Por: Psic. Felipe Aguilera Calleros.
Antes de comenzar, reflexionemos: ¿En dónde radica la importancia de saber manejar nuestras emociones?
Nuestras emociones son un indicador de cómo nos sentimos ante ciertas situaciones, qué es lo que pensamos acerca de otros, o incluso de nosotros mismos. Y nuestros comportamientos, conductas y desenvolvimiento en general en la vida estarán enmarcado por cómo nos sentimos. Si nosotros no sabemos manejar la ira, tendremos conflictos inevitablemente de manera regular, un exceso de alegría de forma muy interesante puede resultar en exceso de confianza, o incluso en egoísmo.
Lógicamente estados prolongados de tristeza, y un escaso manejo o control sobre ella, puede llevar a un diagnostico depresivo. Pero por ahora sólo estamos hablando de emociones, entonces…
¿Qué es la tristeza?
Es considerada una de las emociones básicas, y tiene una característica universal que nos indica que podemos experimentarla sin importar nuestra cultura, raza, creencia, género, etc., aunque lo que si puede variar es la forma en que la expresamos.
La tristeza llega a manera de reacción ante algún acontecimiento externo (hechos) o interno (pensamientos) que son, o consideramos, negativos y que en muchas ocasiones nos vemos limitados para mejorar la situación de forma inmediata.
¿Cómo hacerle frente a la tristeza?
El primer paso es ser consciente de lo que estamos sintiendo y de los resultados que nos dan esas sensaciones.
Tenemos que comprender que estar tristes no significa que somos débiles, que es una emoción completamente normal y que todos la experimentan en muchas ocasiones durante su vida, de esa forma y con esa claridad de ideas permitirnos el experimentarla.
Si necesitamos llorar, permitirnos tener esa oportunidad ya que llorar nos liberara de los sentimientos de angustia y nos ayudará a calmar y apaciguar nuestro estado de ánimo.
Si logramos identificar que poco a poco podríamos encontrar una solución, o mejora, debemos actuar en esa dirección, para disminuir o eliminar aquello que nos ha puesto tristes.
Si discutiste con tu pareja, con un familiar, o con un amigo, puedes intentar hablar con esa persona para resolver cualquier malentendido que propicio la discusión.
Si es un caso en donde la solución no está en tus manos, como por ejemplo una pérdida, una ruptura amorosa, un despido injustificado; recurre a esas personas que están alrededor tuyo y que sabes que podrán escucharte y comprender la situación por la que estás pasando.
Y sobre todo, trata de mantener tus actividades diarias si te es posible, cumplir con tus horarios y, aún mejor, aumenta las actividades que te resultan agradables para acercarte a un equilibrio, por ejemplo: Hacer ejercicio, realizarte un cambio de imagen, consiéntete con alguna compra, comienza a meditar, ayuda a otras personas, etc.
“Si te caes 10 veces, levántate 11”
¡Nos vemos en la próxima publicación!