Por el Psic. Felipe Aguilera Calleros.

Existen diferentes trastornos bipolares. Dentro de esta clasificación encontramos estados de ánimo cambiantes; dichos cambios pueden ser tan drásticos que pueden requerir hospitalización para salvaguardar la seguridad, tanto de la persona que padece trastorno bipolar, como la de las personas que lo rodean.

Los trastornos bipolares en realidad presentan síntomas como la pérdida de interés, tristeza, pesimismo, nula esperanza con respecto al futuro, aislamiento, entre otros síntomas similares a un trastorno depresivo. Pero a diferencia de un trastorno depresivo, en los trastornos bipolares encontraremos episodios durante los cuales la persona sentirá gran euforia, optimismo, elevada autoestima, o puede ser que se comporte de forma irritable, intolerante, e inclusive llegar a la violencia.

Recordemos que nosotros nos movemos por el mundo, interactuamos con él y tomamos decisiones acorde a nuestras emociones y sentimientos, por lo que el no poder controlarlos suele resultar en una problemática en varias esferas de nuestra vida.

En palabras sencillas la persona bipolar suele tener episodios depresivos que se alternan con episodios eufóricos, pudiendo pasar por episodios de aparente “normalidad”, para recaer nuevamente pasado cierto tiempo.

Al tratarse de un trastorno que puede ir en evolución y aumentar los riesgos de daño de no llevar un tratamiento, es importante resaltar que tras un diagnóstico se debe seguir un tratamiento farmacológico supervisado por un médico psiquiatra, y recomendablemente acompañado apoyo psicológico.

Nos encontramos con los trastornos Bipolar I y II, el diagnóstico de uno u otro dependerá de la ocurrencia de episodios maniacos (euforia extrema que representa un riego y altera la vida de quien la presenta) o hipomaniacos (Euforia evidente que no llega a necesitar de hospitalización), recordemos que el diagnóstico debe realizarlo un especialista.

También, dentro de los trastornos bipolares encontramos la Ciclotimia, en la cual los síntomas tanto de euforia como depresivos serán menos agresivos, pero alternarán más rápidamente entre uno y otro.

Al ser considerada menos grave que los trastornos bipolares I y II, suele trabajarse solamente con apoyo psicológico.

El tratamiento psicológico de pacientes con trastorno bipolar y ciclotimia tiene como objetivo mejorar la calidad de vida del paciente, procurando dentro de lo posible que esos episodios de “normalidad” se prolonguen y atenuando los episodios tanto de euforia como depresivos.

“Si la vida fuera un instrumento, tendría que ser un piano, las teclas blancas representarían la felicidad, las oscuras la tristeza, y mientras andemos recorriendo nuestro camino nunca debemos olvidar que las oscuras también crean música”

¡Nos vemos en la próxima!

-LAS OPINIONES DEL AUTOR, NO REFLEJAN LAS DE LA EMPRESA-

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