Por Manuel Hernández “El Funo”

Antes de la corrida del pasado sábado en la Plaza México, entrevistaban al ganadero de Rancho Seco, que después de algunos años de no comparecer al coso más grande del mundo, esa tarde reaparecía.

“Todos los toros para esta corrida tienen excelente nota, nos vamos a divertir mucho esta tarde”, afirmaba con certeza el ganadero, Sergio Hernández Weber.

Hay que mencionar que este año, la ganadería cumple 100 años desde su fundación. “Desde que supe de la fecha, le pedí a la empresa que me la apartara, lo cual les agradezco de sobre manera”.

No debía haber pasado a más. En el cartel seis toreros buscando oportunidades; era casi el final de Feria de Aniversario de la plaza. Las figuras habían asistido a sus compromisos, se regalaron toros, se cortaron orejas y alguna que otra sorpresa agradable, el caso de novillero Arturo Gilio y la alternativa de Miguel Aguilar.

Misión cumplida. Faltaba esa tarde de oportunidad, la novillada del domingo y la corrida del domingo 20 de febrero y “¡este arroz ya se coció!”

Pero resulta que el ganadero tenía la boca llena de razón. Sus toros dieron excelente juego, salvo el segundo que lidió Juan Luis Silis, que buscó las tablas y no se prestó para lucimiento; el primero de Luis Fernando fue muy bravo, mientras tercero y cuarto fueron de arrastre lento y permitieron que Diego Sánchez (dos orejas), hijo del matador Luis Fernando Sánchez, así como Gerardo Adame (oreja) dieran cátedra de que se debe hacer cuando se enfrenta un toro con edad, trapío y bravura.

Una especial mención para Gerardo Rivera que también cortó oreja tras un trasteo con mucha entrega, pero un poco eléctrico, nada pausado; y para José María Hermosillo con el último de la tarde y que, aunque no cortó oreja tras pinchar en todo lo alto, fue fuertemente ovacionado con una gran petición de oreja.

El triunfador de la tarde, aparte de Rancho Seco y el escaso público que asistió a pesar del clima gélido de la capital, fue Diego Sánchez que se colocó en el cartel del próximo domingo 20 de febrero, al lado de Arturo Macías y Fermín Rivera, con toros de Barralva.

Diego, Gerardo Adame, Gerardo Rivera y José María fueron todo entrega y pundonor, cada uno muy a tono con el colaborador que les tocó en suerte.

La empresa ni nadie, esperábamos un triunfo así. Resulta que sí hay jóvenes toreros que pueden funcionar y sí hay toros con trapío y bravos que hacen que los tendidos se enciendan de emoción.

La puerta está abierta no sólo para los toreros que triunfaron, sino también para la empresa y para otras ganaderías. Las oportunidades llegan cuando menos lo esperamos, hay que aprovecharlas.

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