Por: Antonio Meza.

“Dile a Ernesto, que en Cuba respetamos y amamos a México… pero también dile que nos preocupa que los niños de México están más interesados en el Mickey Mouse que en Miguel Hidalgo”, me dijo aquel hombre alto, barbado y de mirada penetrante, me tomó por un hombro y se me acercó hablando en corto: “… que regreses con bien a México, yo quiero mucho a los mexicanos, son nuestros hermanos… si yo no estuviera en Cuba, viviría en México”. Por supuesto que Ernesto, era el Presidente Ernesto Zedillo.

Se retiró del evento entre vítores de propios y extraños y me quedé allí, a la mitad del foro del Teatro Karl Marx de La Habana… aturdido, porque eso que me dijo en privado, acabada de decirlo en público en el teatro repleto de educadores de toda América. Varios miles de docentes, pedagogos, libreros, investigadores y expertos en el tema viajan año con año, al evento que se realiza anualmente: era el año de 1998.

¿Pero qué hacía yo allí?

¿Qué había pasado?

Cada febrero hay una feria de libro y de la pedagogía en La Habana. En esa ocasión el invitado de honor era México, y de la SEP, me comisionaron como representante, como director del Libro de Texto. Asistí a los eventos y recorridos académicos, conferencias y demás. La inauguración fue por la la tarde y casi al final del evento llegó el Comandante.

En su discurso habló largo de América Latina y sus luchas independentistas. En un determinado momento habló sobre la influencia imperialista en la educación de nuestra América y en ese momento, preguntó: “Hay alguien que viene de México? Que se ponga de pie. “

Yo estaba a medio presídium, en un lugar discreto pero que al ponerme de pie era visible por todos y en particular por él. Se dirigió a mí y me dijo: “amigo mexicano, no es aceptable que los niños de México quieran más, conozcan mejor al Mickey Mouse que a Miguel Hidalgo.

“Vamos amigos maestros de América, educadores del continente a luchar contra el imperialismo en la educación. Para eso son estas jornadas, estas reuniones de especialistas. La liberación de los pueblos de América comienza en la educación, y ustedes tienen la palabra.”

Y siguió hablando de temas sociales y políticos.

Pero a la salida, al término del evento me mandó llamar y allí me trasmitió el mensaje con el que comienzo este comentario. Como parte de la visita, el Gobierno de México llevó un obsequio de cien mil cuadernos para los niños de educación elemental de Cuba. Fidel agradeció el detalle.

De regreso al país informé a quien debía y las notas y declaraciones quedaron como una anécdota; una llamada de atención… una sugerencia.

Cuando se despidió de mí, Fidel me dijo: “Oye chico, esta revolución se hizo gracias a México. Ustedes son nuestros hermanos. Si yo no estuviera aquí, viviría en México, con ustedes”.

-LAS OPINIONES DEL AUTOR, NO REFLEJAN LAS DE LA EMPRESA-

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