Por Lylia Ciriam Verdugo Ruiz.

“Yo no olvido a año viejo, porque me ha dejado cosas muy buenas” así dice la letra de una vieja canción popular. Al escucharla, llegué al momento de reflexión que todos tenemos en algún momento cuando termina cada año, pero este año que está por concluir ha sido una carrera de resistencia y de relevos para todos, sin importar el estatus de cada uno.

Por casi un año hemos sido partícipes y observadores de los cambios que se han dado en nuestro Estado, el país y el mundo. Un mundo, que vemos va quedando atrás como lo conocíamos, hoy se ha vuelto parte de nuestra cotidianidad incluir en nuestro vestuario un cubrebocas (al que hemos puesto telas de colores para que combine con nuestros atuendos), al final de cuentas “al mal tiempo, buena cara”.

TODOS hemos debido adaptarnos, renovarnos e innovarnos, en unas circunstancias que parecían temporales, pero que al parecer se han transformado para estar más tiempo en la vida de cada uno.

A medida que fueron transcurriendo los días de este año de 2020, iniciamos con un quédate en casa por quince días, después por un mes y así llegamos algunos a cumplir hasta los 103 días, como fue mi caso. Pensamos en aquel momento que pronto volveríamos a la normalidad, pero no fue así, ahora salimos con las medidas de higiene lo más cuidadosas posibles.

Nos lavamos las manos con más frecuencia y tratamos de mantenernos a distancia de otras personas; buscamos acudir a los lugares menos concurridos cuando debemos hacer trámites o adquirir algún producto. Aceptamos hacer citas vía páginas electrónicas con el interés de exponer nuestra salud lo menos posible.

Pasamos por momentos en que nos indicaron que se limitaría la cantidad de productos a comprar y por si fuera poco hasta escasez de cerveza hubo ¡Cielos! Eso sí fue catastrófico para muchos, pero lejos de toda burla y bromas, nos adaptamos y seguimos adelante.

A pesar de las pérdidas de amigos, familiares y algunos jóvenes que fueron mis alumnos, el año me ha dejado varias amistades que ahora viven en mi corazón, tengo una familia que está completa, he seguido publicando mis escritos, he visto florecer en sus nuevas actividades a muchos familiares y amigos. Incluso, he visto el inicio de negocios nuevos de quienes debieron buscar fuentes alternativas de trabajo y consecuentemente de ingresos.

He visto de cerca la bondad y amabilidad del personal médico en diferentes clínicas públicas y privadas al atender a sus pacientes, así como dar información a los familiares de los enfermos. Pude observar cómo se han asegurado de que comprendan la información que se les está proporcionando.

Desde lo más profundo de mi corazón “Gracias”, por su entrega, su paciencia y consideración a los pacientes y a sus familias. Es cierto, al igual que muchas otras personas he perdido un familiar ante la enfermedad que hoy tiene acorralada a la humanidad, pero eso me permitió conocer la calidad humana que tienen las personas dedicadas al área de la salud, he visto la solidaridad de muchos otros que sin conocerse se han apoyado al momento de recibir la noticia de algún deceso de un familiar internado en algún hospital.

Con ello, también he podido ver y reconocer quienes son mis seres más cercanos y quiénes me han apoyado, gracias por ello.

El día de hoy, estamos en una faceta distinta con relación a la enfermedad que nos tiene llenos de incertidumbre. Algunos continúan con algún familiar en el hospital, otros debimos aceptar que alguno de nuestros familiares trascendió.

Es momento de hacer un frente común para cuidarnos de mejor manera y evitar que los hospitales sigan llenándose de personas enfermas. Los médicos en las diversas instituciones públicas y privadas hacen lo que pueden, hasta dónde pueden con lo que tienen, pero es nuestra responsabilidad cuidar de nuestra persona y de los nuestros, seamos responsables y cuidémonos, los hospitales están al punto de ser insuficientes para atendernos a todos.

Quiero mencionar lo que me dijo un médico hace solo unos pocos días:

“Es cierto que muchos pacientes llegan con un padecimiento distinto a Covid 19, pero nadie está exento de traer consigo la enfermedad, (adherida a los zapatos, ropa o cualquier artículo que se le haga llegar al enfermo), es responsabilidad de todos evitar ir lo menos posible los hospitales; ayudan más si cada persona se cuida y uno o dos familiares visitan al paciente internad”

Escribo esto porque muchas personas esperan noticias de su familiar enfermo fuera de las instituciones, evitemos hacer aglomeraciones. También ello es una fuente de riesgo de enfermarse y por si fuera poco, si alguien está enfermo puede contagiar a aquellos que ingresarán al nosocomio para ver a su familiar.  

Con todo, el año que está por terminar nos ha dejado muchas enseñanzas, la principal que somos fuertes y estamos aquí, ¡Feliz año a todos!

“Dentro de veinte años a partir de ahora te arrepentirás de las cosas que no hiciste, así que suelta las amarras y navega fuera de tu zona de confort, busca el viento en tus velas. Explora, sueña, descubre.                                                                                                                       Marc Twain.

“La vida es una oportunidad, benefíciate de ella. La vida es belleza, admírala. La vida es un sueño, alcánzalo. La vida es un desafío, enfréntalo. La vida es un juego, juégalo.                                                          

Madre Teresa de Calcuta.  “El futuro no está por venir. Ya llegó”                                                                              

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