Relatos de Utratumba

Por: Jorge Vargas.

Era mi primer día de trabajo en una institución psiquiátrica como personal de limpieza, mi turno sería de noche.

Debía tomar el tren  ya que el lugar quedaba no tan cerca de donde vivía.
Entusiasmado le conté a mi hermano sobre el empleo, pero su respuesta no fue de alegría sino de asombro:

¿Estás seguro que se trata de ese manicomio? Yo extrañado le respondí que sí y le pregunté el porqué de su asombro,  y me respondió:

¡Es imposible, ese manicomio está abandonado hace años! después de…

¡BASTA! –interrumpí, pensando que se trataría de una broma para hacerme asustar-

Le contesté: Se me hace tarde, adiós deséame suerte hermano; y sin intercambiar más palabras salí corriendo a tomar el tren.

Era una noche de tormenta, ¡qué mala suerte la mía!
Al llegar ahí, vi el gigantesco hospital. Su fachada era muy antigua y estaba un poco deteriorada.
El personal médico, enfermeras, y demás trabajadores eran un poco extraños, algo silenciosos, pero me dieron amablemente la bienvenida.

Sin demorar mucho más, empecé a recorrer limpiando los pasillos. Eran largos y algo oscuros; el ambiente era muy frío, había algo en ese lugar que me incomodaba y me hacía sentir extraño.
Después de pasar horas limpiando, llegó la medianoche y se terminaba mi turno, sólo me faltaba limpiar el pasillo donde se encontraban las habitaciones de los pacientes y después me iría a mi casa.

Al llegar, lo que observé desde la ventana, me dejó aterrorizado…

Allí estaban los médicos y enfermeras aplicándoles una serie de torturas a esas pobres personas que permanecían atadas a una cama de pies y manos. Otros con chalecos de fuerza,  tenían la cara cortada, aparatos atornillados en la cabeza; a otros les faltaban los ojos, algunos estaban mutilados.

Había sangre por todas partes y escuchaba los gritos de terror.

Grité para que dejaran en paz a esa gente. Ellos se dieron vuelta y con un rostro siniestro fijaron sus ojos en mí, sin contestar una palabra, sólo empezaron a reír.
Enojado quise advertirles que se detuvieran, ¡pero en un abrir y cerrar de ojos desaparecieron ante mí!

Todo lo que había visto ya no estaba ahí: Ni los pacientes, ni los médicos ni las enfermeras… ¡no había nadie!
Temblando de miedo, empecé a correr por esos interminables y oscuros pasillos, sentía risas y gritos, llanto y dolor. Veía almas torturadas pidiendo auxilio, todo era muerte a mi alrededor.

Cuando todo ese horror había terminado, investigué acerca de ese lugar maldito del cual mi hermano me había advertido y lamenté no haberlo escuchado.

“Muerte y torturas en un hospital psiquiátrico de Gran Bretaña”
Año 1920.  En el hospital psiquiátrico de Gran Bretaña, pacientes fueron asesinados por los mismos médicos y enfermeras del sanatorio, que luego de haber matado a sus pacientes, se suicidaron tirándose del último piso del edificio al verse descubiertos por la policía.
El lugar quedó abandonado desde aquel día. Nadie se ha atrevido a comprar el edificio nuevamente. Las almas torturadas reviven cada noche lo sucedido, siguen buscando escapar.

(Informamos que es copia, créditos a su autor)

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