Por Alfonso Caballero Barragán.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), declaró que la pandemia del Covid, viene a actualizar, fortalecer o crear otra epidemia, que sintetizándola, sería la epidemia de la salud mental y como consecuencia la epidemia social.

Lo cual vendría a crear o formar crisis de salud mental, trastornos, suicidios, agresiones, y todo lo que derive una crisis emocional. El ser humano tiene dos instintos, el de agresividad y el sexual, si no hay balance entre ambos instintos, es cuando vemos ciertas conductas que las declaramos como inapropiadas o fuera de la realidad social. Analizando la declaración de la OMS y viendo la realidad que actualmente se ha dado, vemos ciertas conductas en nuestra población y en nuestro país como son la agresión, el maltrato a la mujer, la histeria, y gracias a Dios a la fecha no se ha llegado al Suicidio.

Es por la razón que revisando mis apuntes sobre Psiquiatría forense, materia que cursé en la especialidad de criminología en la Ciudad de México, presentaré o trataré el siguiente tema: “Trastornos mentales que no comportan alineación”. Quiero aclarar que no soy especialista en psiquiatría o psiquiatría forense, dicha materia se presentó como parte de la especialidad para analizar la conducta o conductas de las personas, así como otras que fueron medicina legal, psicología, antropología física, sociología, etc.

Entrando en el tema, se entiende por alineación todos los trastornos de tipo intelectual, así como temporales o accidentales, como los permanentes, es decir, pérdida o alteración de la personalidad y los sentidos. Los trastornos que no comportan alineación comprenden la neurosis.

La neurosis, es un problema mental provocado por la sugestión, enfermedad producida por el agotamiento cerebral. De la neurosis se deriva la histeria, la neurastenia, la psicastenia, el alcoholismo crónico y las drogas.

La histeria se trata de una Enfermedad nerviosa que se caracteriza por frecuentes cambios psíquicos y alteraciones emocionales, no es una enfermedad imaginaria, sino una enfermedad de la imaginación. Sus síntomas son movibles, variables y caprichosos, tales como los trastornos neurológicos, sensoriales, la parálisis, afectaciones en la visión, pérdidas del gusto, anorexia mental, la bulimia, asma, tos y taquicardia.

Se considera abuso al consumo de una droga sin necesidad desde el punto de vista médico o en cantidades superiores a las necesidades. La OMS denomina alcohólicos a aquellos individuos que beben en exceso y que dependen del alcohol al grado de provocar un disturbio mental, mala salud física y psíquica, alteran su buena conducta social y económica, y por lo tanto requieren tratamiento. La persona alcohólica se hace cínico y descuidado, utiliza expresiones groseras, en el hogar puede ser un mal padre, esposo celoso, en el trabajo se muestra agresivo, tiene debilidad muscular, trastorno de la visión, problemas gastrointestinales, problemas renales y venas dilatadas.

La neurastenia es un síndrome que se atribuyó al agotamiento nervioso consecutivo al exceso del trabajo intelectual prolongado durante cierto tiempo. El agotamiento nervioso resulta del excesivo gasto de energía, provocando fatiga cerebral. Sus síntomas pueden ser el estado de debilidad irritable, sensibilidad en el cuero cabelludo, migraña, fatiga visual, dificultad para concentrarse, pérdida de la memoria, vértigo, insomnio y anorexia. Se puede observar que la persona se mueve de forma lenta y adolorida, se puede enfadar sin razón aparente, le molesta el ruido, le fastidia la felicidad de los demás, comienza tareas y no termina, cierra y abre puños, y sobre todo, se irrita porque no comprende su sufrimiento.

La psicastenia, son los procesos obsesivos y delirantes, se caracteriza por fobias, obsesiones, angustia, abulia, sentimiento de extrañeza ante el mundo o uno mismo e inhibición intelectual y social, se manifiesta más o menos bruscamente. Se agrupan los actos de la persona que sufra de psicastenia en impulsos a los tics, gestos, a los actos ridículos, impuso al robo, a los actos de destrucción, actos de violencia hacia otras personas y a la ingesta de bebidas. Pero los más importantes, son el impulso al homicidio, al suicidio, al robo, al incendio o a la fuga.

