La agitada vida que llevamos en la actualidad, ha repercutido en nuestras enfermedades y manías. Hoy están consideradas como pandemias: La depresión y la ansiedad; algunos estudiosos de la salud consideran que en mucho ayudaría a sus dolencias y padecimientos una buena lectura de poesía u otras obras de la literatura. Desde que me inicié en el hábito de la lectura la he visto  como parte importante de mi vida. Pero, enterarme de que “Los libros comenzarán a recetarse como un complemento en los tratamientos terapéuticos” es otra cosa. Ya en otro momento había leído aquello de que eres según como alimentes tu mente, pero jamás imaginé que los libros serían prescritos en una receta médica. Mi respeto por los galenos obedece a que la gran mayoría son lectores asiduos, también sé que algunos de ellos en el ánimo de bajar el consumo de químicos para recuperar la salud de sus pacientes, abren su mente a nuevas maneras de sanar y recuperar el equilibrio del cuerpo y la mente.

Dentro de los aportes que consideran se pueden obtener de una buena lectura, está aquella de que se puede alterar la química del organismo al modificar los niveles de estrés, solo realizando lecturas moderadas y agradables que reduzcan la tensión y den placer, como aquellos textos que puedan contener historias o aventuras que lleguen a provocar la risa. Hay detractores en el tema, pues es conocido, que muchos escritores han tenido vidas azarosas y sufridas como el caso de Virginia Wolf, Alejandra Pizarnik, Oscar Wilde o Truman Capote, por mencionar algunos, pero aun ellos en sus momentos de mayor dolor o debilidad, escribieron verdaderas joyas de amor, pasión, lucidez y optimismo. Pero yo, sin ser médico además agregaría que la lectura fuera en libros impresos en papel, porque al pasar cada hoja o posar las manos en el papel se estimulan otros sentidos y hasta el sonido que se produce al dar vuelta a la hoja estimula el oído, lo cual hace a la lectura algo más íntimo y de disfrute personal; también puede compartirse con alguien cercano…muy cercano que conozca nuestros gustos en este género.

Además, agregaría leer en voz alta a cualquier edad, ya que no solo beneficia el intelecto o las emociones, nos permite ser más sensibles al momento de expresarnos e incluso nos estimula espiritualmente. Cuando alguien lee para nosotros nuestros sentidos se agudizan. Nos estimula porque somos importantes para ese alguien y nos hace divagar, se podría equiparar a un masaje para el alma. A las personas de mayor edad puede producirles consuelo y vigor, parecido a tomarse un tónico reconstituyente o unas vitaminas. Por otra parte, es estimulante escuchar nuestra propia voz al leer en voz alta, nos reconforta, nos tranquiliza es como proporcionarnos caricias en el alma, así que como podemos ver la receta prescrita por un médico que contenga “Asistir a una biblioteca” o “Leer en voz alta”, deberá ser surtida con esmero y cuidado por aquellos encargados de las bibliotecas, para que sean acertados sus consejos literarios y produzcan en ese ser amor, paz, armonía y todo el bienestar que necesita esa persona que busca calmar sus enfermedades con una buena lectura.

Así que todos dispuestos a leer y ubicar las bibliotecas más cercanas a nuestros domicilios, que será otra forma de recuperar nuestra manera de convivir con personas diferentes, pero que compartan algunos de nuestros intereses para combatir las enfermedades nuevas que aquejan a nuestros cuerpos en esta forma de vida tan acelerada que llevamos hoy en día…

“No se ama a alguien por su apariencia o su ropa, ni por su coche de lujo, sino por que canta una canción que solo uno puede oír”                                                                               Oscar Wilde

“Escribir un poema es reparar la herida fundamental, la desgarradura. Porque todos estamos heridos”                                                                                                                           Alejandra Pizarnik

“Leer es vivir y sentir todas las emociones en un día a través de las letras de otros, escribir un poema de amor es mostrar los secretos más ocultos de nuestro corazón, quien lo lee puede sentir cuanto vibra su ser, y llegará hasta el llanto, se emocionará con el escrito, sentirá que se desgarra su alma, y se escudará en el escritor”                                                               Lylia Ciriam Verdugo Ruiz

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