Por el Psic. Felipe Aguilera Calleros

¿Cuál es el resultado de la culpa que estoy cargando? ¿Me motiva a convertirme en una mejor persona? Es decir, utilizó la experiencia, tratando de solucionar el problema y, aunque puede que no se arregle, aprender y crecer. O ¿La culpa que siento solo me funciona para maltratarme a mí mismo?

Las preguntas anteriores son cuestionamientos importantes que debemos hacernos en el proceso de aliviar el peso que cargamos emocionalmente debido a la culpa que sentimos.

Es momento de detenerse a pensar sobre cuáles han sido los resultados, o consecuencias, que hemos obtenido por sentirnos culpables. Puede darse el caso en que la persona se la vive preocupado, ansioso, estresado, etc. Por estar pensando constantemente en lo que pasó, evento que tal vez ya no es remediable, y solamente se castiga con la idea de no merecer nada bueno en su vida, torturándose a si misma una y otra vez.

¿Qué sucedería si dejaras atrás esa culpa? Ese sentimiento que solo hiere e inutiliza, y ¿Qué tal si dejas solo la motivación de mejorar para no cometer los mismos errores? Haz reflexión acerca de como cambiaría tu vida si dejas de torturarte, sintiéndote libre y aprendiendo de todo aquello que alguna vez te hizo sentir culpa.

Hay un factor clave en este proceso, y ese factor es el perdón. Perdonarte a ti mismo, o misma, es crucial, y para conseguirlo debemos comprender que no significa que justificamos nuestro actuar, o las decisiones tomadas, pero seguir reprochándonos solo nos amargara la vida, y no podremos seguir adelante.

Siempre y cuando estés aprendiendo, debes tener consciencia de que no estás fallando, equivocarse es parte de cualquier aprendizaje, y todos nos equivocamos alguna vez, no estás solo.

“La culpa no fue de la gota que derramo el vaso, sino del que se quedó mirando como el vaso se llenaba y nunca hizo nada”

¡Nos vemos en la próxima publicación!

 *LAS OPINIONES DEL AUTOR NO REFLEJAN LAS DE LA EMPRESA*