EL CUIDADO DE LOS ANIMALES

Por: M.V.Z Fidel Lozano Gaspar

Características de las luciérnagas

Las luciérnagas, también conocidas como «bichos de luz», isondúes, gusanos de luz o cucuyos, son de los animales más conocidos por mucho, y quizá de los que menos «asco» pueden dar porque se relacionan con leyendas y con situaciones positivas de estos animales. Sin embargo, lo que quizá no sepa Ud. es que una luciérnaga es considerada un escarabajo que, por la noche, es capaz de iluminarse.

Pertenecen a la familia de los lampíridos (Lampyridae) y en la actualidad existen alrededor de 2000 especies diferentes.

Las luciérnagas se caracterizan por tener varias partes en su cuerpo diferenciadas: unas antenas delgadas y articuladas (que son muy importantes para orientarse y para asegurarse de que no hay peligro), un élitros (alas anteriores), y un protórax (que es el primer segmento del tórax de un insecto, que le cubre hasta casi la cabeza).

Pero lo más característico de las luciérnagas es, sin duda, su luz. Esta se produce debido a unos órganos lumínicos especiales, que se encuentra en la zona baja del abdomen.

Cuando estos insectos absorben oxígeno, este se combina con una sustancia llamada luciferina, que hace que se produzca la luz, sin generar calor por ello. Esta va a ser intermitente, y cada especie brillará de una forma diferente, utilizándola principalmente para encontrar pareja. De hecho, son capaces de encender o apagar la luz cuando ellos quieren. Además, también les sirve como defensa, porque si un depredador intenta atacarlas, pueden usar la luz como un aviso de que no son buenas opciones de alimentación.

Debe saber también Ud. que hay diferencia entre el macho y la hembra. El primero llega a su desarrollo como otros coleópteros. En cambio, la hembra sí que va a mantener en ciertos aspectos la forma larvaria, pareciéndose más a cochinillas que a escarabajos (tendrá las patas rechonchas y carecerá de alas).

Les gusta vivir en zonas templadas y cálidas y, en las noches de verano,  sin embargo, a pesar de que prefieran temperaturas cálidas, les gusta mucho la humedad y se encuentran sobre todo en Europa, Asia y América. Concretamente en zonas donde haya agua, bosques o pantanos.

El ciclo de vida de las luciérnagas

El ciclo vital de una luciérnaga no es demasiado amplio, ya que solo dura unos 2 años. En ese tiempo, pasa por cuatro fases diferentes: huevo o embrióń, larva, pupa y luciérnaga adulta.

La fase de huevo aparece cuando los ejemplares adultos se han apareado en verano. La hembra puede poner entre 50 y 150 huevos, normalmente en zonas húmedas del suelo, o en lugares cercanos a este ya que es importante que las larvas se encuentren allí para conseguir alimento.

Esos huevos se sabe que brillan ligeramente, un mecanismo de defensa para que otros animales no los toquen.

Pasadas 3-4 semanas los huevos dan lugar a las larvas, que se encargarán de cazar su alimento, como pueden ser caracoles, babosas,  o gusanos. Para ello, tienen una enzima que, al inyectarla en sus «víctimas», las paraliza, ayudándoles así a comérselos sin que opongan resistencia.

Esta fase de su vida, que es la mas larga dura aproximadamente un año.

Tras un año, las larvas empiezan a moverse cada vez menos y se forma a su alrededor una «pupa» donde llevan a cabo la metamorfosis. Esta puede durar unos 10 días o varias semanas. Y tras romper ese cascarón, saldrá una luciérnaga adulta.

En Asia y en Tennessee, en Estados Unidos, muchas luciérnagas se sincronizan? Es como si hicieran una coreografía de luces, con el objetivo de atraer a las hembras. Así, van iluminando y apagando de tal forma que es todo un espectáculo (y un evento turístico también).

Científicos han desentrañado el secreto químico de estos relucientes escarabajos estivales y según un nuevo estudio, algún día podrían mejorar la salud de las personas.

Stephen Miller, biólogo químico de la Escuela de Medicina de la Universidad de Massachusetts, quien estudia la luciferina y su uso potencial en la salud humana, considera importante seguir estudiando la luciferina y la bioluminiscencia debido a sus aplicaciones potenciales en medicina.

Por ejemplo, a principios de año, Miller fue parte de un equipo que usó luciferina para detectar enzimas específicas en el cerebro de ratas vivas, algo que algún día brindará a los médicos una ventana al interior del cerebro humano.

La luciferina de las luciérnagas ya está demostrando su utilidad como herramienta en escaneos de tumores humanos y en el desarrollo de fármacos anticancerosos, informa Branchini, otro científico que se ha dedicado a estudiar la razón de la luminiscencia de las luciérnagas.

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