El refrán mexicano que dice “le dieron una sopa de su propio chocolate”, le queda bien a Genaro García Luna con su detención en Houston el pasado diciembre porque de manera fundamental tuvo origen en la declaración de un testigo protegido que conocía muy bien: Jesús Reynaldo “El Rey” Zambada, hermano de “El Mayo”, quién entre otras cosas dijo que le entregó tres millones de dólares en una maleta.
El Rey Zambada no le era desconocido a García Luna pues bajo su mando, la Policía Federal lo detuvo en la ciudad de México en octubre de 2008 cuando era el principal operador de su hermano en el centro del país, teniendo como sede y base la ciudad de México. De hecho, antes de rendirse y entregarse -fueron detenidas 15 personas más incluyendo a su hijo y un sobrino-, pidió por teléfono la ‘atención’ de que lo dejaran libre cosa que le fue negada, lo que dio a pensar que esa detención y posterior exhibición ante los medios de comunicación (lo que le encantaba a García Luna) no se iba a quedar sin consecuencias puesto que a la estructura criminal de “El Mayo” Zambada le habían pegado en el corazón y en el bolsillo: en el corazón, porque su hermano y dos sobrinos habían sido detenidos; en el bolsillo, porque era precisamente “El Rey” Zambada el gran cerebro y operador financiero de las operaciones delictivas en el centro y sur del país.
Meses antes a esta detención -agosto de 2008-, Felipe Calderón había iniciado lo que llamó “Operación Limpieza” en PGR pretendiendo dar un golpe de timón en su lucha contra el crimen organizado para depurar la institución y recuperar la credibilidad ciudadana, pues para ese entonces -casi dos años de gobierno- era evidente que estaba fallando y que la delincuencia organizada se empoderaba a paso firme en sus acciones. Así, en septiembre de ese año se fueron produciendo detenciones medianamente importantes -lo que se conoce de ‘media tabla’ para abajo- incluyendo algunos mandos medios de la SSPF, en lo que se consideró que era una operación ‘por encimita’.
Llegó noviembre de 2008 -el 4 para ser exactos- y la delincuencia organizada le devolvió el golpe a Calderón con una acción que bien podría encuadrarse en el refrán que dice “amor con amor se paga”, pues fue derribado el avión en el que viajaba el entonces secretario de Gobernación Juan Camilo Mouriño; así como un mes antes a la organización criminal le pegaron en el corazón y en el bolsillo, así se lo devolvieron a Calderón pues Mouriño era para él un hermano además de ser el número dos en la política nacional y muy probable candidato presidencial por el PAN. De hecho, cuando derribaron el Learjet 45 XC-VMC Calderón fue informado por el extinto Estado Mayor Presidencial estando en el aeropuerto de Guadalajara y dio la orden “comuníquenme con Juan Camilo”, recibiendo como respuesta “Señor Presidente, en ese avión viajaba”. Fue evidente su tristeza y abatimiento al informar a los medios de la caída.
A partir de ese suceso la “Operación Limpieza” se endureció y elevó sus miras porque en cascada se comenzaron a arraigar funcionaros de primer nivel tanto de la PGR como de la SSPF, siendo estos un ex subprocurador de la SIEDO, dos directores de INTERPOL y un comisionado de la PFP, entre otros de menor rango pero no de importancia, quienes quedaron detenidos en penales de alta seguridad sujetos a proceso penal y pocos años después fueron liberados, todos.
Así que García Luna sabía muy bien quién era El Rey Zambada, hoy testigo protegido y principal declarante en su contra, lo que evidentemente debe ser considerado para medir la validez del testimonio incriminatorio porque eso de que en una maleta le entregó tres millones de dólares se reduce a cero valor probatorio con una prueba pericial de peso, medidas y dimensiones de billetes que en su conjunto acumulen dicha suma.
Pero de que le aplicaron una sopa de su propio chocolate no hay ninguna duda porque García Luna fue el principal impulsor de la figura de “testigo protegido” en nuestro país, en la que se basó en infinidad de ocasiones para arraigar a ciudadanos con base en esos testimonios y que a la postre resultaban falsos, inverosímiles e insostenibles, pero que ya habían causado un daño irreparable: la privación de libertad, encarcelamiento y enjuiciamiento muy lento y prolongado de quienes cayeron en sus garras. Recuerdo incluso cuando un juez de Distrito de Tamaulipas me comentó en Santiago de Chile -en un visita oficial junto con el finado Ministro Gudiño Pelayo-, que le habían consignado con pedimento de orden de aprehensión a un grupo de aproximadamente cien policías locales con base en un expediente de más de veinte mil hojas, y que al no poder leerlo completo prefirió dictar y entregar las órdenes de aprehensión para no meterse en problemas con ‘la federal’. Le reclamé fuertemente el daño que causaba y esa, es otra historia.
No hay duda de que García Luna era un gran actor mediático para presentar ‘logros’ del combate a la delincuencia del gobierno de Calderón, y como muestra, le comento no de uno sino de dos botones: la detención de Florence Cassez con el show televisivo de su captura en vivo que a la postre le valió su liberación y repatriación, y el del ‘aeropirata’ Josmar Flores Pereira que en septiembre de 2009 ‘secuestró’ un avión en ruta Cancún – DF el cual aterrizó sin contratiempos catorce minutos antes de su llegada de itinerario, y sin que ninguno de los pasajeros se percatara de anormalidad alguna. En ese mes escribí que cuando el ‘secuestrador’ ya había ‘liberado’ a todos los pasajeros –secuestro sin rehenes-, la Policía Federal ‘tomó por asalto’ la nave asegurando al ‘pirata’. Obviamente, el show televiso fue otro exitoso montaje y de allí que bauticé a Genaro García Luna como “GGL Productions” por esos dramas televisivos pues de ese asunto en Televisa entrevistaron a toda la tripulación varias veces, presentaron como héroe al capitán de la aeronave por ‘haber mantenido la calma’ y le preguntaron, incluso, la comida preferida de sus mascotas. Josmar quedó en libertad un par de años después.
Hoy, recluido en una celda, seguramente García Luna ha de estar pensando en cómo es posible que le den valor absoluto al dicho de un criminal bajo la modalidad de testigo protegido, y se ha de dar topes contra la pared al rememorar que hizo lo mismo muchas veces en contra de muchos inocentes, pues no olvidemos que fue un poderoso supersecretario de Seguridad Pública, consentido y arropado por el presidente Calderón con mayor poder incluso que los procuradores Medina Mora y Marisela Morales, al que le compró -se ufanaba el presidente de ello- ‘todos los juguetes de Jack Bauer’,.
Por eso, y como dice el refrán, ha de pensar que le dieron “una sopa de su propio chocolate” y que “amor, con amor se paga”.
Ya sabremos del descenlace…