Han pasado ya dieciocho meses de haberse celebrado las elecciones presidenciales del año 2018, ver cómo los ciudadanos se volcaron a votar por los candidatos del Movimiento de Regeneración Nacional con Andrés Manuel López Obrador a la cabeza en calidad de candidato a Presidente de la República, señalar que fueron más de treinta millones de sufragios que, sin ninguna impugnación del resto de los partidos políticos y sus candidatos, reconocieron la victoria del tabasqueño y aceptaron la decisión ciudadana.
También en estos días se cumple un año de la toma de posesión del actual Presidente de México, en este período se han visto muchos cambios y reformas a diferentes artículos de nuestra Constitución general de la República, así como a la manera de desarrollar los diversos programas de bienestar social, así como la creación de nuevos proyectos y programas de gobierno.
A lo largo de estos últimos 365 días, he visto cómo a pesar de las críticas, comentarios, opiniones y expresiones en contra, este gobierno ha seguido avanzando en sus actividades y en sus planes, cierto que remar contra corriente no es nada agradable y lo que ha sucedido es que se han retrasado obras muy importantes en el desarrollo de nuestro país.
Algo que ha sorprendido a muchos es el gran poder político que ha acumulado el partido MORENA, desde el control en la cámara de Diputados y en la de Senadores, a partir de ahí pueden hacer y deshacer en cuanto a reformas constitucionales, ya que también dominan en los congresos estatales suficientes para validar los cambios que han implementado, así como nombramientos en los que se requiere la aprobación de una o de las dos agrupaciones del poder legislativo.
Una fue el nombramiento de la presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, la señora Rosario Piedra Ibarra a quien la ungieron como tal, a pesar de los argumentos que varios partidos interpusieron, en el conteo de los votos de los Senadores y en los requisitos que se requerían para llegar a tal posición, con todo y ello, se impuso la decisión de MORENA y sus aliados.
Otra fue la aprobación del presupuesto de egresos de la federación, donde se realizó una redistribución de los más de seis billones de pesos y los más afectados con reducciones considerables fueron el Instituto Nacional Electoral, la Fiscalía General de la República, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, la Comisión Nacional de Competencia Económica, entre otras, además de que con toda seguridad se verán afectadas las participaciones a las Entidades Federativas y a los Municipios, todo eso se aprobó por los Diputados aún con los votos de la oposición, menos los del Partido Acción Nacional cuyos legisladores no se presentaron a esa importante sesión en la que se discutió este tema.
Ahora se vislumbra que habrá importantes cambios o reformas en la estructura y en la manera de operar del I.N.E. para también tener el control de este organismo, posteriormente vendrán cambios en la Suprema Corte de Justicia de la Nación al ir cambiando ministros y así poder tener de su lado a los tres poderes de la Nación.
De esa manera, poco a poco se irán adhiriendo otros organismos “Autónomos” que no se sujeten a lo que dispone la cuarta transformación o que estorben para avanzar en este nuevo régimen.
Aún sin embargo no se ve que el Presidente pierda popularidad, la gente lo quiere, se ve en las reuniones que celebra en los diferentes pueblos que visita en los fines de semana, donde platica con las comunidades.
Hay que considerar que si le va bien a A.M.L.O, le va bien a México, eso es lo más importante.
Todavía queda mucho por ver en este gobierno y los cambios que está realizando, tiene todo para hacerlo, aunque a muchos no les guste.
