Es inevitable no emitir mi opinión y mis comentarios sobre lo sucedido ya hace algunos días en la ciudad de Culiacán Sinaloa, cuando se “Planeó” la estrategia policiaca y militar para detener y apresar a un personaje del narcotráfico, hijo del famoso Chapo Guzmán, quien tiene orden de aprehensión con fines de extradición, requerido por el gobierno y la autoridad estadounidense, por el delito de introducir gran cantidad de droga a ese país, para satisfacer la demanda que sus ciudadanos reclaman día a día.
En realidad fueron dos operativos que se encontraron al mismo tiempo, uno de ellos organizado por el Estado mexicano, léase Secretaría de Seguridad Ciudadana, en coordinación con la Guardia Nacional, Policía Federal, Secretaría de la Defensa Nacional, Secretaría de marina y otras agrupaciones locales, el otro organizado por un poderoso grupo denominado Cártel de Sinaloa, cuyo líder indiscutible es Joaquín Guzmán Loera, hoy preso en un centro penitenciario del vecino país del norte.
El primero resultó un rotundo fracaso al no prepararlo bien, sin medir la reacción que pudiera tener el grupo opositor, no se imaginaron nunca que sucedería lo que lamentablemente pasó en esa ciudad, durante varias horas que según los que lo vivieron, se convirtió en un verdadero infierno, donde hubo muertos, heridos, quema de vehículos, bloqueos de diferentes vialidades y muchas más alteraciones del orden público, donde los más frágiles eran los ciudadanos que radican en esa región de nuestro País, exponiendo su vida ante los disparos que se hacían entre los dos bandos.
El segundo operativo fue el que realizaron los del bando del grupo delictivo, que en cuestión de minutos “Pusieron de cabeza “a todo un gobierno y sus tres niveles, desquiciaron a una próspera ciudad sembrando el terror entre sus habitantes, al final resultó ser el que dio resultado porque lograron lo que querían, que liberaran a su jefe o a su patrón, arrebatándoselos de donde lo tenían detenido, ahora se dice que también un hermano que también estaba detenido, fue liberado por órdenes superiores del gabinete federal de seguridad.
Muchos nos preguntamos cómo es que existen en México tantas armas de todos los calibres, incluyendo las llamadas de uso exclusivo del ejército, la gran mayoría de ese armamento proviene de los Estados Unidos de América y llega a nuestro país a manera de contrabando, algunas a través de las mismas aduanas, no se sabe si con el beneplácito de los oficiales, otras más se introducen por algunos puntos de los miles de kilómetros de frontera que tenemos con ellos, ahora se quiere que no vendan armas que luego llegan a nuestro país, yo creo que nuestro vecino jamás dejará de fabricar rifles, pistolas y demás armamento y venderlas a quien las pueda comprar, de eso han hecho, en gran parte su riqueza, son especialistas en armar conflictos en muchos países y según se dice les venden ese producto a los grupos que se matan entre ellos.
Ahora se realizan reuniones de “Alto nivel” para detener ese contrabando, el problema está en nuestras aduanas por las que introducen a México miles y miles de piezas bélicas, habría que endurecer las revisiones, vigilar a los oficiales aduanales, castigar severamente a quienes permitan el paso de ese armamento por acción o por omisión y destacar agentes anónimos en toda la línea fronteriza.
Un ciudadano mexicano no puede tener en su domicilio, para defensa propia, de su familia y de su propiedad cualquier tipo de arma, pena de que lo detengan y lo internen en un reclusorio, mucho más grave que llegue a utilizarla aunque sea para proteger su domicilio y en ocasiones hasta su misma vida, pero otros si las poseen, las utilizan para cometer delitos y nunca son detenidos, o si los detienen, al día siguiente andan libres para seguir cometiendo fechorías, es cuando digo QUE ALGUIEN ME EXPLIQUE.
Es muy difícil aceptar este estado de cosas, tenemos que protegernos nosotros mismos de los maleantes, enrejar ventanas y puertas de nuestras casas, colocar con recursos propios cámaras de video, alarmas y otras medidas para mantener la tranquilidad familiar y lo que con muchos esfuerzos podemos comprar.
Ya se habla de que existe un Estado dentro de otro Estado. El llamado es para nuestros gobernantes y legisladores a fin de que se pueda frenar la delincuencia que anda suelta en todos los rincones de nuestra patria.