Relatos de Ultratumba.

Por: Jorge Vargas.

Expertos en temas paranormales y de espiritismo odiamos que la gente creme a nuestros muertos porque, sabemos que los amarran a los vivos.

Cremar a un ser querido que murió y poner las cenizas en una urna para mantenerlas en la casa es de las peores cosas que se le pueden hacer a esa persona que dejó este mundo. Expertos en estos temas y nosotros los espiritistas decimos que con eso, se les ata entre los vivos y se les obliga a vagar sin rumbo a la espera de un entierro digno.

Muchas de estas urnas están en casas y eso dispara la actividad paranormal y no deja descansar en paz al fallecido.

Espiritistas, han estado atendiendo casos de gente que de un momento a otro comenzó a tener fantasmas en sus casas, en las que se movían objetos.

Cuando ellos profundizan en el caso se dan cuenta, afirman, que tienen urnas con cenizas de familiares.

Si no hay un entierro natural y se dejan cenizas entre los vivos, se abren puertas negativas que después cuesta mucho cerrar.

Por muchas experiencias que se han tenido con desencarnados (personas fallecidas que se  han manifestado y  han hablado), después de que mueren, tienen un lapso de tres días y ellos sienten necesidades fisiológicas: Les dan ganas de comer, se ponen tristes y muchos coinciden, en que sienten cuando los están quemando porque la cremación casi siempre se da antes de que pasen esos tres días.

Al tener cenizas en la casa se mantiene ahí, la energía de la persona fallecida.

Eso es atarlos. Ellos no están descansando porque sus familiares los están llorando a cada rato y los piensan más.

El luto no se acaba y entonces los vivos que lloran no descansan y el muerto tampoco.

Las cenizas en la casa atraen y mantienen una energía negativa que puede afectar a quien se considera la persona directa que se dejó las cenizas o a algún familiar dentro de la casa.

Una persona al fallecer, debiera ser sepultada como tradicionalmente se acostumbra, ya que esto sirve de descanso para los vivos y para los muertos.

El entierro cancela la actividad paranormal.

Las cenizas, deben mantenerse en un lugar sagrado. Es decir, en el cementerio o si es el caso, en un templo o en un área especialmente dedicada a tal fin, por la autoridad eclesiástica competente.

Se irradia y se almacenan efectos negativos porque se acumula la energía de la muerte y eso frena en seco la buena suerte, la prosperidad y la tranquilidad de ese hogar.

Queda siempre una relación directa entre el alma del fallecido y sus cenizas, y eso hace daño, sobre todo si la persona falleció de forma trágica, eso activa mucho más lo negativo.

Hay quienes sostienen que la cremación no debería ser una práctica después de los funerales, que no es bueno dejarse restos de un muerto en la casa, incluída la ropa que usaba y sus pertenencias. Mismas que se deberían de regalar y que, generalmente, en la casa donde hay cenizas hay manifestaciones fantasmales.

Se ha sabido que personas buscan robarse las cenizas de fallecidos para magia negra y eso sí es complicado, por eso lo mejor es darle una sepultura tradicional a los cuerpos, así se evitan situaciones como esos robos o que al familiar se le caigan accidentalmente.

-LAS OPINIONES DEL AUTOR, NO REFLEJAN LAS DE LA EMPRESA-

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