Por Paco García Burgos, Consultor y analista político.

Los gobernantes influyen en el ánimo social por varias razones, un de ellas es que confían en ellos en algún grado. Tan confían en ellos que depositan en sus manos los destinos de sus comunidades, ya sea a nivel distrital, municipal, estatal o nacional. Así como el padre y la madre influyen en el ánimo de la familia, los gobernantes influyen en el de la comunidad que los eligió.

La confianza que se deposita en ellos hace que el ciudadano los voltee a ver para recibir orientación, para conocer el rumbo de las cosas, para saber cómo puede resolver problemas que se le presentan, y al voltear a verlos ve su conducta, escucha sus palabras, advierte lo acertado o no de sus decisiones, pero sobre todo, contempla su ejemplo.

En la medida en que el ejemplo del gobernante sea bueno, en esa medida el gobernado creerá en lo que dice y hace, y en esa medida le tendrá confianza e imitará su ejemplo. Si el ejemplo que da es un mal ejemplo, el ciudadano lo tendrá como referencia, tal vez no lo imite, pero sí lo analizará y valorará.

Si dos gobernantes se pelean públicamente, si uno le falta el respeto al otro, o si se faltan el respeto mutuamente, el ciudadano verá que dos personas en quienes ha depositado cierto nivel de confianza están un conflicto público que no constituye un buen ejemplo. Es uno de confrontación que, en el más sabio entender del pueblo, se debe y se produce por una lucha por el poder, no por el servicio, aunque se intente hacer ver de esa manera. Al pueblo no se le puede tomar el pelo, sabrá entender lo que hay detrás de las ofensas.

En esta confrontación entre el Gobernador Jaime Bonilla y el Presidente Municipal Arturo González Cruz, ha faltado armonía, entendimiento, altura de miras, motivaciones legítimas, mientras que han sobrado la ofensa, la falta de respeto, la burla. Si este es el ejemplo que recibe el pueblo, pues no nos extrañe que este bochornoso episodio abone a la violencia en las casas y en las calles del Estado. No se crea el lector que esto es una exageración. Es un asunto muy estudiado que el ejemplo del gobernante se reproduce en el gobernado en alguna medida. Es por ello que en todo el mundo hay una exigencia para que los líderes de un país, sobre todo los presidentes, usen cubrebocas para disminuir los riesgos que genera el Covid 19, porque con ello dan ejemplo.

Me quedo con la llamada que hace el Presidente Municipal a la unidad. En alguno de los dos debe caber la prudencia. Si uno tira un golpe, que el otro lo esquive, no que lo responda. Al final del día, el pueblo verá el ejemplo de ambos y tomará su decisión sobre con cuál se queda, con el ejemplo de quien tira el golpe, o con el ejemplo de quien lo esquiva.

paco@pacogarciaburgos.mx

 *LAS OPINIONES DEL AUTOR NO REFLEJAN LAS DE LA EMPRESA*

0 Comments

Leave a Comment

Síguenos

GOOGLE PLUS

PINTEREST

FLICKR

INSTAGRAM

Síguenos

Etiquetas