Por Lylia Ciriam Verdugo Ruiz.
Mucho se habla de la situación que enfrentan los docentes para la impartición de clases y de enseñanza, cambios que se generaron por motivo de la Pandemia, pero ¿Sabemos a lo que se enfrentan los padres? ¿Hay computadoras disponibles en cada hogar? ¿Tienen acceso a internet todos los alumnos en sus hogares? Y suponiendo que a todas las interrogantes contestemos que Sí, los padres ¿Tienen el conocimiento suficiente para tener acceso a cada una de las plataformas? Quizá una de las enseñanzas más importantes que nos deje la Pandemia, sea conocer y saber las limitantes que hay entre las personas para poder apoyar a cada uno de sus hijos para que reciban sus clases en forma oportuna. El aprendizaje a distancia que pomposamente se promueve en muchos países del mundo dejó ver una vez más diferencias económicas y sociales, en todos y cada uno de los niveles educativos.
El primero y que poco se menciona (Antes de hablar de dispositivos tecnológicos disponibles) es el lugar que será destinado para realizar los deberes escolares, en pocas casas existe un estudio o incluso escritorio para realizar los deberes escolares. Escuché por parte de una especialista en la materia que: Se debe buscar un lugar iluminado, ventilado y con acceso a los materiales que el alumno debe utilizar para desempeñar su trabajo. Aquí debo mencionar que cuando inició la etapa de estar en los hogares, estaban por iniciar las vacaciones de semana santa, por lo que muchos alumnos dejaron sus libros en sus respectivas escuelas, motivo por el cual los docentes debieron ir un día específico para entregar materiales y libros, a los padres de familia, para que los alumnos pudieran desarrollar sus actividades escolares.
Pero volvamos al hecho de que una vez con el material escolar en sus manos, y entregado a los hijos e integrado a su área de trabajo, y como además están en casa para el momento en que ingresa a las clases en línea, para ese momento ya desayunó el alumno, es decir hay una adecuación al horario del aprendizaje. Por otra parte, debe haber disciplina por parte del alumno y hasta del padre de familia, para que su hijo reciba clases en línea, pero ¿Qué hace el padre de familia? Si al mismo tiempo que el hijo estudia, él debe realizar su trabajo y tiene un solo dispositivo digital. Supongo, sin quitarle importancia al aprendizaje de su hijo, decidirá trabajar para poder cumplir con los compromisos de alimentación y vestido del menor. Eso sin soslayar que hay hogares en que las casas son tan pequeñitas que deberán trabajar los miembros de la familia en el comedor, eso sí, “Todos los miembros de la familia, cada uno tiene su propia computadora”.
También hay otra realidad, que se enfrenta día con día en cada familia, es el hecho de que cada docente utiliza una plataforma diferente, así que un alumno de educación secundaria hay días en que trabaja en páginas o plataformas distintas, pero en varios casos hay momentos en que es muy complicado tener acceso a alguna de las plataformas. Así que la tarea o trabajo entregado estará fuera de tiempo de la fecha señalada por el docente. Y ya no digamos de los alumnos en educación profesional, que dicho sea de paso hace unos días se hacía del conocimiento público de muchos jóvenes universitarios que carecen de una computadora personal, ¿Qué harán para acreditar su escolaridad?
Por lo que enfrentamos una realidad complicada pero no insuperable, el aprendizaje a distancia, donde vemos que los Planes de Estudio no podrán ser completados por los alumnos, en cada nivel educativo, donde los padres de familia de la noche a la mañana se convirtieron en auxiliar docente, Psicólogo escolar, Nutriólogo, Maestro de educación física, e incluso vigilante de la entrega de tareas, nos hace patente que regresaremos a un ciclo escolar distinto, y con alumnos que eso debe ser los más importante que hay Alumnos y Docentes para el regreso a clases. Por lo cual no debería preocuparnos demasiado, si tomamos en cuenta que estuvimos ante un problema de salud pública que nos afecta y nos afectó a todos y que por momentos dejamos de ver que pendíamos de un hilo (O quizá no está superado lo peor) no sabemos a ciencia cierta si ya estamos libres del bicho que no sólo atacó nuestros cuerpos, sino que además puso al descubierto todas aquellas áreas dónde debemos mejorar en el futuro y ello es tener conciencia de que por principio de todo, quienes estamos en casa, los padres de familia, llegamos a ocupar un lugar importante en materia de la educación de nuestro país, por lo que en lugar de ver todo aquello que nos falta, en conjunto con el gobierno en sus diferentes órdenes, una vez que se esté controlada la enfermedad en nuestro país, veamos la manera en que se apoye la educación, para aquellos a quienes el nulo o escaso acceso a la tecnología no los deje en desventaja frente a los que sí tuvieron acceso.
Los padres que hemos estado como apoyo, sombra, docente, instructor o hasta prefecto de cada uno de nuestros hijos, no debemos sentirnos mal por no comprender todo lo que debían hacer cada uno, lo que realmente debemos ver y agradecer es que quizá enfrentamos la vida dando gracias porque ningún familiar perdió su trabajo o dejó de existir, así que el aprender quedó en un lugar importante en la lista de prioridades, pero acomodado en forma distinta en nuestra línea del tiempo, más si tomamos en cuenta que el bicho que enfrentamos no es cualquier cosa y que aún nos deja sentir las consecuencias de su presencia, para todos un momento de trascendencia, superación y fortaleza en nuestro camino a seguir.
“La vida es un 10% lo que nos ocurre, y un 90% cómo reaccionamos a ello”
Charles Swindoll
“La ley es: “Prohibido rendirse”. Respira hondo y sigue adelante”
Anónimo
*LAS OPINIONES DEL AUTOR NO REFLEJAN LAS DE LA EMPRESA*