PRIMER GOBERNADOR DE LAS CALIFORNIAS

Prof. José Luis Bobadilla Acosta

Taller de Historia de Tecate, A. C.

GASPAR DE PORTOLÁ ROVIRA

Desde su nombramiento en el 30 de noviembre de 1767 hasta 1770, explorador y fundador de San Diego y Monterey, en lo que es hoy California. 

El 31 de julio de 1734 ingresó de alférez en los Regimientos de Dragones de Villaviciosa a los 17 años de edad, compañía levantada por el coronel Manuel de Sentmenat y Oms.

El 23 de abril de 1742 fue incorporado con el mismo grado de alférez al Regimiento de Numancia, en la compañía de Francisco Farrús, ascendiendo el 26 de abril de 1743 a teniente de Dragones y Granaderos de Numancia y el 31 de julio de 1764 a capitán de esta misma compañía, que, con el nombre de Regimiento de Dragones de España, fue destinada a servir en el virreinato de la Nueva España.

MILITAR

Antes de ser nombrado gobernador de Las Californias (1768–1770), sirvió como soldado en Europa, como en Italia y Portugal.

Fue capitán de los dragones del Regimiento de España, de hecho, la primera vez que viajó a Baja California en su nuevo cargo como gobernador trajo consigo 25 dragones y 25 soldados de infantería con el fin de ayudarle con la expulsión de los jesuitas.

En 1767 el virrey de la Nueva España, siguiendo el mandato de Carlos III, ordenó el arresto y la deportación de todos los sacerdotes jesuitas.

Gaspar de Portolá, recién nombrado gobernador, fue el responsable de la expulsión de los misioneros de la península de Baja California donde se habían establecido 14 misiones en 72 años.

Dichas misiones fueron entregadas a los franciscanos y más tarde a los dominicos, y, también se les encargó el desarrollo misional en Nueva California.

EXPULSIÓN DE LOS JESUITAS

 

Don Gaspar, mandó que lo acompañaran 50 hombres (25 dragones y 25 soldados de infantería) bien armados para obligar a los jesuitas a abandonar la península, también llevó 14 franciscanos para que reemplazaran a los jesuitas.

EL VIAJE A LA ALTA CALIFORNIA

JOSÉ BERNARDO DE GÁLVEZ Y GALLARDO, I MARQUÉS DE SONORA

Portolá fue un buen administrador y un buen capitán, y como tal encabezó una expedición en 1768 que había sido planeada por el visitador del virreinato de la Nueva EspañaJosé de Gálvez y Gallardo.

En esa expedición deberían participar soldados, misioneros y colonos con la intención de establecer colonias en la Alta California, específicamente en San Diego y Monterey (California).

La expedición, repartida en cuatro grupos, se inició en enero de 1769 con la salida de los navíos “San Carlos” y “San Antonio” desde La Paz.

A continuación salieron dos expediciones por tierra, una de ellas encabezada por Gaspar de Portolá, a quien acompañaba fray Junípero Serra, que había partido desde Loreto (Baja California Sur).

El buque “San Carlos” que fue el primero en partir, topó con vientos adversos y tormentas que le hicieron desviarse y su viaje fue de 110 días.

SEBASTIÁN VIZCAÍNO

En parte debido a un error de navegación provocado por la latitud de la bahía de San Diego establecida por la expedición de Sebastián Vizcaíno 167 años antes.

FRAY JUNÍPERO SERRA

El 1 de abril de 1768, 14 franciscanos, al mando de Fray Junípero Serra, y del gobernador Gaspar de Portolá Rovira,, llegaron a Loreto para hacerse cargo de las misiones que habían dejado los jesuitas.

El primer barco, el “San Carlos”, zarpó de La Paz el 10 de enero de 1769 y un segundo, el “San Antonio” zarpó de Cabo San Lucas el 15 de febrero.

