareja o un hombre o mujer solteros, decidan aprovechar los adelantos tecnológicos y/o la donación de esperma o de óvulos para hacer su sueño realidad, de ser padres.

Pero hay momentos en que las personas en el intento de encontrar nuestra propia felicidad soslayamos aquello que puede parecernos algo descabellado.

Verán ustedes, un hombre de un país nórdico con características y atributos suficientes para ser considerado un candidato ideal para ser donador de esperma, acudió a un centro de fertilidad. Una vez que hicieron los estudios correspondientes de sus características y genética, fue aceptado como donador e integraron el valioso líquido a su banco de semen.

La historia no queda sólo en ese lugar ya que dicho varón, conociendo sus atributos decidió hacer donaciones a varios centros de fertilidad de diferentes partes del mundo, incluyendo nuestro querido México.

La historia no tendría nada de particular si no fuera por el hecho de que muchas mujeres de su país de origen, lo contactaron a través de redes sociales para que les hiciera la donación del preciado líquido, y que ellas a su vez quedaran embarazadas. Lo que parece sacado de un cuento futurista, no tiene nada de cuento; ya que dichas mujeres recurrieron a este hombre por ser un candidato idóneo para poder quedar embarazadas. Incluso algunas decidieron que el mismo donante les permitiera ser mamás por segunda o tercera vez.

Estos hechos no merecerían mi atención si no fuera porque al estar investigando a las féminas para saber la cantidad de bebés que había procreado ese varón se percataron de que según las cuentas realizadas hasta hace unos pocos días sería algo así como unos 300 bebés.

El escándalo llegó al pensamiento de las damas cuando se cuestionaron ¿Cómo les digo a mis bebés que tienen 300 hermanos? Y de no ser por la seriedad del asunto, hasta parece cosa de broma.

No hay escándalo al recurrir a un donante, que fue contactado vía redes sociales, omitieron acudir a un banco de semen de los que están autorizados en los diferentes países (aquí debo hacer mención de que lo hicieron de esa manera para bajar el costo de lo que implica una donación de semen).

Debemos tomar en cuenta otras aristas en este esquema, cada vez aumenta el número de hombres y de mujeres que deciden ser solteros, pero evitan renunciar a ser papás (no cuestiono el que se llegue a obtener una donación de semen), pero es donde hay momentos que en nuestro ánimo de obtener lo que queremos, dejamos de ver muchas cosas.

Un ejemplo de ello, es pensar en recurrir a una persona que sea culta, de aspecto agradable y aporte buenos genes a los propios, para engendrar un bebé. Persona en la que confiamos que nos dice su verdad, que sólo donó lo permitido. Eso nos parece correcto, pero hoy que muchos bancos de semen y clínicas de fertilidad están siendo auditadas por las áreas de salud de sus respectivos países,  nos sentimos ofendidos por que el hombre en cuestión (al parecer donó parte de su semilla), considera que “Sólo está ayudando a mujeres a cumplir su mayor deseo”

Pero nadie piensa en las consecuencias que puede haber en un futuro, al tomar decisiones que afecta la vida de  los otros.

Hoy una mujer se cuestiona ¿Cómo les dirá a sus hijos que tienen 300  hermanos más? Pero no se cuestiona el haber recurrido a un donante para tener un hijo, o dos o tres. Porque en el pensamiento de la mujer quería que sus hijos fueran del mismo papá.

La mujer logró satisfacer una necesidad propia, pero dejó de lado otras cuestiones, como tener que explicar a sus hijos su origen, saber si el “donante de esperma” tiene alguna enfermedad o característica que deban conocer.

Cuando leí la nota quedé perpleja, no daba crédito al hecho de que el futuro una vez más nos alcanzó, ya que mientras nuestra necesidad esté satisfecha lo demás no importa. Quizá con las redes sociales y la manera tan rápida como se propaga la información las mujeres involucradas ahora saben una información que no las deja conciliar el sueño.

Si no existieran las formas de comunicación que hoy existen, quizá hoy todo esto no sería tema de conversación, y mucho menos entraríamos a cuestionarnos si lo que el hombre hizo es correcto o no.

Pero una vez más el lector tendrá su propia opinión, en un tema que ahora está a la vista de muchos y escandaliza a otros, por lo pronto seguiremos viendo que más se nos ocurre como humanidad.

Otra vez el libro de Un mundo feliz de Aldous Huxley se queda corto frente a una realidad que una vez más nos sobrepasa.

“Un padre no es el que da la vida, eso sería demasiado fácil, un padre es el que da el amor”.                                                                                                                           Denis Lord.

“No puedo pensar en ninguna necesidad en la infancia tan fuerte como la necesidad de la protección de un padre”.                                                                            Sigmund Freud.

-LAS OPINIONES DEL AUTOR, NO REFLEJAN LAS DE LA EMPRESA-

0 Comments

Leave a Comment

Síguenos

GOOGLE PLUS

PINTEREST

FLICKR

INSTAGRAM

Síguenos

Etiquetas