Por Paco García Burgos, Consultor y analista político.

En mi artículo de la semana pasada, daba cuenta del primer lugar que ocupa Tijuana, por segundo año consecutivo, como la ciudad más violenta del mundo según informa el Consejo Ciudadano de Seguridad Pública y Justicia Penal, que desde hace más de 10 años publica su análisis internacional. Citaba en ese artículo a la impunidad como una de las causas principales de los homicidios cometidos, como ha sido postura de la fundación EduPaz desde que analiza la incidencia delictiva.

Como parte de esos análisis, en unas semanas estará listo el informe sobre impunidad en el que estamos trabajando. Pero hoy quiero dar la primicia sobre la impunidad en el delito de homicidio doloso cometido en BC durante 2019. Ese año se abrieron 2,886 carpetas de investigación de ese delito en el Estado. Cada una registra al menos un homicidio, pero pueden ser más, pues en un incidente, digamos en una balacera, puede haber más de una persona asesinada pero se registra en la misma carpeta de investigación.

Como parte de este trabajo, EduPaz solicitó a la fiscalía estatal el dato de cuántos detenidos ha habido, hasta la fecha de la consulta, por presuntamente haber cometido un homicidio el año pasado. Tuvimos la respuesta. 105. Sí. Ciento cinco. Es una respuesta desoladora.

Solo 3.63% de las carpetas de investigación tienen al menos un detenido. Falta ver que ese detenido sea sentenciado, pero ese dato no lo hemos obtenido. Pero suponiendo que todos los detenidos lleguen a una sentencia condenatoria, tendríamos un índice de impunidad del 96.37% en los homicidios cometidos el año pasado. Aún si el número de detenidos aumentara, ¿qué tanto puede hacerlo? ¿Al 10%? ¿Al 20%? Hablaríamos de un 80% de impunidad. Es insostenible.

Si queremos que las cosas cambien en el Estado, esto no puede seguir igual. Quienes cometen esos homicidios podrán decir que hay un 3% de probabilidades de que los agarren. ¿Cuál es entonces su incentivo, en términos de ley, para dejar de cometerlos? Al contrario, la impunidad es un incentivo para seguir en el oficio de sicario: Cobro un dinero, le disparo a alguien, sigo en libertad para gastarme mis 500 pesos, y me preparo para el siguiente contrato.

Urge que los gobiernos municipal, estatal y federal, inviertan en tener más policías municipales, más agentes y agencias del Ministerio Público, con mejores prestaciones, mejor preparadas, mejor equipadas y con instrumentos de control suficientes para que hagan su trabajo sin abusos a los ciudadanos.

Como los recursos son limitados, habrá que dejar de hacer otras cosas, pero es importante poner el dinero en lo que más nos está doliendo a los bajacalifornianos: En la seguridad pública.

paco@pacogarciaburgos.mx

 *LAS OPINIONES DEL AUTOR NO REFLEJAN LAS DE LA EMPRESA*

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