Por: Emilio Sánchez Pérez *

Don Nacho Chávez, como sus amigos y el pueblo lo conocía, nació en el municipio de San Ignacio Sinaloa, en el año de 1921, hijo segundo de una familia de nueve, sus hermanos fueron: Isidro, Bernardo, Braulio, Isaías, José Inés, Carlos, María Teresa y María.

Don Clodomiro Chávez y  Santana Martínez, fueron los padres de esta numerosa familia. 

En los primeros años de la década de los cuarenta, don Nacho y Paula, su esposa, en compañía de sus dos primeros hijos Juan y Alfredo, abandonan su bello pueblo San Ignacio, de Loyola, lugar que antes de la conquista europea, llevó el nombre autóctono Piaxtla, que significa “lugar de calabazas”.

El destino de su viaje Baja California, la primera estancia fue en los parajes de la Misión, en la delegación de Rosarito. En 1946 Tecate, le dio la bienvenida, pueblo que lo arropó hasta el último día de su existencia.

De sus obras que se cuentan arquitectónicamente, son desde sencillas edificaciones de una sola planta hasta construcciones de mayor importancia. Todas ellas, legado donde quedó plasmado el vasto conocimiento de la albañilería y la carpintería.

Don Nacho, hombre diestro de la cuchara y la mezcla, del pegamento, los clavos y la madera; en comunión con el ingeniero Roberto Silva Godínez, urbanista del pueblo, personaje muy apreciado, a ellos se les debe en parte el desarrollo y la singular arquitectura del Tecate que hoy conocemos.

                                                    Aportación histórica de:

Emilio Sánchez Pérez: Cronista Municipal

Taller de Historia de Tecate, A.C.

-LAS OPINIONES DEL AUTOR, NO REFLEJAN LAS DE LA EMPRESA-

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