“¡Viva la Independencia!, ¡Viva Miguel Hidalgo y Costilla!, ¡Viva José María Morelos y Pavón!, ¡Viva Josefa Ortiz de Domínguez!, ¡Viva Ignacio Allende!, ¡Viva Leona Vicario!, ¡Viva las madres y los padres de nuestra patria!, ¡Vivan los héroes anónimos!, ¡Viva el heroico pueblo de México!, ¡Vivan las comunidades indígenas!, ¡Viva la libertad!, ¡Viva la justicia!, ¡Viva la democracia!, ¡Viva nuestra soberanía!, ¡Viva la fraternidad universal!, ¡Viva la paz!, ¡Viva la grandeza cultural de México!, ¡Viva México!, ¡Viva México!, ¡Viva México!”.

Con estas palabras escuchamos el primer grito de independencia del presidente López Obrador. Aunque siempre he preferido un grito más apegado a la historia y sin innovaciones, me gustó este texto por varios detalles y me deja un poco insatisfecho por un viva que no gritó.

El presidente honra los gritos previos recordando a los héroes que nos dieron patria, Hidalgo, Morelos, doña Josefa, Allende, y Leona Vicario. Así trae a la memoria el grito tradicional repetido desde 1812, dos años después del de Hidalgo.

Después se refiere a distintos grupos de la población. El primero, las madres y los padres de nuestra patria. Lo entiendo no como las madres y padres de la independencia como Morelos o Leona Vicario, sino como todas las mexicanas que son madres y los mexicanos que somos padres. Llega a través de esta frase a unas de las figuras más veneradas en nuestra cultura mexicana, la de la madre y aunque un poco menos, la del padre. Es decir, se adentra en el corazón de cada mexicano.

Después se refiere a los héroes anónimos, seguido del heroico pueblo mexicano, de nueva cuenta creo que se refiere no solo a los que intervinieron a la independencia, sino a todos aquellos que a lo largo de la historia nacional han hecho algún acto heroico en favor de algún hermano mexicano, del medio ambiente, o de la patria en general. Rescata con este grito aquella frase de nuestro himno nacional pocas veces cantada: De mil héroes la patria aquí fue.

Termina con un viva a las comunidades indígenas, con esto termina de llegar al corazón pero ahora no al individual, sino al corazón del pueblo mexicano como colectividad. Trae al pensamiento a nuestros pueblos originarios y no solo a los que han pasado por estas tierras y que ya no están, sino también a los actuales.

Finalmente en sus últimos vivas, podemos ver un ideario político – filosófico, la libertad, la justicia, democracia, soberanía, fraternidad universal, la paz y finalmente la grandeza cultural de México. Ahí está encerrada buena parte de la filosofía López Obradorista que ha dado contenido a sus discursos desde hace muchos años. Es, por decirlo de alguna manera, su ideario político.

Termina con los Viva México acostumbrados.

Faltó un Viva a Iturbide, consumador de la independencia, para muchos el verdadero padre de la patria que sí pensó en la independencia mexicana de España, no solo del gobierno usurpador de Bonaparte.  

¡Viva México!

paco@pacogarciaburgos.mx

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