Relatos de Ultratumba.
Por: Jorge Vargas.
Tenía apenas ocho años de edad, cuando fui internada en un hospital. Estuve alrededor de una semana. Recuerdo que a mi cuarto, todas las noches llegaba una enfermera con un olor de perfume tan lindo, que hasta el día de hoy, puedo percibirlo.
Esta enfermera, como todas las noches llegaba a checarme el suero y mi temperatura, era una enfermera muy buena. Siempre le pedía una gelatina de limón y ella llegaba con dos.
Una de esas noches no podía dormir, y ella me contó un cuento de princesas que me gustó tanto que terminé pidiéndole otro más.
Era tan linda y buena que siempre me complacía en todo.
Le pedí que no se fuera de mi lado en toda la noche, a lo que ella me contestó:
-No puedo pequeña, aún tengo mucho que hacer.
Me quedé triste al ver que no pudo complacerme. Pero prometió volver, apenas terminara de atender a los demás pacientes.
Yo como niña berrinchuda, no me quedé en mi habitación. Salí y empecé a caminar por los largos pasillos del hospital, buscando a mi enfermera favorita.
¡No corrí con suerte! Al regresar a mi cuarto, estaban un doctor y otra enfermera preocupados por mí. Me llevaron a mi cama y me cuestionaron que si por qué no estabas en mi cama. Sonreí y me cobijé.
A la mañana siguiente, al llegar el doctor me preguntó:
¿Por qué no estabas en tu cuarto ayer en la noche? Le dije que mi enfermera favorita se había ido y que quería que se quedara conmigo toda la noche, y me contara más cuentos de princesas.
El doctor se quedó paralizado y me dijo tu “enfermera favorita” – como la llamas- ¿es joven, muy bonita y tiene un lunar en su cara, debajo del ojo?
Yo rápidamente conteste que sí. El doctor me dijo:
-Si vuelve
a venir en la noche no le hagas caso y no le contestes.
Pregunté la razón pero sólo se limitó a decirme:
-Por favor no le hables ni le hagas caso.
Me asignaron una enfermera para esa noche y nunca apareció mi Enfermera favorita.
En la mañana al despertar, debajo de mi almohada encontré una mariposa hecha de papel, que tenía el olor de mi enfermera favorita. Pensé que ella había venido mientras dormía, dejándome una mariposa.
Esa mañana. como todas las mañanas mis padres me visitaron. El doctor entró y les dijo que me daría de alta ala día siguiente. Mis padres me abrazaron y me dijeron:
-Por fin estarás en casa con nosotros mañana.
Yo me puse muy feliz y triste a la vez, ya que no vería a mi amiga y enfermera favorita.
Ese día esperé con ansias a que llegara la noche para platicar y pedirle cuentos a mi enfermera favorita, quien al llegar a visitarme por la noche, no sonreía y se veía triste.
Yo le pregunté qué le pasaba, pero sólo me vio fijamente y me dijo:
-Finalmente
hoy dejarás de sufrir y descansarás. Me preguntó que si quería salir al jardín
a ver las estrellas
Recorrimos los pasillos del hospital.
Al llegar al jardín me dijo:
-Cuenta las estrellas y dime cuántas ves. ¿Cuál es tu favorita?
Conté muchas estrellas esa noche, hasta que me quedé dormida en sus brazos.
Hoy sé, que no era una enfermera. Era el Ángel de la muerte, que me vino a buscar.
Mis días de agonía por fin terminaron.
Soy un fantasma que vaga por el hospital, caminando de la mano de mi enfermera favorita.