Hay aproximadamente 800,000 casos de suicidio cada año, lo que significa que aproximadamente cada 40 segundos una persona atenta contra su vida, es por eso que es importante comunicar, de una manera responsable, a la sociedad sobre lo que realmente ocurre con el tema del suicidio.

Y es que existen diversos mitos en torno a lo que ocurre quien presenta ciertas conductas suicidas:

Es muy común que cuando alguien comenta “Mi pareja se la pasa amenazando con lastimarse”, “Mi hijo me grita que quisiera dejar este mundo”, reciba consejos equivocados, como por ejemplo: “El que se quiere matar, no lo dice”, estamos hablando del primer mito, y es esta idea equivocada un invitación a ignorar a las personas que manifiestan sus ideas suicidas, la realidad es que aproximadamente el 90% de las personas que cometieron suicidio, dijeron el algún momento de manera clara y directa sus propósitos.

Hay veces que no ignoramos, pero nos aconsejan no preocuparnos tanto, “El que lo dice no lo hace”, esta falsa idea nos lleva a creer que solamente se trata de un chantaje por parte del suicida, manipulación, etc. Pero la verdad es que el 100% de los casos de suicidios, salvo casos en extremo aislados, expresa ya sea con palabras, gestos, o cambios en su conducta, las intenciones suicidarse.

Ningún aviso debe tomarse a la ligera, puede que te digan: “Las personas que hablan de suicidarse no desean morir, solo hacen alarde”, creer y predicar esta idea solo ocasiona que no se le de ayuda a quien la necesita, es cierto que no todos los suicidas desean morir, pero eso no quiere decir que solo busquen ser el centro de atención, toda idea de suicidio, planes etc., deben tomarse en serio.

Otro mito más es: “Los verdaderos suicidas, están convencidos de arrebatarse la vida”, la realidad es que en gran mayoría las personas con ideas suicidas comunican su intención por lo menos en una ocasión a una persona, ya sea por teléfono, o se lo informan a su especialista, lo cual es señal de dudas.

“Cuando una persona da señales de mejoría, ya está fuera de peligro”, esto es un mito más de la lista, la semana siguiente a cuando una persona es dada de alta después de una crisis, es de gran riesgo, ya que la persona aún se encuentra frágil y vulnerable psicológicamente.

La escasa, o equivocada información que tiene la población sobre cómo ayudar a alguien que está en crisis, nutre pensamientos erróneos sobre cómo proceder ante la amenaza de un suicidio, se ha llegado a pesar que “Si retas a un suicida, no se atreverá”, sin siquiera tomar en consideración la vulnerabilidad que está viviendo el individuo, retar a un suicida es un acto de completa ignorancia, e irresponsabilidad.

Y también es importante abordar el mito del miedo ante la idea de ser uno mismo el que debe ayudar a una persona que se encuentra con ideas e intenciones de suicidio, es cierto que lo mejor es buscar la ayuda de un profesional, pero las crisis necesitan de atención prácticamente inmediata, si están en una situación en la cual necesitas dar apoyo, y logras tener la paciencia, interés, deseos de ayudar a esa persona a encontrar mejores alternativas, entonces ya habrás iniciado la prevención del suicidio.

“Vale la pena vivir, vale la pena seguir viviendo, siempre hay una razón”.

Busca ayuda.

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