Por Lylia Ciriam Verdugo Ruiz.

Cada día es una oportunidad para contar historias a nuestros seres cercanos, nos permite la convivencia, conocer palabras nuevas e incluso saber más sobre la vida de nuestros vecinos, amigos o familia.

Al contar historias a niños y jóvenes nos da la pauta para enseñarles algunos acontecimientos importantes, que vivimos o a su vez otros nos platicaron, esos hechos deben ser hilados con un poco de imaginación, aderezadas con aventuras que los atrape, con ello conocerán fechas y datos que nos interesa trasmitir.

El arte de narrar debe ser visto como una herramienta de enseñanza en la educación en jardín de niños y primaria. Los beneficios en el aprendizaje son muy importantes, a los niños y jóvenes les permite tener empatía con otros, estimula el desarrollo de la imaginación y hasta promueve la solución de conflictos. Por si fuera poco, permite la estimulación del lenguaje, la incorporación de palabras a su vocabulario y el aprendizaje de diferentes expresiones.

Los lazos de afecto se fortalecen entre padres e hijos, al explicar experiencias que vivimos cuando fuimos niños o jóvenes. También permite convivir con aquellas personas que viven en cada hogar como abuelos, tíos u otro ser que viva en casa. Saber cosas y hechos importantes de los mayores con quienes vivimos día a día es una manera de saber de qué manera fueron integrando alguna palabra a su lenguaje o si alguna persona cercana a ellos en otro tiempo también las utilizaba, permite que surja esa complicidad e intimidad al disfrutar una broma o chiste que es conocido sólo por el núcleo familiar o un grupo pequeño de amistades.

Dentro de las historias se puede incorporar moralejas, es decir “Todas aquellas cosas que queremos que los demás aprendan o recuerden” como: Evitar hablar con extraños, respetar las cosas ajenas o aprender a guardar silencio. Cuando se termina cada historia es importante preguntarles a los niños y jóvenes si tienen comentarios o alguna situación de la que quieran conversar, permite la retroalimentación, saber si alguna palabra no se comprendió o incluso en comentarios que parecen fuera de lugar nos da información de aquello que les acongoja o preocupa.

Al relatar una historia nos da la pauta para explicar cómo son otros lugares, al explicar si ese suceso se llevó a cabo en un lugar que tenga alguna característica, como un bosque o lago, o si se llevó a cabo en nuestra localidad o en un lugar distante, para ello hay quienes se auxilian de mapas, lo que hace más divertido escuchar al narrador.

Los cuentos permiten a oyentes expresar sobre alguna situación que les preocupa, sí, aunque no lo crean los niños también tienen preocupaciones, como el tener un enfermo en la familia, la pérdida de un ser cercano, o el divorcio de los padres. Al momento de participar y expresar sus sentimientos, los pequeños y jóvenes pueden abordar temas que les preocupan o les causa ansiedad, y al expresar su sentir pueden ser orientados de manera adecuada para ellos.

Hoy en día la cantidad de cuentos ofrecen una variedad de temas que pueden ser tratados de la mejor manera y sin quebrarnos tanto la cabeza. Eso sin dejar de lado las presentaciones, ya que las hay en papel, en audio y en videos. Por si fuera poco, cada vez son mejores las presentaciones por que se abarca un público específico al que va dirigido, el cual puede leerlos con la certeza y confianza de estar orientados a su edad.

También hay textos que están escritos en Braille lo cual es una maravilla, ya que están al alcance de aquellos que carecen de la vista, pero pueden leer de esta manera.   

Contar historias es un arte, hay quienes estudian para hacerlo, pero cualquiera de nosotros se puede convertir en un buen narrador de historias, ya que todos tenemos algunas experiencias que quisiéramos que otros conocieran, hay que atrevernos. Tener constancia, disposición para hacerlo y una buena dosis de humor para hacer divertido el tiempo de convivencia, es una oportunidad que debemos aprovechar, para convivir con las personas cercanas y a su vez conocer lo que hacen y a lo que se enfrentan cada uno de ellos.

Mientras el tiempo transcurre seguiremos adaptándonos a las actividades cotidianas, en una nueva normalidad que es digna de narrarse por cada uno de nosotros, con las anécdotas que cada uno podamos aportar.

“La mejor historia del mundo, es la más fácil de contar”.

Ricardo Piglia.

“Los detalles son la esencia de una buena narración…y de una vida bien planteada”.

César Fernández García.

      *LAS OPINIONES DEL AUTOR NO REFLEJAN LAS DE LA EMPRESA*

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