Comentario Político de Paco García Burgos

Como lo señalé al referirme a la detención de García Luna, quiero dejar claro que este comentario sobre el General Cienfuegos lo escribo suponiendo que aquello de lo que lo acusan es cierto, y a sabiendas de que su proceso judicial apenas inicia y cuyo resultado habrá que esperar. Ya la DEA, ha tenido que pedir disculpas por acusar sin pruebas suficientes a otros mexicanos y éste puede ser el caso del General. Sin embargo, creo oportuno analizar el peor escenario de todos: que sea cierto.

Digo que es la peor noticia en décadas, porque de ser ciertas las acusaciones, las implicaciones para México son devastadoras. Y lo son por una sola razón: Significarían que el ejército, la institución más respetada en este país, la única con presencia en todos los rincones de la patria, sobre cuyos hombres y mujeres ha descansado la estrategia para detener al crimen organizado desde hace 14 años, la única que pudiera derrocar al régimen en turno, etc., estaría invadida por los largos tentáculos del narcotráfico y entonces responde no a los intereses nacionales, sino a aquellos de los grupos criminales mexicanos.

Se acusa al General Cienfuegos de producción, distribución e importación a Estados Unidos de drogas. Si esto es cierto, está claro que no lo hizo solo, y no creo que lo haya hecho con un grupo de empleados contratados por él en lo personal, sino que debe haber usado a miembros, vehículos y recursos del ejército. Para usar empleados no militares su ayuda no sería necesaria, esos ya los tienen los capos de la droga, lo que requerían es el escudo de los hombres y vehículos de verde.

¿Quién se atreve a detener un vehículo militar en las carreteras de México? ¿Quién le puede decir al ejército que no acceda a una zona geográfica en medio de las montañas? Solo otro militar de mayor rango. Pero eso no sucedía, se les dejaba sembrar, cosechar, empacar, transportar y cobrar sin que alguien los detuviera, inspeccionara o delatara. Solo hay una explicación para ello, la complicidad. Y la complicidad a esos niveles no se da como una secuencia de favores, sino de entregas de dinero. Las toneladas que transportaban los vehículos militares de un punto a otro del país, forzosamente llegaban a cuarteles militares, pasaban por retenes militares, descansaban en bases militares, y todo ello requería de discreción y privacidad, y eso no se obtiene gratis.

Esta actividad ilícita debe haber invadido al ejército en todos los niveles y en muchas regiones militares. En lo que se comprueba o no la culpabilidad del General, el gobierno mexicano debería ya estar investigando los alcances de tal acusación en los actuales mandos militares. De ello dependerán dos cosas: La subsistencia del régimen para que siga siendo un apoyo del gobierno y evitar que llegue el momento en que se hagan cargo del país con el Presidente en turno y electo en las urnas, o con el que ellos decidan; y evitar que le pase al ejército mexicano lo que le pasó al venezolano, se convirtió en la organización de narcotráfico más importante de Venezuela. Todavía estamos a tiempos de evitarlo.

Paco García Burgos

Consultor y analista político

paco@pacogarciaburgos.mx

-LAS OPINIONES DEL AUTOR, NO REFLEJAN LAS DE LA EMPRESA-

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