Como pueden observar mis queridos amigos, estas clasificaciones solo son una parte de la psiquiatría, la especialidad en psiquiatría forense es como todas aquellas especialidades en la medicina que tratan con personas que en un momento determinado dicho estado emocional ya pasa a ser patológico y con consecuencias graves. Es una de las razones por lo que son pocos los psiquiatras que realizan un dictamen o pericial y presentarse en el juzgado,  en caso particular, los abogados de la defensa, el ministerio público o el juez podrán preguntarle y tratar de que dicha persona acredite su dicho con pruebas contundentes. Tratando un tema tan especial como este, lo digo tan especial porque apenas estamos empezando con una pandemia que va a traer grandes consecuencias, como el empobrecimiento, quiebra de negocios y que va a cambiar la vida y las costumbres de las personas. No quiero ser tan pesimista, por lo cual como es mi costumbre, los temas que presento siempre trato de acompañarlos con anécdotas. En la especialidad y en la materia de psiquiatría forense, dentro del curso teníamos que asistir al Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino Álvarez, donde encontrabas todo tipo de personajes, como ejemplo alcohólicos, obsesivos compulsivos, jugadores de bajaras, homicidas y muy especialmente se nos presentaban personas que están consideradas como psicópatas. El psicópata es una persona muy difícil de detectar porque tiene un coeficiente intelectual muy elevado y en las entrevistas que se les hacen, es la persona más amable, simpática, más buena y servicial, está considerado como un sujeto que no tiene sentimientos ni le importa causar dolor o daño a alguna persona.

Contándoles una anécdota del hospital antes mencionado, estando en la ciudad de México, con un amigo de Baja California que por razones especiales no pondré el nombre, le hablaron sus parientes de la Ciudad de Tijuana y le pidieron que ya no aguantaban a su primo de nombre X que le apodaban el capitán, ya que había servido al ejército y había sido piloto aviador, le decían que había perdido el razonamiento y se la llevaba en el parque sentado alegando y peleando con la gente, en caso particular con los alcohólicos, indigentes y personas que por costumbre habitan en dicho parque, le pedían a mi amigo que por favor lo iban a mandar a la ciudad de México para que lo internara en el hospital psiquiátrico, a lo cual a los 15 días ya estaba presente el capitán en el domicilio de mi amigo.

El capitán tenía como costumbre de que todo el día se sentaba y leía la página amarilla y era de admirarse que se aprendía de memoria las páginas que leía, pero tenía una mala costumbre que comía como loco todo el día y no le gustaba bañarse, a tal grado que mi amigo y su servidor conseguimos una cita para presentarlo en dicho hospital psiquiátrico, por lo cual lo convencimos de que se bañara y cambiara, a lo cual se le dio un traje y corbata y su físico como militar lo hacía ver como todo un señor caballero, para sintetizar nos trasladamos al hospital que en aquellos tiempos quedaba a la salida rumbo a la Ciudad Universitaria y al llegar con la persona que nos iba a entrevistar mi compañero y primo de él, le dijo cuál era la razón por la cual lo quería internar. El psiquiatra lo entrevistó por separado y de nueva cuenta se sentó a platicar con nosotros y nos dijo que dicha persona se encontraba bien de su capacidad mental y salud, dudando de nosotros y de la razón por la que se quería internar, de inmediato mi amigo y compañero le dijo al médico, pregúntele cuál es la razón por la que lo traemos aquí, lo traemos con engaños diciéndole que aquí usted le autorizara de nuevo su licencia para manejar aviones, inmediatamente el médico le dijo al capitán que se le iba autorizar su licencia para que de nueva cuenta pudiera pilotear, y el queridísimo capitán ya enfadado de la entrevista y tiempo transcurrido le dijo al médico “Yo ya no quiero la licencia y ya me enfade, ya me quiero ir”. El médico sorprendido nos dijo que si estaba delicado, le pidió disculpas a mi amigo y en forma inmediata le puso una inyección tranquilizante al capitán para poder internarlo, porque físicamente era una persona muy fuerte. Después de haber hecho lo antes narrado y esperando el efecto del sedante hubo cambio de guardia en la entrada del psiquiátrico, el capitán se levantó sin darnos cuenta, y  bien trajeado y perfumado le dijo al guardia que ya se iba a retirar  Porque que ya había hablado con el médico. Cuando nos dimos cuenta ya había recorrido más de tres kilómetros. Lo encontramos, lo subimos al carro y optó mi amigo por ya no internarlo y regresarlo a su estado natal.

Que les quiero decir con esto, que la conducta y la mente de la noche a la mañana en minutos o segundos nos puede afectar o transformar sin darnos cuenta por algo emocional, orgánico, un susto o cualquier otra enfermedad que a diario se dan en la vida. A lo que me refiero es que hay que tener mucho cuidado y escuchar muy bien a todos y a cada una de las personas con las que convivimos, hijos, esposa, hermanos, papás y sobre todo, que nos escuchemos a nosotros mismos, porque creen ustedes que los juegos de fútbol americano, juegos colegiales de básquetbol o fútbol europeo son medicinales, porque ahí la gente va y suelta toda su energía y estrés, aunque a veces haya fanáticos que se excedan de su conducta.

Les podría contar otra anécdota pero para la otra, porque sin darme cuenta viajé con mi imaginación y me remonté a días tan felices como los antes narrados. Por favor, no se vayan a sentir o afectar por los síntomas que se menciona, si ustedes padecen de algo especial, consulten a un especialista.

Nos vemos a la próxima.

 *LAS OPINIONES DEL AUTOR NO REFLEJAN LAS DE LA EMPRESA*

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