Relatos de Ultratumba

Por: Jorge Vargas

Padre mío señor de las tinieblas perdóname  porque te he fallado, puse a los pies de esta mortal todo y no recibí lo que esperaba a cambio y en tu honor te ofrendo de mí, lo que quieras ya que como siervo tuyo no merezco tu compasión. Estas fueron las palabras del gran nahual de Tijuana, aquella bestia que se enamoró de una bella dama que sólo lo utilizó para sacar provecho y ésta no imaginaba la visita que recibiría por su cobarde acto.

Tijuana México, ciudad fronteriza poblado de la colonia panamericana, los ojos enamorados de este gran ser o nahual en su metamorfosis de  hombre sucumbieron ante la belleza de esta gran dama de la vida fácil o galante (prostituta), misma que todos los días pasaba frente al negocio de este nahual adorador de la secta de satanás y a punto estaba de faltarle a su padre por culpa de esta mujer.

Ya en su desesperación la comenzó a tratar y a enamorar y ella al ver que le podía sacar provecho le dijo que le era apuesto y guapo, pero que en su trabajo de mujer galante le daba para vivir bien sin necesidad de buscar un marido.

Este le dijo que era poseedor de una inmensa fortuna y que le daría lo que pidiese con tal de obtener su amor así cómo dinero, joyas, casas o lo que deseara. Esta bella mujer, ante tal oferta le dijo que lo aceptaría como esposo y que sólo pusiera la fecha de la boda pero que ella quería que le comprara el burdel (casa de citas) donde ella trabajaba y quería ser la dueña de todo y de las demás mujeres.

El gran nahual al ver que esto era fácil, aceptó y en dos días le dio el dinero y  la mujer compró este lugar y lo administró. Hasta ese día no se unió en matrimonio con este señor, sin imaginar que su futuro marido era el siervo del mismo Satanás.

Esa semana el nahual le dijo a su amada que ya tenía que cumplir su promesa y ella le recalcó en la cara que ni loca se casaba con él, pues era un hombre feo y no tenía atractivo alguno y que jamás aceptaría esa propuesta, pidiéndole que se retirara de su vista.

Este Ser, se aguantó el dolor que por dentro lo quemaba y como pudo se adentró al bosque y a su camino destrozaba  cualquier animal que se le atravesara: Ciervos, osos, conejos, todos fueron sus víctimas.

Ya cerca de la cueva donde estaba su secta, de rodillas cayó derrotado esperando su castigo ya que había desobedecido a lo que su padre Satanás les decía y a punto estaba de dejarse morir de tristeza cuando de la oscuridad salió este imponente hombre de negro, con cuernos y partes de animal que al ver a su hijo, entró en cólera, jurando vengaría esa mala acción y de ella no tendría misericordia.

A la noche siguiente tocaron a la puerta de este lugar de mala muerte y la traidora mujer abrió; ante ella se presentó un hombre moreno como el fuego de ojos verdes y sin duda un ser muy hermoso solicitando los servicios de la mejor mujer de ese lugar.

Ella le ofreció los servicios de Mari pero él la rechazó y le recalcó:

-Dije de la mejor mujer, yo vengo por ti así que esa eres tú.

Ella se sonrojó y aceptó pues no despreciaría a este bello hombre y a la recámara subieron, después de terminar el acto este le dijo sigilosamente después de esto yo vengo por ti.

Ella pensando que lo atrajo su belleza se rio y le exclamó: ¡Si vienes por mí es porque te gusté!

Este Ser, príncipe de las tinieblas al estarse cambiando su ropa de pronto mostró una pata de cabra, una más de gallo y al girarse ante ella este tenía cuernos y ojos rojos.

¡Ella quedó en shock!
Dije que yo vine por tí, pero en especial por tu alma ya que pudiste tener vida eterna con mi hijo, mi amigo quien te fue honesto y lo burlaste; por eso te arrastraré conmigo al infierno pero no te irás sola.

Me llevaré cuanta alma esté en este miserable lugar.

¡De pronto se fue la luz y gritos de horror salían de todos a los cuartos!

En menos de dos minutos explotaba en llamas ese lugar atrapando a la mayoría de clientes y mujeres impuras, pero curiosamente esta mujer traicionera logró escapar de milagro.

Pero al día de hoy camina en las calles de Tijuana, sin razón ni pensamiento, pues hay quien dice que esa noche el diablo arrastró su alma al mismo infierno en ofensa a su grandioso hijo el gran nahual de Tijuana, el que esa noche lloró de dolor y rabia pero fue vengado por su creador…

-LAS OPINIONES DEL AUTOR, NO REFLEJAN LAS DE LA EMPRESA-

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