Mientras que el capitán Gaspar de Portolá salió de Loreto para Velicatá el 9 de marzo de 1769.

VELICATÁ

Alcanzando al capitán Gaspar de Portolá, llegó el franciscano Junípero Serra, el 14 de mayo de 1769, al paraje de Velicatá.

El 14 de mayo de 1769, el capitán Fernando Javier Rivera y Moncada y su gente llegaron a San Diego; pero debido a la infección de la pierna del franciscano Junípero Serra y varios casos de escorbuto, el grupo del capitán Gaspar de Portolá, no alcanzó la bahía hasta el 29 de junio.

SEGUNDA AVANZADA

15 de mayo de 1769.

Gobernador: Don Gaspar de Portolá y Fray Junípero Serra.

Soldados de Cuera del Real Presidio de Loreto.

Sargento: José Francisco de Ortega,

Pedro Antonio Amador, José Gabriel de Arce, Pablo Antonio de Cota y José Carlos Rubio.

Arrieros: Juan Antonio Coronel y José María Vegerano.

Asistentes y Nativos: Ignacio, al servicio de Portolá y los Neófito: Juan Evangelista Benno y Sebastián Tarabal. 

Debido a una pierna infectada, el padre Fray Junípero Serra fue demorado en su partida para el norte hasta el 21 de mayo de 1769 cuando, acompañado del gobernador Gaspar de Portolá y el sargento José Francisco de Ortega, inició la marcha para San Diego.

El 20 de junio de 1769, llegaron a Ensenada el gobernador Gaspar de Portolá y Fray Junípero Serra, bautizándola como Visitación de María Santísima.

ENSENADA

El 20 de junio de 1769, siguiendo la ruta que iba abriendo el capitán Fernando Javier de Rivera y Moncada, estuvieron en lo que hoy es Ensenada don Gaspar de Portolá y fray Junípero Serra, quien en carta del 3 de julio que envió desde San Diego a fray Francisco Palou, hizo una descripción del paisaje y de los nativos que habitaban la región, parte de la cual se transcribe en el capítulo “Los franciscanos y el inicio de su obra”; en ella, Fray Junípero Serra se refirió a lo hermoso del paisaje y a la abundancia de alimento del que disfrutaban los gentiles, así como la gran cantidad de berrendos, en lo cual coincide con la narración de Juan Páez.

La última contingencia bajo don Gaspar de Portolá, retrasada debido a problemas de escorbuto y la pierna infectada de Fray Junípero Serra, no logró la primera etapa del avance hacia el norte desde Velicatá hasta el 29 de junio de 1769.

Terminado este primer encuentro con éxito, el 9 de julio de 1769, el “San Antonio” regresó a San Blas con los enfermos mientras el gobernador Gaspar de Portolá, el capitán Fernando Javier Rivera y Moncada (44), el teniente Pedro Fagés Beleta, el sargento José Francisco de Ortega (35), el cosmógrafo-ingeniero Miguel Costansó, el padre Juan Crespi y el fraile Francisco Gómez prepararon la marcha hacia el norte en busca de Monterey; y Vicente Vila, Fray Junípero Serra, el fraile Juan Vizcaíno, el capellán fray Hernando Parrón y el cosmógrafo José Cañizares permanecieron en San Diego para fortificar la región y establecer una misión.

Para los primeros días de julio los dos navíos y las dos expediciones terrestres habían arribado a San Diego.

Portolá se mostró ansioso por seguir a Monterrey y junto con el padre Juan Crespí y una partida de 63 hombres partieron por tierra el 14 de julio, llegaron a Los Ángeles el 2 de agosto, a Santa Bárbara el día 19, y al área de San Simeón el 13 de septiembre.

Alcanzaron la zona de San Francisco el día 31 de octubre.

DE VUELTA AL SUR

El primero de noviembre de 1769, el gobernador Gaspar de Portolá (53) y su gente divisaron la Punta de los Reyes desde la Punta de San Pedro.

