Comentario Político de Paco García Burgos

En esta segunda entrega sobre la situación del país al inicio del proceso electoral, continúo con el análisis del momento político en que nos encontramos. Hoy, me referiré al clima de confrontación política que vemos a nivel nacional y estatal.

Desde el gran estrado que significa la mañanera, el Presidente López Obrador ha optado como una de sus líneas de discurso, la de la confrontación. ¿Con quién? Con quien sea necesario. Lo hemos visto confrontado con algunos empresarios, medios de comunicación, intelectuales, políticos presentes y pasados, y ¡vamos, hasta con el Rey de España! Confrontarse le resulta natural al Presidente. Pareciera una habilidad dominada a lo largo de tantos años en la oposición y en la lucha por alcanzar la Presidencia de la República.

Este clima de confrontación lo vemos también en nuestro Estado. Vemos al Gobernador en su versión norteña de las “mañaneras” confrontarse con empresarios, políticos, medios de comunicación, e incluso, con Presidentes Municipales en funciones, específicamente con los de Tecate y Tijuana. La confrontación con éste ha llegado a niveles insospechados que van desde declaraciones y acusaciones, hasta el reciente cierre de bodegas del DIF donde se concentran alimentos para los programas municipales.

Pero si el Presidente de la República se confronta, ¿Por qué no habría de hacerlo el Gobernador? Y este es el ejemplo que pone el gobernante al que me refería hace algunas semanas. La línea la marca el primer mandatario aun cuando no sea su intención. No creo que López Obrador tenga la intención de que sus seguidores se confronten como lo hace él. Más bien, creo que no dimensiona el ejemplo que les da y el llamado involuntario que les hace con sus conductas.

El país se encuentra en un momento de confrontación política que, a mi parecer se ahondará en los siguientes meses como se ahonda de manera natural en los procesos electorales. Pero si a esa inercia propia de las campañas y de los meses previos, se le suma la confrontación intencional de los gobernantes, pues es como echarle leña al fuego.  Súmele a eso un ingrediente particular que polarizará la elección, que es la consulta sobre el enjuiciamiento a los expresidentes, pues ya no es leña sino gasolina lo que se le está echando al fuego de la confrontación. Falta ver si la consulta se aprueba en los siguientes días, pero si se lleva a cabo, será el instrumento idóneo para dividir al país en dos grupos, aún más que lo que se dividió en 2018: Los que estarán a favor de la consulta -entiéndase a favor del Presidente, de la 4T y de Morena-, y los que estarán en contra.

Un clima tan crispado no le conviene al país. Las inconformidades en la jornada electoral, en un ambiente tan tenso, pueden ser fuente de violencia generalizada, y eso, no le conviene a nadie, especialmente al Presidente. Todavía hay tiempo de evitar ese clima. Voluntad es la que no sé, si hay.

contacto: paco@pacogarciaburgos.mx

-LAS OPINIONES DEL AUTOR, NO REFLEJAN LAS DE LA EMPRESA-

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