Por el Psic. Felipe Aguilera Calleros

Creo que todos conocemos la experiencia del sentimiento de culpa. Hablamos de un sentimiento que suele considerarse incómodo o negativo, pero que se puede utilizar para transformarse en mayor responsabilidad.

Imagínate una sociedad sin responsabilidades, para nada funcional, al no existir responsabilidades las relaciones entre las personas se volverían algo difícil. Entonces podemos considerar que es beneficioso el utilizar la culpa de una manera positiva, de tal manera que nos pueda impulsar a ser mejores personas, crecer, madurar y mejorar como nos desenvolvemos, y relacionamos con los demás.

Pero hay ocasiones en que el sentimiento de culpa no es positivo para nosotros, impidiéndonos el vivir tranquilamente, y cargamos con una culpa tal vez exagerada, o nos sentimos responsables por todo lo que nos ocurre cuando seguramente no debería ser así.

Hay muchos motivos por los que podemos llegar a experimentar este sentimiento, haciéndonos sentir mal y pasando malos ratos. Algunas razones podrían ser:

  • Lo aprendimos desde la infancia. O nos portamos bien y actuamos de cierta forma, o no estaremos haciendo lo que es correcto. Estos aprendizajes se dan en casa, y están relacionados a lo que dicta la sociedad, las religiones, las creencias de nuestros padres/tutores, etc.
  • Buscamos la aprobación de los demás. De niños solíamos tratar de llamar la atención de nuestros padres, con algo que creíamos bueno para ellos, lo cual nos hacia ganar su aprobación, y al sentirnos aprobados experimentamos la sensación de ser aceptados y amados. Esto se refleja en nuestras relaciones actuales en donde si somos aprobados, somos queridos.
  • Miedo a ser los malos de la película. Muchos llegan a pensar que el no sentir culpa es señal de ser una mala persona, por lo cual buscamos el sentimiento de culpa.
  • Cuando sabemos, o sentimos, que nos pasamos del límite. Cuando nos damos cuenta de que sobrepasamos nuestros limites, o normas propias, podemos experimentar este sentimiento, igualmente sucede si no respetamos los límites de otras personas.

¿Qué puedo hacer para no sentirme culpable de todo? Eso lo veremos en la próxima publicación.

¡Que tengas buena semana!

 *LAS OPINIONES DEL AUTOR NO REFLEJAN LAS DE LA EMPRESA*

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