Imposibilitado de cruzar la Bahía de San Francisco desde la Punta de los Reyes y corto de provisiones, el gobernador Gaspar de Portolá (53) volvió al sur el 11 de noviembre de 1769.

El 10 de diciembre de 1769, el gobernador Gaspar de Portolá divisó de nuevo la Bahía de Monterey, de nuevo sin reconocimiento.

Regresaron a San Diego sin haber encontrado la bahía de Monterrey.

Sin duda alguna pasaron a un lado, pero las condiciones meteorológicas les impidieron avistar la bahía.

El viaje duró seis meses.

Después de descansar, preparó Portolá otra expedición, esta vez marítima y terrestre.

EN BUSCA DE MONTEREY

Con Fray Junípero Serra partió en busca de Monterey para establecer la misión que les había sido encomendada.

El navío “San Antonio” partió de la hoy bahía de San Diego el 16 de abril de 1770, a bordo iban el Padre SerraMiguel Constanzó (ingeniero militar y cartógrafo) y Pedro Prat (cirujano).

La expedición por tierra partió al día siguiente encabezada por el propio Portolá, acompañado por el oficial Pedro Fagés Beleta “El Oso”, doce Voluntarios Catalanes, siete soldados y cinco indios nativos de Baja California Sur.

El padre Crespí iba de capellán de la expedición terrestre.

MONTEREY

Después de 36 días de viaje, la expedición terrestre llegó a Monterey el 24 de mayo de 1770.

MISIÓN DE SAN CARLOS BORROMEO

En Monterey, Fray Junípero Serra fundó la Misión de San Carlos Borromeo el 3 de junio de 1770 y Juan José Pérez Hernández y el gobernador Gaspar de Portolá partieron para San Blas para reportar estos logros y conseguir bastimentos.

En el año 1776 fue nombrado gobernador de Puebla, recibió dinero para gastos, el rango de teniente coronel de dragones y regresó a España.

Volvió a Nueva España en 1777 como coronel y gobernador de Puebla, puesto que ocupó hasta 1785 cuando volvió a su país para servir en el regimiento de dragones de Numancia.

El 7 de febrero de 1786 fue nombrado teniente del rey de la plaza y castillos de la ciudad de Lérida, sustituyendo el conde de Lannoy, que había muerto.

El cargo conllevaba el mandato directo de los destacamentos fijos y temporales de la tropa, de los cuarteles, fortalezas y defensas, del corregimiento y capital de la Cataluña occidental.

APOPLEJÍA

La noche del 4 de octubre al 5 de octubre de 1786, Gaspar había sufrido un ataque de apoplejía que lo dejó paralizado, sin habla y sin conocimiento.

El teniente Pinós y el notario Madriguera estaban vigilantes y atentos.

El 9 de octubre de 1786, Portolá sufría grandes palpitaciones, sudor frío y convulsiones.

Sus asistentes llamaron de inmediato a los médicos y al teniente Francisco Pinós.

Tenía ataque de apoplejía, todo el lado derecho completamente paralizado, el brazo y la mano en una gran contracción.

Portolá, en los últimos momentos, había sido muy nervioso.

Movía la cabeza con cierta cadencia, tenía abiertos los ojos, mirando a los que le rodeaban como si los reconociera.

Tenía los labios secos y respiraba con dificultades.

Si alguien le daba la mano, le retenía.

Los médicos se limitaron a aplicarle compresas de agua y vinagre.

Sólo se oía el murmurar de la oración del cura que le administraba el sacramento de la unción y el jadeo del agonizante.

Finalmente, Gaspar muere entre las cinco y las seis de la tarde del 10 de octubre de 1786, Francisco Pinós se encargó de la responsabilidad de preparar las actuaciones necesarias para el entierro y el funeral.

El 11 de octubre de 1786, Gaspar fue enterrado en la Iglesia de San Pedro de la ciudad de Lérida.

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