Por: Antonio Meza.

Pocos personajes más controvertidos en la historia regional de México como Cantú. Fue enviado por el presidente Madero a custodiar la Baja California de una invasión de los Magonistas.

Pocos personajes más controvertidos en la historia regional de México como Cantú. Fue enviado por el presidente Madero a custodiar la Baja California de una invasión de los Magonistas, y se quedó de autoridad casi una década, preservando esa región del país como parte del territorio.

En el año de 1965 lo conocí. Éramos alumnos de la Secundaria 18, y uno de mis condiscípulos era su nieto. Un par de veces fuimos a su casa y lo escuchamos contar sus historias de la Revolución. A pesar de su formación de militar rígido en su paso por el Colegio Militar, era un gran anecdotario y admirador de Francisco Villa. Cantú viajó de Juárez a Yuma en un tren militar norteamericano, desarmados.

Al cruzar por Los Algodones recuperaron sus armas e ingresaron a territorio nacional. Ya cuando llegaron, los presuntos invasores se habían retirado, pero la región —sobre todo el Valle de Mexicali— estaba creciendo enormemente por la siembra del algodón y el gran número de chinos que llegaron procedentes del norte de California.

Se quedó como jefe militar de la región —y después, también, político—, hasta 1920, ejerciendo un papel de “neutral” ante los conflictos que se vivían en el centro del país. Empezó a comprar tierra para que los pocos mexicanos que había, pudieran tener un medio de vida. Creó las cooperativas “Zaragoza” y “Progreso”, en Mexicali, y construyó algunos de los primeros edificios públicos de la región: la escuela Cuauhtémoc y el edifico de la cooperativa Progreso, ambos en Mexicali.

Inició también la construcción del palacio, en las afueras de la pequeña ciudad, que entonces llegaba hasta lo que fue el mercado municipal. La controversia con él, viene por el traslado de la capital de Ensenada a Mexicali, y por la tolerancia o regulación de las drogas que comercializaban los chinos en la región.

También es discutible cómo se mantuvo al margen de la revolución en el centro y norte del país. Mi abuelo era pariente de uno de los comandantes de Cantú, y a invitación de él, se sumaron a la inmigración mexicana a la región. Sus estudios de contabilidad comercial le valieron para trabajar en la Progreso, en el viejo edificio que todavía está en pie.

Por esos años nace mi madre, allí en la Progreso, año 1927, memorable por su gran sismo que incendia la Chinesca. Al paso de los años mis abuelos regresaron a Durango y Cantú se exilió una temporada a Los Ángeles.

Al final de la ciudad, por la calle de Madero y Calle del Árbol, construyó una casa de unas balaustradas llamativas donde vivía, hasta que le llegó la muerte en 1966. Salvo una escuela en Pueblo Nuevo, una unidad habitacional del ISSSTE, no hay recordatorios a Cantú, y pareciera no estar en la memoria de los baja californianos, también, de muy reciente arribo a la región.

0 Comments

Leave a Comment